Ficha escrita por:
Ana, Pintora
Lo esencial que hay que tener en cuenta al elegir un radiador de agua caliente se resume en determinar:
El material. Puedes elegir entre: hierro fundido (pesado, con mejor inercia, ascenso de temperatura lento). aluminio fundido (más ligero que el hierro, con muy buena inercia y un ascenso de temperatura más rápido) y acero (ligero, de inercia media y ascenso de temperatura rápido);
la potencia, que se calcula en función de: la superficie (largo x ancho) o el volumen (largo x ancho x alto) de la habitación que quieres calentar; la calidad del aislamiento, es decir, 0,1 kW/m² o 0,04 kW/m3 para las viviendas bien aisladas o RT 2005 y BBC y 0,6 kW/m² o 0,024 kW/m3 para las viviendas RT 2012 y la comodidad térmica deseada;
la emisión de calor: calor suave o baja temperatura (el radiador emite 50 °C, mejor comodidad térmica) o calor fuerte o alta temperatura (el radiador emite 90 °C, consume más energía, pero calienta más rápido);
la forma, las dimensiones y el color, que deben determinarse según la configuración del espacio y las preferencias personales: vertical o de pie; horizontal (estándar); de zócalo, para ocupar menos sitio; empotrado en el suelo (difusión de calor por convección) o extraplano horizontal o vertical, para reducir el espacio necesario.
El marcado CE (Conformidad Europea);
La norma UNE (Una Norma Española);
La norma EN 442, que garantiza la emisión calorífica indicada;
Calidad RAL, vinculada a la conservación de la salud y el medio ambiente, u otras certificaciones de organismos independientes;
Garantía de 5, 10, 15 o 20 años proporcionada por los fabricantes.
A diferencia de los radiadores eléctricos, los radiadores de agua caliente se utilizan con el sistema de calefacción por combustión (calderas de gas, leña, o gasóleo), además de con bombas de calor o calefacción solar.
Los radiadores de agua caliente se conectan a la caldera y entre sí a través de dos tubos:
Uno que transporta el agua caliente hasta los radiadores;
otro que recoge el agua ya fría que sale de cada radiador y la devuelve a la caldera para calentarla de nuevo.
La caldera calienta el agua del circuito, denominada líquido caloportador, aumentando la temperatura de los radiadores.
Los radiadores de agua caliente difunden el calor por radiación (emisión de calor a través de la pared caliente) para multiplicar el intercambio térmico; están equipados con una carcasa hueca por la que circula el líquido caloportador, lo que explica su forma tan especial a base de tubos, aletas o láminas.
Otros radiadores funcionan por convección: son los convectores. Tienen la particularidad de poder empotrarse en un revestimiento, un zócalo o incluso el suelo. El calor se difunde mediante el movimiento de aire natural de convección (transferencia del calor a través de la circulación de gases) que se desplaza desde la parte inferior a la superior del calefactor. No pueden utilizarse con una caldera de baja temperatura (la temperatura mínima requerida para este tipo de radiador es de 60 °C).
Evidentemente, la diferencia está en la temperatura del agua del circuito. Si bien los dos radiadores funcionan del mismo modo, el agua alcanza los 90°C en el radiador de alta temperatura y solo 50°C en el radiador de baja temperatura, también llamado radiador de calor suave (al funcionar a baja temperatura, la inercia es ligera).
Los radiadores de calor suave disponen de una gran superficie de intercambio, que les permite difundir tanto calor con una caldera de condensación, o caldera de baja temperatura, que con una caldera tradicional, pero con agua menos caliente. Esta característica ofrece mucha seguridad para los niños y es una verdadera fuente de ahorro energético.
En cuanto al consumo, el radiador de baja temperatura es más económico, porque exige menos esfuerzo a la caldera; a cambio, su superficie de calentamiento es mayor, por lo que resulta más voluminoso. Para obtener un funcionamiento óptimo, es recomendable combinar los radiadores de baja temperatura con una caldera de baja temperatura o una bomba de calor(se encarga de aumentar la temperatura).
Los radiadores de alta temperatura calientan más rápido y ofrecen una inercia mayor (capacidad de acumular el calor e ir desprendiéndolo poco a poco), pero consumen más.Las viviendas, sobre todo las de nueva construcción y las reformadas, están cada vez mejor aisladas, lo que permite utilizar calderas y radiadores que calientan el agua más rápido y a temperatura más baja. Así, el consumo de energía se reduce considerablemente, y eso se notará en tu factura de la luz. Debes tenerlo en cuenta a la hora de elegir la calefacción de tu vivienda, en particular si debes renovarla.
