Ficha escrita por:
Miguel, Soldador profesional
Un pulverizador es un dispositivo que permite pulverizar un líquido sobre un material, una superficie o una planta. Los hay de distintos volúmenes y para usos diversos. Pueden ser manuales, eléctricos o térmicos. Exceptuando los pequeños modelos de mano, que únicamente constan de un sistema de vaporizador con gatillo, un pulverizador está compuesto de:
Un depósito de volumen variable que llenaremos con el líquido que se va a pulverizar;
una correa que te permite llevarlo a la espalda o en bandolera (modelos de aproximadamente 10 litros);
unos tirantes para cargar con él a la espalda (modelos de aproximadamente 15 litros);
un tubo de longitud variable;
una lanza dotada de un gatillo;
boquillas con diferentes diámetros;
un sistema de presión que, de ser es mecánico, puede estar formado por una empuñadura o una palanca (en función del modelo).
Todos los pulverizadores tienen el objetivo de pulverizar un producto sobre una superficie; sin embargo, en función del líquido y de la cantidad que quieras aplicar, deberás elegir un modelo u otro.
Generalmente son de pequeña capacidad (entre 0,5 l y 1 l) y fabricados en plástico. Con él lograrás una difusión directa producida por la acción permanente en el gatillo de bombeo, como sucede con el pulverizador que se incluye en algunos productos de limpieza. Es muy útil para aplicaciones muy específicas.
Puedes usarlo como vaporizador para hojas de plantas verdes que necesitan este tipo de tratamiento (orquídea, bonsai, ficus).
Suelen ser modelos que se accionan manualmente y se sujetan a la espalda con unos tirantes, igual que una mochila. Su capacidad varía de 2 a 12 o incluso a 20 l.
Este pulverizador se destina al huerto, al jardín de recreo o al mantenimiento específico de determinadas zonas de la casa. Permite tratar grandes superficies.
Tras llenar el depósito con el preparado (con agua y el producto que se va a aplicar) y haber cerrado los tapones, basta con bombear hasta obtener una resistencia elástica,indicativo de una presión correcta. Ayudándote de una lanza y del pulsador, podrás pulverizar de manera continuada y durante varios minutos las plantas a tratar.
En función del trabajo que debas realizar, elige un modelo con depósito y de una capacidad de entre 2 y 8 litros. El pulverizador dispone de tirantes para llevarla colocada en la espalda, y su volumen de hasta 20 litros proporciona una gran autonomía. Respeta la marca de llenado máxima: una parte del depósito debe quedar vacía para garantizar la compresión del aire.
Se trata de otro sistema de pulverizador de espalda que se bombea de manera permanente por medio de una palanca lateral.
Se utiliza especialmente para eliminar malas hierbas, e incluye accesorios específicos.
Se trata de un aparato más profesional que aporta mayor comodidad. El pulverizador eléctrico se alimenta con pilas o con baterías recargables, y es de presión previa o mantenida.
Éste es un modelo muy útil si tienes problemas con tu espalda, ya que resulta muy fácil de desplazar mientras se pulveriza. Asegúrate de que la inversión se compensa con las tareas que vas a realizar. No obstante, ¿por qué no darte el gusto y regalarte comodidad para que su uso sea más agradable?
Esos modelos se utilizan en grandes extensiones (viñedos, césped para juego o ornamental, olivares, huertos con árboles frutales). Tienen un radio de acción de hasta 12 metros de alcance y es un compañero indispensable para los profesionales.
Cambiar la boquilla de la lanza permite rociar con polvo o semillas.
Su peso se sitúa entre los 10 y los 12 kg, cifra a la que hay que añadir una veintena de litros de producto. Es necesaria una buena forma física para utilizarlo; sin embargo, los resultados harán que el esfuerzo valga la pena. Por otro lado, su importante caudal, hasta 3 l/min, hace que el peso disminuya con rapidez.
Los modelos más voluminosos de pulverizador térmico tienen ruedas y un peso que se aproxima a los 27 kg en vacío. Pueden pulverizar hasta 15 l/min, contener 50 l de producto y ofrecer 16 bares de presión y 10 metros de tubo para disponer de mayor movilidad.
Los motores térmicos son de 2 tiempos, lo que significa que es necesario preparar una mezcla (gasolina y aceite) y llevar a cabo un cierto mantenimiento (filtro, bujía, etc.)
Se ponen en marcha con una cuerda y emiten ruido, por lo que se aconseja proteger los oídos con unos cascos de seguridad.
Podemos usar el producto que se va a rociar disuelto en agua o bien utilizarlo en estado puro.
Tanto si se trata de una decocción natural (como en el caso del purín de ortigas, de tomate, de cola de caballo o de helecho) como de un preparado de origen sintético o incluso de un tratamiento antimusgo, necesitarás un pulverizador.
Como buen especialista, recuerda que cuanto más fina es la pulverización, más eficaces serán los principios activos de tu preparado. De ahí la importancia de la elección de la lanza y, en consecuencia, de tu modelo de pulverizador.
Te recomendamos un modelo que incluya varias boquillas.
Debido a que determinados productos son corrosivos y pueden dañar las juntas de tu pulverizador hasta el punto de afectar a la presión correcta (pérdida de estanqueidad), se desaconseja utilizar un pulverizador estándar no concebido para la pulverización de productos agresivos.Verifica que las características de tu pulverizador indiquen que es apto para el uso de productos químicos o incluso corrosivos.
Elige un modelo en función de la superficiea tratar, la frecuencia con la que lo vas a utilizar y el tipo de producto a pulverizar.
Elige un pulverizador de mochila para grandes superficies o un uso regular.
Los pulverizadores mecánicos son fiables y económicos mientras que los modelos eléctricos, hacen que la tarea sea más cómoda.
Los pulverizadores térmicos se destinan a usos más regulares y a superficies de grandes dimensiones.
Adquirir un pulverizador de una marca reconocida, garantiza disponer de piezas sueltas y consumibles tras la compra. Es algo importante si utilizas tu pulverizador de manera regular, ya que se trata de un equipamiento provisto de juntas y con piezas plásticas sometidas a gran exigencia.
Antes de cualquier tipo de manipulación, no olvides leer los manuales y las instrucciones del fabricante del pulverizador. Presta atención a los pictogramas (pequeños triángulos de advertencia) presentes en los embalajes de los productos que vas a pulverizar, ya que te orientarán acerca de la protección más eficaz: mascarilla y guantes adaptados, vestimenta, gafas de protección.
Guarda este material lejos del alcance de los niños y no dejes restos del producto en el depósito: un buen lavado al acabar tu tarea es imprescindible para un correcto mantenimiento.
Ficha escrita por:
Miguel, Soldador profesional
Soy ingeniero de proyectos para la instalación de calderas. Actualmente estoy retirado, y aprovecho mi tiempo libre para crear esculturas de metal en mi taller: un espacio para dar rienda suelta a mi creativididad. Me encanta la jardinería, la decoración y la pintura. Y me encanta utilizar nuevas herramientas tecnologicas para hacer bricolaje o cualquier cosa que tenga que ver con la casa. Es un placer poder aconsejaros desde mi experiencia adquirida con los años.