Ficha escrita por:
Sebastián, Manitas autodidacta
254 fichas consejo
El abono o fertilizante es un producto que se mezcla con la tierra para mejorar o mantener su fertilidad. El resultado se traduce en un mayor crecimiento de las plantas y un aumento en la productividad de la cosecha (ya sean flores, hortalizas o frutas).
Se distinguen dos tipos de abonos o fertilizantes.
También llamado fertilizante mineral; incorpora elementos nutritivos altamente concentrados a la tierra. Los formatos habituales son en forma de líquido, gránulos o polvo.
Los fertilizantes naturales, también llamados abonos orgánicos, se crean utilizando sustancias de origen animal o vegetal. Se añaden a la tierra en forma de mezcla (como el estiércol), en polvo (restos de huesos, cuernos, etc.) o incluso líquidos (purines).
La elección del formato del fertilizante se realiza en función de su tipo, de la superficie en la que debe ser aplicado y del efecto deseado. Puede ser sólido o líquido, y dependiendo de su presentación, su velocidad de acción será mayor o menor.
Puede presentarse en polvo, granulado, en forma de bolitas, bastoncillos, etc. El fertilizante se disuelve poco a poco en la tierra durante varias semanas después de añadirlo y tiene un efecto lento o "de fondo".
Su acción es rápida o "de estímulo" ya que al ir mezclado con agua, sus efectos se aprecian a los pocos días.
Las flores, plantas, árboles frutales y hortalizas no necesitan los mismos elementos nutritivos ni los consumen en cantidades idénticas. En función de su composición, pueden incrementar el enraizamiento mientras que otros favorecen la resistencia a las heladas.
Los elementos a los que nos referimos son el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K), y cada uno de ellos tiene un efecto particular sobre las plantas.
El nitrógeno actúa directamente sobre el crecimiento de la parte aérea de las plantas. Así pues, resulta favorable para las hojas y el tallo y, en consecuencia, para las hortalizas de hoja (lechuga, escarola, col, etc.). También se utiliza para favorecer el crecimiento de las que deben alcanzar un tamaño determinado para dar fruto (pimiento, tomate, etc.).
El fósforo concentra su acción en el enraizamiento, la resistencia y la fecundación. Por tanto, es útil para que aparezcan más flores en plantas, en árboles frutales o en las hortalizas que florecen para ofrecer frutos.
El potasio aumenta la resistencia de las plantas (frente a los parásitos y las heladas) y favorece el desarrollo de las raíces, los bulbos, los tubérculos, las flores y las frutas.
Los fertilizantes, sean químicos o naturales, indican su contenido de elementos nutritivos en el orden N - P - K, esto es, nitrógeno, fósforo y potasio.
Un abono completo presenta una fórmula de tipo 15 - 15 - 15; o sea, un 15% de cada elemento.
El 55% restante está formado por extractos secos, oligoelementos y otros nutrientes que las plantas necesitan en menor cantidad. Se recomienda utilizar una mascarilla de protección en función del método recomendado para utilizarlos.
Para elegir correctamente tu abono, deberás ser consciente de las necesidades de la planta y conocer la fórmula NPK más adecuada para ella.
Resumen de los principales fertilizantes naturales:
La elección de los fertilizantes minerales exige menos conocimientos, en el sentido de que a menudo están específicamente indicados para una hortaliza o para generar un efecto, o bien su composición se menciona en la fórmula NPK.
El uso de fertilizantes es delicado en la medida en que una cantidad excesiva resulta desfavorable para el buen desarrollo de las plantas y, peor aún, para el medio ambiente.
Por ejemplo, el problema de los fertilizantes nitrogenados es que en un suelo saturado devuelve el nitrógeno a la atmósfera. La filtración a través del agua de lluvia puede contaminar los diferentes cursos de agua y acelera la eutrofización.
Las capas freáticas, por desgracia, no quedan al margen… ni tampoco la biodiversidad y nuestra atmósfera. En definitiva: si utilizas fertilizantes químicos, respeta las dosis indicadas y no los apliques de manera descontrolada.
Los fertilizantes minerales pueden ser nocivos para tu salud y por ese motivo es necesario protegerse durante su aplicación. Por ello se recomienda el uso de un pulverizador específico y consagrado únicamente a la aplicación de fertilizantes líquidos.
Además, algunos fertilizantes deben aplicarse días o durante algunas semanas antes de obtener el resultado previsto. No esperes que tus tomateras peguen el estirón de la noche a la mañana con un fertilizante completo granulado (ni tampoco con un abono líquido).
Por ello, es importante seguir siempre las instrucciones facilitadas por el fabricante. La dosificación y la periodicidad de aplicación del mismo producto, pueden variar en función de la planta que estemos cultivando.
Seamos coherentes y demos prioridad a los abonos de origen orgánico, que alimentan a nuestras plantas y mantienen la fertilidad de nuestros suelos.
Ficha escrita por:
Sebastián, Manitas autodidacta, 254 fichas consejo
Mi lema es: aprender es mejor que pedir. Y...¿cuál es la recompensa final? Pues, una cerveza bien fresquita. La curiosidad por las cosas me ha hecho pasar muchas horas haciendo bricolaje, arreglando cosas por casa, construyendo muebles...espero poder ayudaros después de todo lo aprendido.