Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
El término «purín» designa un extracto fermentado de plantas. Es el producto de una maceración de plantas en agua durante varios días, un líquido que contiene diferentes elementos. Entre los preparados naturales para el jardín, los purines de plantas son los más comunes, los más fáciles de hacer y los más utilizados.
Actualmente, la ortiga figura en la lista europea de sustancias básicas. Por lo tanto, los jardineros (y los agricultores) pueden usarla legalmente (la habían prohibido en 2006) y reducir así la cantidad de pesticidas utilizados en sus cultivos.
En la web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación consta como aprobada para su uso como fungicida en el listado de sustancias activas aceptadas en por el reglamento 2017/419 SANTE/11809/2016 de 30 de marzo de 2017.La abundancia de esta planta y su fácil preparación, probablemente contribuyan a que se generalice su uso a medida que las investigaciones en curso arrojen luz sobre sus mecanismos de acción y concreten las modalidades de aplicación de este producto.
Gracias a su aportación de nitrógeno (nitrógeno mineral y nitrógeno orgánico), fósforo, potasio, calcio y magnesio, la ortiga actúa como abono natural estimulando el crecimiento vegetativo y radicular de la planta.
Refuerza las defensas naturales de la planta estimulando la producción de sustancias antibióticas como las fitoalexinas. Estas moléculas son sustancias de defensa que producen las plantas verdes cuando son atacadas por un agente infeccioso.
Así pues, el purín de ortigas permite combatir de forma preventiva las enfermedades criptogámicas, es decir, causadas por hongos (lepra del melocotonero, roya del grosellero, mildiu).
Aunque no mate los insectos, el purín de ortigas tiene un efecto repelente contra algunos parásitos que pueden ser dañinos para las plantas, como los pulgones y los ácaros.
La ortiga actúa inhibiendo la germinación de las esporas de los hongos. Por ese motivo, es un producto eficaz sobre todo como preventivo: impide el desarrollo de enfermedades como el mildiu, la lepra del melocotonero, etc.
Por su riqueza en nitrógeno, bacterias, fermentos lácticos y enzimas, el purín de ortigas no diluido es un buen activador de compost, puesto que acelera la descomposición de la materia orgánica.
Las dos principales especies de ortiga son la ortiga mayor, Urtica dioica, la más común, y la ortiga menor, Urtica urens, más pequeña y que pica más. Las dos especies pueden usarse indistintamente para fabricar purín. Estos son los pasos que hay que seguir para elaborar purín de ortigas.
Este es el material que necesitarás para preparar purín de ortigas:
Un recipiente (cubo, bidón, cubo de la basura) de un volumen mayor que el del preparado (por ejemplo, para hacer 10 l de purín, usa un recipiente de 15 l como mínimo);
una tela para tapar el recipiente;
material de filtrado: colador, tamiz, un trozo de tela o unos pantis;
un embudo para el trasvase;
botellas de plástico o de vidrio opacas y herméticas para almacenarlo.
Es mejor recolectar las ortigas al principio de su crecimiento, en mayo o junio, puesto que son más ricas en principios activos, pero atención: ¡pican más! Utiliza guantes de protección así como pantalones y camisa de manga larga para evitar posibles molestias.Una vez cortadas, las plantas de ortiga volverán a crecer gracias a sus rizomas y a que sólo necesitamos sus tallos. Por lo tanto, podrás volver a elaborar purín en algún momento del próximo verano.
1. Reúne aproximadamente 1 kg de plantas frescas (tallos y hojas). Córtalas en trozos grandes e introdúcelas en un recipiente grande de plástico que contenga 10 litros de agua de lluvia. Las plantas deben quedar totalmente sumergidas.2. Tapa el recipiente con la tela. Esto permitirá que pase el oxígeno indispensable para la fermentación y evitará que los insectos accedan al purín.3.Coloca el recipiente en un lugar resguardado del sol (a una temperatura de entre 15 y 25 °C).4. Déjalo fermentar y remueve el líquido todos los días. Cuando ya no se formen burbujas en la superficie del preparado al removerlo, habrá terminado la fermentación. Esto puede prolongarse de 5 a 12 días en función de la temperatura exterior (la fermentación es mucho más rápida cuanto más elevada sea la temperatura).5. Filtra el líquido una primera vez con ayuda de un tamiz. A continuación, vuelve a filtrarlo una segunda vez con ayuda de una tela o unos pantis. Ahora el purín está listo para usar.
