Ficha escrita por:
Francisco, Manitas
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Se distinguen dos tipos de herbicidas, en función de la zona que quieras desherbar.
Este tipo de herbicida elimina las malas hierbas pero resulta inofensivo para las plantas que deseas conservar. Existen herbicidas específicos para distintos tipos de cultivo, que con frecuencia lleva el nombre de la planta a proteger: herbicida para césped, herbicida para rosales, herbicida para patatas, etc.
A diferencia que el herbicida selectivo, todas las plantas en las que se aplica este herbicida, mueren. Por este motivo, su uso se recomienda en patios, senderos, etc., así como para eliminar malas hierbas antes de la plantación.
La denominación de estos usos son herbicida radical, herbicida para caminos y terrazas, herbicida para malas hierbas, etc.
En función de la superficie y de lo que quieras desherbar, tienes a tu disposición varias opciones:
Permite tratar grandes superficies, y puede ser selectivo o no.
Basta con aplicarlo sobre la especie invasora; suele presentarse en formato líquido con un pulverizador incorporado.
Recomendado para macizos o para cualquier tipo de eliminación localizada.
Este herbicida es líquido y se aplica con un pulverizador especial sobre las plantas no deseadas.
Al entrar en contacto con las hojas, el herbicida es transportado por la savia hasta las raíces y provoca la destrucción en profundidad de las malas hierbas.
Su acción es particularmente eficaz para la eliminación de malas hierbas en patios y terrazas.
Los herbicidas se distinguen también por su permanencia, por su acción prolongada (o no) en el tiempo.
El herbicida tiene una acción prolongada en el suelo, lo que implícitamente significa que destruye las plantas presentes al ser aplicado e impide que rebroten posteriormente. Su inconveniente es que no podrás plantar nada en el lugar donde lo hayas utilizado.
El herbicida tiene una acción inmediata, destruyendo las malas hierbas presentes pero sin efecto residual. Después de efectuar el tratamiento es posible sembrar de nuevo cualquier otra planta.
El glifosato es un principio activo presente en la mayoría de los productos contra las malas hierbas. Es un potente herbicida sistémico no selectivo.
Su formidable eficacia lo convierte en un producto imprescindible pero también en un peligro para el medio ambiente (contamina las aguas, modifica la composición química de los suelos y reduce la biodiversidad) y para el ser humano (se relaciona la exposición a este producto con casos de cáncer).
El glifosato se vende bajo el nombre comercial de Roundup y es el herbicida número uno en varios continentes. Lo distribuye la multinacional Monsanto, que explota su patente desde los años 70 del siglo pasado.
La manera más ecológica de eliminar malas hierbas, es a mano. Para retirar las malas hierbas de un terreno también puedes emplear herramientas de jardinería manuales como el azadón, el rastrillo o un pico.Otra buena opción son los extractor de malas hierbas térmico para patios, terrazas y senderos.
La ceniza de madera también es conocida por eliminar el musgo del césped, el vinagre blanco (y también la sal) sirve para las malas hierbas; y el uso de un acolchado del suelo en el huerto se considera un buen herbicida preventivo.
Existen otros herbicidas naturales, solamente tienes que encontrarlos.
En cuanto a la pulverización de tus productos herbicidas, reserva un pulverizador para este uso específico y no olvides protegerte con una mascarilla, o incluso con unas gafas y unos guantes. Sigue escrupulosamente las recomendaciones de seguridad y las dosis recomendadas por el fabricante.
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Francisco, Manitas, 62 fichas consejo
Desde pequeño me encanta el mundo del bricolaje y la jardinería. Hasta el punto que me compré una casa en el campo y la remodelé con mis propias manos. Mi mujer se encargó de decorarla a su gusto, y cuando tuvimos un hijo, me dediqué a hacer muebles para él. Mi próximo proyecto es hacerme un taller de bricolaje en casa, aunque por el momento tengo problemas de espacio.¡Espero poder ayudaros a elegir las herramientas que os hagan falta!