Cómo curar un árbol dañado

Cómo curar un árbol dañado

Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias

Ficha escrita por:

Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias

118 fichas consejo

Las agresiones que pueden causar daños a los árboles son diversas, en particular a los frutales. La madera, privada de su corteza, puede ser atacada por agentes patógenos (sobre todo hongos) si no ayudas al árbol a defenderse cubriendo la herida con una capa protectora 

Características importantes

  • Tratamientos preventivos
  • Masilla cicatrizante
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Porqué es importante curar un árbol dañado

Una herida en un árbol puede tener orígenes diversos: una rama que se rompe debido al viento o a la sobrecarga de fruta, animales que muerden la corteza del tronco; golpes o tajos al podar o al realizar injertos, o bien al usar herramientas durante el mantenimiento del jardín. También puedes dañar accidentalmente la corteza, por ejemplo al pasar el cortacésped o la desbrozadora demasiado cerca del tronco.

Un árbol no tiene capacidad para cicatrizar una herida, como sucede con los animales. En esas situaciones, el árbol reacciona generando un callo que protege la herida, pero su formación es muy, muy lenta. 

Es posible ayudar al árbol pero solamente si actúas rápidamente, ya que una herida es una puerta de entrada para numerosas enfermedades, en particular las relacionadas con los hongos.

Los políporos son especialmente peligrosos. Se alimentan de la lignina (presente en las paredes celulares de las plantas) y mordisquean la madera poco a poco de manera inadvertida hasta que el árbol muere. En ocasiones puede suceder que aparezca en el tronco un hongo con forma de bola, de casco de caballo o de bandeja.

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Árboles y arbustos de hoja

Curar la herida generada por la rotura de una rama

Si la rama rota ya estaba muerta es inútil intervenir: se trata de un fenómeno que forma parte de la vida de un árbol y que está perfectamente gestionado por la naturaleza. 

Solamente debes actuar si la rama quebrada estaba viva, y lo antes posible: corta limpiamente con un serrucho la parte de la rama que ha quedado en el árbol. Recubre la zona de corte con una masilla cicatrizante usando una espátula y extiéndela bien sobre el perímetro de la zona afectada.

Si la rama se ha roto a la altura del tronco, limpia la herida con un podón retirando las astillas de madera o de corteza, y aplica la masilla sobre la herida.

Si se producen grietas de retracción en la masilla al secarse, aplica una segunda capa. Cuida especialmente el árbol dañado a partir de ahora. Aporta fertilizante o compost y riégalo como en época de sequía.

Masilla cicatrizante 

En tubos o en botes, esta masilla también se suele denominar bálsamo cicatrizante o simplemente cicatrizante. Se trata de una mezcla de resina y de aceites vegetales, presentado en forma de pasta que forma una barrera estanca para proteger al árbol frente a agresiones externas (insectos, hongos). Suele contener productos fungicidas.

A pesar de su nombre, ninguno de estos productos cicatrizantes tiene el poder de cicatrizar: se limitan a favorecer la formación del filete de recubrimiento, la única medida defensiva propia del árbol. La masilla para injertos y la masilla para cicatrizar son de hecho un mismo producto. También encontramos cicatrizantes en formato pulverizador, pero son menos eficaces.

Hasta hace relativamente poco, para curar y cubrir este tipo de heridas en los árboles se utilizaba la brea de pino , que no solamente resulta ineficaz sino que es tóxica para las células del árbol y ralentiza la formación del filete de recubrimiento.

Cómo fabricar tu propio producto cicatrizante para proteger el árbol dañado 

En realidad, el empleo de masilla cicatrizante está lejos de ser una práctica generalizada o de elección unánime, tanto entre los arboricultores como entre los científicos. Sus detractores consideran que al utilizarla encerramos a los agentes patógenos en la madera creando un medio cálido y húmedo, favorable para su propagación.

Puedes fabricar tu propia masilla cicatrizante siguiendo estos consejos: vierte en un recipiente una medida de caldo bordelés (en polvo) y 5 medidas de arcilla en polvo. Añade agua poco a poco y mézclalo todo pacientemente hasta obtener una pasta untuosa. También puedes añadir una medida de aceite vegetal para evitar que la arcilla se resquebraje al secarse. Extiende con un pincel. Puedes utilizar cualquier arcilla comprada o tierra de tu jardín si es de tipo arcilloso.

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Abonos y fertilizantes

Tapar la cavidad de un árbol hueco: sí o no

En el pasado se aconsejaba tapar las cavidades presentes en los troncos de los árboles con métodos... bastante perjudiciales. Tras años de errores y de observación, se llegó a la conclusión de que los árboles huecos son capaces de vivir con buena salud y durante un tiempo prolongado.

Las cavidades en los árboles constituyen refugios muy útiles para la fauna salvaje, que por su parte puede prestar interesantes servicios en el jardín: abejas, aves, pájaros carpinteros, búhos, lechuzas, pájaros cantores, murciélagos, ardillas, etc.

La única intervención que se considera oportuna en la actualidad es evitar que el agua se estanque en el tronco en el caso de que la lluvia penetre en su interior. Para conseguirlo, basta con practicar un orificio con un taladro bajo la entrada de la cavidad para posibilitar la evacuación del agua al exterior del tronco.

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Taladros
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Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias

De niño ya trabajaba en el jardín familiar. Quizás ahí nació mi interés por las plantas y la jardinería. Así que nada más lógico para mí que estudiar biología vegetal y agronomía.   Posteriormente, y accediendo a la solicitud de varios editores, escribí, a lo largo de 25 años, numeroso libros relacionados con las plantas, los champiñones (un tema que me preocupa), al principio básicamente guías identificativas, pero posteriormente me fui adentrando en la jardinería, retomando, de este modo la pasión de mi infancia.   Además de eso, he colaborado regularmente con varias revistas especializadas en jardinería y naturaleza. Como no hay jardinero sin jardín, cultivo desde hace 30 años el mío propio en un pequeño rincón de Asturias, poniendo en práctica los métodos de cultivo sobre los cuales os aconsejo.

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