Ficha escrita por:
Cristina, microemprendedora de jardinería y otros
La fertilización consiste en proporcionar al suelo del jardín los nutrientes esenciales para el desarrollo de las plantas. Es una labor especialmente importante en la huerta y el jardín, que tienen distintas necesidades. Las plantas decorativas, que son menos exigentes en nutrientes, necesitan por lo menos una aportación anual. Para fertilizar utilizaremos distintos productos (abonos, estiércol, etc.) o una adición de compost.
El suelo no es un soporte inerte, sino que está vivo.
Como todas las formas de vida en la Tierra, necesita nutrientes para seguir viviendo y permitir que las especies vegetales se desarrollen. Muchos jardineros piensan que están haciendo lo correcto al no agregar nada a la tierra en su jardín. De esta forma evitan algunos desequilibrios, pero crean otros. La principal consecuencia de esta falsa creencia es la falta de humusen el suelo.
El humus es la sustancia orgánica responsable de la fertilidad del suelo. Es el resultado de la transformación de materiales vegetales y animales a partir de su descomposición. El humus que se forma en la naturaleza se degrada permanentemente al oxidarse en contacto con el aire. Y si no se renueva, el suelo se agota y la nutrición vegetal ya no está garantizada. De ahí la importancia de renovarlo dentro de los propios cultivos mediante nuevas aportaciones. Por ello se recomienda preparar de manera fácil tu propio fertilizante: el compost.
Puedes mantener o aumentar la fertilidad del suelo incorporando anualmente de 10 a 30 kg / 10 m² de compost obtenido por compostaje.
El compostaje es el proceso con el que se elabora el verdadero abono natural: el compost. Es una mezcla de material vegetal y estiércol descompuestos por un proceso orgánico natural.
El compost restaura los nutrientes que han sido consumidos por cultivos anteriores. Proporciona elementos esenciales para las necesidades de las plantas cultivadas. El compost se crea gracias al trabajo del jardinero. Creación de humus
El humus es una sustancia orgánica que resulta de la descomposición de elementos vegetales y orgánicos combinados con la acción de hongos y bacterias, en la capa superior del suelo. Es la única garantía de fertilidad del suelo. El humus se crea de forma totalmente natural, sin necesidad de intervención humana.
Los residuos vegetales y orgánicos de nuestro hogar pueden ser utilizados para crear un abono natural y ecológico. Dado que el tratamiento de residuos es un problema real que afecta al medio ambiente, la producción de compost forma parte de una dinámica de desarrollo sostenible.
Todos los materiales de origen orgánico pueden ser incorporados al compost. Pueden ser utilizados solos o mezclados con otros. Esto depende de su constitución, apariencia y contenido de humedad.
La siguiente tabla contiene una lista de los materiales que se pueden utilizar en el compostaje. Su composición y su aporte de nutrientes es diversa.
POBRE EN CARBONO RICO EN NITRÓGENO | RICO EN CARBONO POBRE EN NITRÓGENO | COMPOSICIÓN EQUILIBRADA |
Materia fecal animal | Papel y cartón (sólo con tinta negra) | Posos de café |
Restos de siega | Serrín de madera | Ramas verdes trituradas |
Plantas verdes (árboles, malezas, hojas de hortalizas) | Hojas secas | Hojas de árboles |
Desperdicios de cocina (pieles de frutas y verduras, restos de pan) | Turba | Estiércol + desechos |
Algas marinas | Paja |
Material con cualquier patología (plantas enfermas);
papel impreso con tinta de color (es extremadamente contaminante);
cenizas de carbón;
guijarros (no se descomponen);
madera sin triturar.
Hay tres técnicas para hacer compost. La elección de una u otra técnica depende de la cantidad de espacio y tiempo disponible para hacerlo:
El compostaje en pilas es una técnica que consiste en formar un montículo de material compostable en el suelo. Sigue el principio de las capas, las cuales se superponen unas a otras de forma horizontal. La ventaja de esta técnica es la rapidez de producción del compost. La desventaja es que requiere mucho espacio y tiempo (acumulando y removiendo los materiales).
