Ficha escrita por:
Sebastián, Manitas autodidacta
Para conseguir una casa bien caliente, ante todo es necesario tener en cuenta ciertas indicaciones de sentido común: aislamiento, modo de calentamiento, medidas. Calentar bien tu casa implica sobre todo respetar ciertas consignas de sentido común: aislamiento, tipo de calefacción, medidas y programación. Aislamiento de la vivienda
Un buen aislamiento de la casa te permitirá reducir el desperdicio de calor. Las viviendas de construcciones nuevas están sujetas a normativas estrictas de tipo local, regional o estatal para asegurar la eficiencia energética.
Toda vivienda particular necesita obtener un certificado de eficiencia energética que requiere el MInisterio para la Transición Ecológica.
Calentar una casa con un aislamiento deficiente consume mucha energía. Elige puertas, acristaladas y ventanas con doble acristalamiento con coeficientes térmicos eficientes. En este sentido, el coeficiente Uw define la eficacia/rendimiento del aislamiento térmico de la apertura, cuanto más bajo es un valor, más eficiente es la apertura desde el punto de vista energético.
El aislamiento de altillos y/o paredes mediante lana de roca, lana de vidrio o guata de celulosa es también muy importante para limitar las pérdidas de calor. Los aislamientos puntuales y estacionales, como los bajos de puerta, aislantes finos sobre las puertas de garaje, cortinas gruesas, pueden mejorar el aislamiento de la vivienda.
Para calentar bien tu casa, es necesario tener en cuenta tus necesidades térmicas, el grado de confort que se desea, el aislamiento de la vivienda, la instalación existente y la distribución del calor, el presupuesto, la legislación en vigor y las posibles ayudas a las que acogerse.
Las necesidades térmicas pueden implicar que se quiera mantener la sala de estar/salón a una temperatura de 25º y la habitación a 19°C ó 21°C ; el grado de confort varía entre una caldera de leña que requiere una recarga frecuente y una caldera de gas automática; la instalación existente influye tanto en la elección del aparato como en la presencia de radiadores de agua caliente o de un circuito de radiadores eléctricos con control inteligente; el presupuesto del que se dispone determina la tecnología del aparato de calefacción porque los precios varían entre una calefacción de alto rendimiento o una estufa de leña con un rendimiento de 60 %.
Calentar una vivienda por debajo de lo necesario conlleva falta de confort diario y favorece la aparición de humedades. Sobrecalentar una casa aporta bienestar para aquellos que teman al frío, sin embargo, elegir un aparato de calefacción demasiado grande consume mucha energía y obliga al usuario a pagar facturas elevadas y a no disfrutar de la eficiencia real de su aparato, por ejemplo, si utilizamos una estufa de leña de 15 kW para una vivienda de 60 m², funcionará siempre por debajo de su rendimiento. Disponer de un sistema de calefacción auxiliar también es una solución, y para viviendas que tienen problemas de humedad, instalar un deshumidificador puede ser una opción.
Calentar una casa a 24°C cuando no hay nadie en ella es inútil. Para paliar este problema, existen pilotajes de formas de gestión y pilotajes inteligentes que favorecen la producción de calor de los aparatos de calefacción eléctrica en las horas valle y que mantienen a temperatura programada gracias a un sistema de regulación (Inverter) o incluso estimar y gestionar el consumo de energía durante una temporada completa de uso de calefacción con una caldera de pellets con silo independiente. Programar la calefacción te proporcionará un uso cómodo y te permitirá ahorrar realizando ajustes de tramos horarios con un calentamiento determinado.
Los aparatos de calefacción se eligen según el volumen de la vivienda, su rendimiento energético, precios de compra y también según los costes de mantenimiento y las tarifas de energía consumida.
Los aparatos de calefacción pueden utilizar energías fósiles como el gas o el gasoil,energías poco amables con el medio ambiente, como la electricidad, energías renovables como la leña, siempre y cuando su explotación se realice de forma razonable y sostenible y/o de la energía solar, aunque el reciclaje de los paneles solares todavía genera controversia, como por ejemplo la disminución de las reservas de sus componentes. Las bombas de calor son también una buena alternativa porque consumen poca energía y restituyen las calorías en el aire o el suelo.
Existen dos tipos de calefacción eléctrica: los calentadores eléctricos, que calientan el agua antes de distribuirla en una red de radiadores de agua caliente, y los radiadores eléctricos fabricados con tecnologías diversas.