Si no puedes usar el purín de inmediato, almacénalo en recipientes herméticos (botellas, bidones), en un lugar fresco y resguardado de la luz. Llena los recipientes hasta arriba para evitar la oxidación causada por el aire. Así, el purín podrá conservar todos sus principios durante un máximo de un año.
Existen dos métodos de aplicación del purín de ortigas.
Diluye el purín al 20 % si lo utilizas como estimulante mediante riego en la base de las plantas. Así, 2 litros de purín diluidos en 10 litros de agua permiten restituir los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas de forma asimilable. En cambio, una concentración más elevada podría inhibir el crecimiento.
Una dilución al 10 % permite luchar contra los pulgones y los ácaros cuando se pulveriza sobre las hojas. Se aconseja una dilución al 5 % como tratamiento para la planta con el fin de prevenir enfermedades criptogámicas como el mildiu, la lepra, el oídio o incluso la roya. Este preparado debe utilizarse cada dos semanas para conseguir un efecto preventivo.
Asegúrate de que está bien filtrado para no obturar los conductos de tu pulverizador. Cabe destacar que es posible alternar su uso con el del caldo bordelés. Así se utiliza menos este último, lo cual limita su efecto negativo en el medio ambiente (contiene cobre).
Para preparar purín de ortigas, utiliza agua de lluvia, ya que no contiene cloro ni cal. A menos que se indique lo contrario, usa agua de pozo. Si tienes que emplear agua del grifo, deja que se airee durante dos días removiéndola varias veces para que se evapore el cloro;
para evitar su oxidación, no prepares la receta en un recipiente de metal (salvo si es de acero inoxidable). Tampoco uses uno de madera, ya que puede alterar el preparado. Utiliza vidrio, plástico o tinajas de terracota;
para el filtrado, actúa en 2 o 3 pasos: primero, haz un filtrado grueso para eliminar los residuos más grandes (en un tamiz con arena, por ejemplo) y luego uno o dos filtrados más finos utilizando, por ejemplo, una vieja malla antiinsectos o unos pantis;
no mezcles varias especies de plantas en la elaboración del purín. Esto podría impedir una correcta fermentación. En cambio, es perfectamente viable mezclar distintos preparados (elaborados por separado) para aplicarlos en las plantas;
si no puedes esperar varios días (en caso de ataque repentino o la aparición de algún problema en tus plantas), haz una maceración corta siguiendo las instrucciones de la receta descrita más arriba, pero durante al menos 24 horas, y pulveriza inmediatamente sin diluir;
finalmente, aquellos a los que les desagrade el proceso de preparación, especialmente por su olor nauseabundo, deben saber que hay purín listo para usar a la venta.
Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
De niño ya trabajaba en el jardín familiar. Quizás ahí nació mi interés por las plantas y la jardinería. Así que nada más lógico para mí que estudiar biología vegetal y agronomía. Posteriormente, y accediendo a la solicitud de varios editores, escribí, a lo largo de 25 años, numeroso libros relacionados con las plantas, los champiñones (un tema que me preocupa), al principio básicamente guías identificativas, pero posteriormente me fui adentrando en la jardinería, retomando, de este modo la pasión de mi infancia. Además de eso, he colaborado regularmente con varias revistas especializadas en jardinería y naturaleza. Como no hay jardinero sin jardín, cultivo desde hace 30 años el mío propio en un pequeño rincón de Asturias, poniendo en práctica los métodos de cultivo sobre los cuales os aconsejo.