El abono en silo o utilizando un compostador es una de las técnicas más utilizadas. Esto implica crear las capas de material orgánico en un contenedor grande. Como regla general, el contenedor es un cilindro recubierto con una película plástica transparente o un contenedor de madera, con una cara desmontable para seguir la evolución del abono.
Los silos se pueden comprar y se llaman compostadores. También se pueden fabricar fácilmente con unas nociones mínimas de carpintería. La ventaja de esta técnica es que requiere muy poco espacio.
El compostaje en superficie imita la descomposición de los materiales en la naturaleza. Éstos se depositan directamente en el suelo donde se ubicará el cultivo y se descomponen poco a poco. La principal ventaja es la economía del trabajo (sin apilar ni remover).
La creación de una pila de compost se realiza en cinco etapas:
Apila los materiales orgánicos en un rincón del jardín o en un lugar aislado, pero de fácil acceso.
Riega abundantemente cada capa y coloca un poco de tierra, ceniza de madera y polvo de roca (caliza calcárea) sobre el montículo.
Mezcla los materiales intentando crear una composición equilibrada en términos de aportes de nutrientes (ver tabla anterior). No te preocupes: incluso si está desequilibrado, el compost siempre da un resultado satisfactorio. Solo tardará un poco más en restaurarse el equilibrio.
Añade hojas y ramas de ortiga que actuarán como activadoras del compost.
Cubre el montículo con paja, hierba seca u hojas muertas y termina con un poco de tierra.
** En regiones lluviosas será necesario un plástico para cubrirlo.
La pila de compost debería calentarse debido a la actividad que desarrollan los microorganismos. Puede alcanzar los 60°C, para empezar a bajar lentamente de temperatura. Cuando el montículo alcanza su pico de calor, puede haber dos problemas:
Los materiales están muy secos y aparecen hongos filamentosos grises: a la pila le falta humedad y podemos corregirlo regando;
los materiales no huelen bien y se tornan verdes: el montículo contiene demasiada agua. Haz una nueva pila incorporando materiales secos.
Después del pico de calor, es normal que aparezcan gusanos del estiércol (reconocibles por su color rosado y anillos blanco). Es entonces, cuando sabemos que el compost está semimaduro. Es el momento ideal para esparcirlo sobre suelos pobres y arenosos, especialmente en otoño.
El compost semi maduro también se puede utilizar como mantillo. Se esparce en el suelo, alrededor de las plantas, y se cubre con una fina capa de hierba seca o paja.
El compost maduro tiene el mismo uso que el compost semi maduro, pero puede ser enterrado cuando se plantan árboles y arbustos. Tiene aspecto de tierra negra y parece abono comercial. Es un fertilizante concentrado.
Aunque la idea de hacer compost casero es muy atractiva, no todo el mundo tiene tanto espacio, ni tiempo para hacerlo por pilas. Para tu pequeño jardín o para una parcela, puedes adquirir un compostador donde irás acumulando los desechos de poda o siega del jardín, las hojas secas. Junto con los restos de comida de la familia pueden transformarse poco a poco en el abono para tu jardín.
Ficha escrita por:
Cristina, microemprendedora de jardinería y otros
Hace ya algún tiempo que pasé de ser ejecutiva del transporte de residuos a una agricultora especializada en horticultura ecológica. Tras obtener un título profesional en Agronomía, con opción de Producción Hortícola, intenté durante varios años establecerme como joven agricultora. Y tras muchas decepciones, finalmente me lancé como microempresaria de servicios a domicilio, especialmente de jardinería, ayudada por mi querido marido. Apasionada por la naturaleza y las plantas silvestres comestibles, estoy muy al día de las soluciones ecológicas que respetan nuestro entorno y que son aplicables a todos los aspectos de mi vida cotidiana. Desde el huerto hasta los parterres, desde la siembra hasta la cosecha, ¡Tengo todo tipo de consejos en mis cajones! No dudes en preguntarme tus dudas.