Las viviendas construidas antes de 1980 probablemente no tengan ningún tipo de aislamiento térmico
La potencia calorífica necesaria para una vivienda depende de su volumen, de la cantidad y calidad delaislamiento de la vivienday de la zona climática de la localidad donde se encuentre, en función de su capital de provincia y su altitud respecto a nivel del mar (condiciones definidas en el Código Técnico de la Edificación). La potencia se expresa en vatios (W) o kilovatios (kW), donde 1 kW = 1000 W;
la superficie se expresa en m² y se calcula multiplicando el ancho por el largo de una habitación;
el volumen se expresa en m3 y se calcula multiplicando la superficie por la altura hasta el techo (por defecto, se considera una altura de 2,50 m).
Pueden utilizarse tanto la superficie como el volumen para calcular la potencia de los radiadores de agua caliente, así como de otros elementos de calefacción utilizados en la vivienda.
Como acabamos de decir, la calidad del aislamiento influye positivamente a la hora de ahorrar en consumo de energía, algo que interesa tanto a los particulares como a las administraciones. En 2013 se implantó el Certificado de Eficiencia Energética de edificios, obligatorio a la hora de vender o alquilar un inmueble. Si te lo estás planteando conviene que todas tus instalaciones sean lo más eficientes posible, ya que esto mejorará considerablemente su valoración.
La calidad del intercambio de calor viene esencialmente determinada por la superficie externa del radiador que está en contacto con el entorno de la habitación. Por lo tanto, es esencial elegir radiadores de agua caliente de materiales adecuados. Existen tres tipos principales de radiadores con diferentes propiedades térmicas:
Los radiadores de agua caliente de hierro fundido presentan muy buena inercia (una gran capacidad para acumular calor y desprenderlo poco a poco), sin embargo, tardan mucho en calentarse. Estos radiadores son robustos y voluminosos, difíciles de instalar (pesan mucho) y de precio elevado.
Los radiadores de agua caliente de aluminio fundido aumentan muy rápido de temperatura y se enfrían despacio. Su comportamiento térmico es ideal para hogares bien aislados.
Los radiadores de aluminio fundido no son compatibles con los demás radiadores de agua caliente, ya que pueden desarrollar corrosión debido a las reacciones químicas al ponerse en contacto los distintos materiales. Su diseño es bastante clásico.
Debido a la finura de sus paredes y a su bajo contenido en agua, la inercia de los radiadores de agua caliente de acero es menor que la de los radiadores de hierro fundido.
Los radiadores de acero adquieren y pierden temperatura rápidamente (inercia baja), por lo que se recomiendan para estancias que se utilizan poco o bien aisladas. Los radiadores de acero están disponibles en una amplia variedad de diseños, dimensiones y colores.
En los últimos años, han aparecido infinidad de modelos de radiadores de agua caliente. Del más clásico al más de diseño, ¡hay para todos los gustos! El criterio de selección principal es la ubicación del radiador de agua caliente (el entorno impone inevitablemente algunas restricciones en cuestión de tamaño y forma).
Los radiadores de agua caliente verticales y horizontales disponen de un sistema de anclaje a la pared y de una entrada de conductos (tubos para conectar el agua) apta para el uso en vertical o en horizontal.
El espacio que requieren depende de sus dimensiones.
Al colocarse normalmente cerca del suelo, el radiador de agua caliente para zócalo es discreto, pero requiere una instalación más laboriosa.
Genera un calor suave (sin riesgos para los niños) y permite optimizar el espacio de la habitación al máximo.
Al combinar estética y rendimiento térmico, los radiadores de agua caliente extraplanos se integran en el hogar a la perfección.
Aportan un toque moderno a la decoración.
Olvídate de los viejos radiadores en «acordeón» del tiempo de nuestras abuelas; instala radiadores de diseño, un elemento decorativo en sí mismo. Efecto espejo, de panel, con frontal de acero inoxidable o aluminio, de colores, de cristal, con formas geométricas estilizadas o insólitas... Sin duda encontrarás el radiador de agua caliente ideal, ¡solo tienes que ponerle precio!
Para espacios reducidos o de gran volumen, ahora es posible fabricar un radiador de agua caliente a medida.
Recuerda dar siempre preferencia a instalar dos radiadores pequeños en lugar de uno grande para distribuir mejor el calor. En el mejor de los casos, calcula un radiador por cada 15 m².
No dudes en equipar tus radiadores con un termostato para regular la temperatura de las habitaciones y disfrutar de mayor comodidad.
Limpia los radiadores con una brocha acodada, con la que podrás quitar el polvo fácilmente. No uses productos corrosivos.
Purga los radiadores al principio y al final del invierno para optimizar su rendimiento.
Ficha escrita por:
Ana, Pintora
Autodidacta y apasionada del bricolaje y la decoración, me encantan las antigüedades, restaurar muebles, y crear otros diferentes y originales. Después de restaurar por completo la casa de mi hermana,¡me gustaría compartir mi experiencia con todos vosotros!