Los calentadores eléctricos son poco rentables, pero su uso es simple para los usuarios. Los calentadores eléctricos pueden producir agua caliente sanitaria y distribuyen su calor mediante radiadores con medidas variables según la estancia donde se instalarán.
Los distintos radiadores eléctricos son:
Radiadores eléctricos por convección o convectores: difunden el calor por convección, son poco económicos y secan el ambiente;
radiadores o paneles radiantes: calientan por radiación y por convección. Los que calientan por radiación secan menos el aire y proporcionan una mejor difusión y homogeneidad del calor;
emisores térmicos: son más económicos que los radiadores eléctricos porque difunden el calor por radiación, por convección y restituyen el calor. Existen emisores térmicos de fluido (fluido transmisor de calor) o en seco (cerámica, esteatita, piedra de lava).
La calefacción de gasoil se realiza principalmente por gasoil y/o mediante estufas. Las estufas de gasoil se suelen instalar en los depósitos, sobre instalaciones que ya existen o en casas aisladas y por aquellos que buscan un modo de calefacción cómodo, contrariamente a las calderas de leña que necesitan recarga diaria.
Las estufas de gasoil requieren una cubeta de almacenamiento y pueden necesitar, según el tipo y en particular según la evacuación de humos, una instalación de tiros de chimenea, salida de humos por tubo coaxial o tubo concéntrico. Las calderas de gasoil pueden ser de baja temperatura o de condensación y difunden el calor por medio de radiadores de agua caliente. Es obligatorio realizar un mantenimiento mínimo anual.
Las calderas de gas funcionan como las de gasoil y pueden ser de baja temperatura o de condensación. Su ventaja principal es que están conectadas al sistema de gas natural y no necesitan depósito. Las calderas de gas gozan de alto rendimiento. El calor se distribuye mediante radiadores de agua caliente cuyas medidas dependen de la estancia en la que se vaya a utilizar o mediante suelo radiante.
La caldera de gas, como cualquier otra caldera, puede producir agua caliente sanitaria. La evacuación de humos puede realizarse mediante salida de humos coaxial o un conducto de chimenea.
La calefacción de leña es posible gracias a los aparatos de calefacción de leña como por ejemplo:
Calderas de leña;
calderas de pellets,
estufas de leña;
estufas de granulados o estufas de pellets;
inserts de leña;
hogar de leña.
Los aparatos de calefacción de leña que más confort proporcionan son las calderas de pellets o con silo independiente, ya que permiten disponer de una reserva de pellets para toda la temporada de uso de la calefacción.Las estufas de pellets son las siguientes en cuanto a confort porque se pueden programar y ofrecen una autonomía real. Su uso es más flexible y proporcionan posibilidades de ahorro. La mejor combinación es disponer de una caldera de condensación de pellets con silo independiente. Los sistemas de calefacción de pellets también funcionan con electricidad, programación etc.
Los inserts, hogares y las estufas de leña queman leños y en algunos modelos pueden utilizarse también granulados o pellets. La evacuación de humos se realiza mediante conducto de la chimenea, requieren mantenimiento y, según sus características, proporcionan buenos rendimientos.
Las bombas de calor son económicas y toman del aire exterior, del suelo o de las capas freáticas las calorías que restituyen después en el interior de la vivienda mediante un procedimiento de transformación con un fluido refrigerante, un evaporador, un compresor y un intercambiador.
Existen distintos modelos: aire-aire, aire-agua, agua-agua, suelo-aire, suelo-agua. Las bombas de calor son económicas (consumen 1 kW y restituyen 4 KW) y pueden difundir el calor por radiadores de agua caliente y ventilo conductores, suelo radiante mediante o por celdas encastradas en la pared.
Las bombas de calor son caras pero ofrecen buen rendimiento y son económicas a largo plazo. En las regiones más frías, pueden necesitar un sistema de calefacción complementario.
La potencia calorífica de un aparato de calefacción se expresa en kilovatios (KW) y se calcula según los siguiente criterios:
La superficie o el volumen de la vivienda;
la calidad del aislamiento y su eficiencia energética;
lugar de instalación puesto que las necesidades de calefacción difieren de una región a otra, y por tanto las temperaturas de referencia varían,
la temperatura deseada en la vivienda,
las posibles pérdidas, según la calidad del aislamiento,
Además, cuando el aparato de calefacción incluye producción de agua caliente sanitaria, la potencia es mayor porque tiene que dar respuesta al consumo doméstico de agua caliente.
