Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
Las redes anti pájaros, que envuelven el árbol por completo, resultan sumamente eficaces. Se encuentran disponibles en diferentes tipos de mallas y tamaños. Su principal inconveniente es que solo pueden cubrir arbustos y árboles de pequeño tamaño.
Los CD y hojas de papel de aluminio se colocan en las ramas de los árboles para asustar a los pájaros gracias a su efecto reflectante de la luz. Pero al igual que ocurre con los espantapájaros, estos trucos pierden su eficacia al cabo de un tiempo.
Uno de los medios más eficaces para mantener alejados a los pájaros es utilizar globos ahuyentadores. Éstos suelen comercializarse en lotes de 3. De distintos colores, incorporan grabados que representan unos grandes y amenazadores ojos, moviéndose con el viento.
La cometa ahuyentadora imita a un ave rapaz planeando sobre el cielo. Se coloca sobre alguna mata y mantiene alejados a los cuervos, estorninos, gaviotas, gorriones, etc.
Las tiras o bandas holográficas que emiten destellos son otro de los dispositivos que se pueden instalar para proteger los árboles aunque se suelen utilizar principalmente en los cultivos de hortalizas o en los pequeños frutos plantados en hilera. Además, el sonido que emiten al moverse con el viento, asusta a los pájaros.
También se pueden utilizar ahuyentadores recubiertos de un film que provoca reflejos de tipo holográfico como por ejemplo los cascabeles.
Para asegurar la protección de los frutales, cada vez se emplean más productos ecológicos, ya que suelen ser más selectivos y menos perjudiciales para el medio ambiente.
Las redes anti insectos se fabrican en una malla fina especialmente concebida para este uso. Al envolver al árbol, impide que las hembras de los insectos pongan sus huevos sobre las hojas y los frutos. También ofrecen protección contra los pájaros.
Están realizadas en material resistente y ligero para que duren varios años aunque su coste es algo elevado y no son aptas para árboles demasiado voluminosos.
Las trampas cromáticas son tiras encoladas de color amarillo o azul, según la plaga a combatir. Las tiras se sujetan a los árboles, atraen a los insectos con sus colores y quedan pegados en ellas. Las tiras se pueden fabricar de forma casera con unas simples tiras de cartón o plástico de colores, untándolas de cola arborícola y colgándolas en los árboles.
Las trampas con feromonas son efectivas contra el gusano de la manzana, la mosca de la cereza, etc. Los insectos machos se sienten atraídos por el olor, entran en la trampa y quedan pegados a una banda encolada (en el caso de la trampa delta) o se ahogan en un recipiente lleno de agua (trampa de embudo). Las hembras, al no ser fecundadas, no depositarán sus huevos. Este método no siempre es suficiente para erradicar a todos los insectos aunque sirve para identificar el mejor momento para tratar los árboles.
El embolsado de frutos es el mejor método natural para evitar a los insectos (gusanos, avispas, abejorros, etc). Esta técnica consiste en envolver las peras, manzanas, uvas o cualquier fruto que se desee preservar en unas bolsitas de papel microperforado o de tela. Naturalmente, este procedimiento solo se utiliza en pequeñas producciones a baja escala.
Esta trampa es eficaz contra las orugas para proteger manzanos, perales, nogales y ciruelos. A partir de mayo se fija al tronco del árbol, a unos 20 cm del suelo, una tira de cartón ondulado de 15-20 cm de ancho. Dicha tira servirá de refugio a las larvas que se alojarán en los alvéolos del cartón para realizar su metamorfosis durante la estación en curso. Después basta con retirar las bandas y quemarlas. Repetir el proceso durante toda la temporada retirando las últimas bandas a finales de octubre.
Este collar encolado, se coloca alrededor del tronco e impide que las hormigas trepen para alimentarse del néctar de los pulgones y defenderlos de sus depredadores naturales. También es eficaz para controlar otros parásitos como las cheimatobias, una especie de lepidóptero nocturno que no puede volar y en otoño sube a las ramas para depositar en ellas sus huevos.
Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
De niño ya trabajaba en el jardín familiar. Quizás ahí nació mi interés por las plantas y la jardinería. Así que nada más lógico para mí que estudiar biología vegetal y agronomía. Posteriormente, y accediendo a la solicitud de varios editores, escribí, a lo largo de 25 años, numeroso libros relacionados con las plantas, los champiñones (un tema que me preocupa), al principio básicamente guías identificativas, pero posteriormente me fui adentrando en la jardinería, retomando, de este modo la pasión de mi infancia. Además de eso, he colaborado regularmente con varias revistas especializadas en jardinería y naturaleza. Como no hay jardinero sin jardín, cultivo desde hace 30 años el mío propio en un pequeño rincón de Asturias, poniendo en práctica los métodos de cultivo sobre los cuales os aconsejo.