En general, excepto para las calderas, los radiadores eléctricos y las estufas se eligen teniendo en cuenta la referencia: 100 vatios, es decir, 0,1 KW para 1 m², es decir, 0,04 KW por m3 para una vivienda con aislamiento normal. Las guías y consejos de los aparatos de calefacción suelen incluir cálculos más precisos y otros criterios como por ejemplo la temperatura de referencia, el índice de temperatura exterior, coeficiente de consumo de energía, coeficiente de pérdida de calor etc.
Cuando se trata de una obra nueva, la gran ventaja es que se puede elegir la calefacción en función de los diferentes criterios de ubicación de la vivienda y de las propias exigencias de confort. Tú decides bomba de calor aire-agua ,o suelo-agua o un sistema de un sistema de emisores térmicos en seco con gestor de energía inteligente.
Para que te resulte más fácil comparar, ten en cuenta lo siguiente:
En este caso, las posibilidades son limitadas ya que la instalación existente puede condicionar la elección del aparato de calefacción, por ejemplo, las calderas de gasoil o inserts de chimenea. Al igual que para las obras nuevas, para elegir correctamente el sistema de calefacción en una vivienda renovada, hay que tener en cuenta:
Costes de instalación y de mantenimiento;
precio de coste anual de tu calefacción;
confort de uso de tu calefacción: facilidades de uso de los radiadores contra las exigencias de mantenimiento de una estufa de leña;
ubicación de la vivienda;
exigencias y criterios de seguridad.
También puedes consultar la normativa vigente para informarte de de ciertas ayudas o subvenciones que pueden existir en las diferentes Comunidades Autónomas.
No hay secreto, todo aquel que quiera reducir su impacto ecológico debe:
Dar preferencia al uso de energías renovables;
elegir un sistema de calefacción de alto rendimiento;
aislar la vivienda para reducir las pérdidas de calor;
no elegir un aparato de calefacción ni demasiado grande ni demasiado pequeño;
no sobrecalentar la casa y respetar una temperatura de confort de entre 19º y 21ºC.;
ponerse un jersey antes que subir la temperatura de la calefacción sistemáticamente.
También se puede ahorrar de forma anticipada, es decir, por ejemplo, en la producción de electricidad (instalación de paneles solares), compra de combustible colectiva o autoproducción (leña exclusivamente).
Es imposible calentar una casa de forma gratuita porque toda vivienda necesita una instalación de calefacción. Sin embargo, se puede calentar la casa de forma económica si se eligen aparatos de calefacción de alto rendimiento, que reducen la factura de consumo de energía (paneles solares etc.).
Puedes elegir entre la estufa de leña clásica, los hogares e inserts de chimenea, estufas de leña más modernas u otro tipo de estufas. Los pellets son una buena alternativa y los aparatos de calefacción que funcionan con este combustible ofrecen buenos rendimientos.
Es recomendable consultar la normativa local, regional y estatal en materia de calefacción, así como las disposiciones del C.T.E (Código técnico de edificación). En algunos casos podrás conseguir ayudas o subvenciones.
Bomba de calor y paneles solares son casi obligatorias si quieres calentar tu casa con el sol. Los ventanales grandes orientados hacia el sur te aportarán también bastante calor. Los sistemas solares combinados con producción de agua caliente (calientan el agua en un acumulador y después la distribuyen en el sistema de calefacción en el suelo o para agua caliente sanitaria) son eficaces y económicos.
Depende de la instalación con la que cuentes. Si dispones de emisores térmicos, es preferible que acumulen calor durante las horas valle (por la noche) para restituirlo después durante el día. Por el contrario, si dispones de una estufa de pellets, caldera de leña o de gas, es inútil mantener una temperatura de entre 21º y 23º a las 5 de la mañana.
Ficha escrita por:
Sebastián, Manitas autodidacta
Mi lema es: aprender es mejor que pedir. Y...¿cuál es la recompensa final? Pues, una cerveza bien fresquita. La curiosidad por las cosas me ha hecho pasar muchas horas haciendo bricolaje, arreglando cosas por casa, construyendo muebles...espero poder ayudaros después de todo lo aprendido.