Ficha escrita por:
Paula, Amante del bricolaje
103 fichas consejo
La humedad en el interior de una vivienda no es un problema menor. A menudo se presenta en forma de gotitas de agua en las paredes y las ventanas, pero también puede provocar la aparición de moho en las superficies (pared, suelo, muebles) y problemas de salud. Aunque las nuevas construcciones que cumplen la normativa CTE 2013 o CTE 2019 no sufren problemas de humedades, las viviendas mal aisladas se ven directamente afectadas.
En caso de falta de aislamiento del techo o azotea, puede producirse un fenómeno de filtración de agua de lluvia y goteras. ¿Las consecuencias? Agua en las paredes, manchas en el techo y moho.
Cuando el aislamiento del suelo es defectuoso, puede producirse un fenómeno de humedad por capilaridad procedente del suelo. Puede observarse este fenómeno por el desarrollo de líquenes en los baldosines y las juntas de los azulejos. Si sucede esto, hay que revisar la base de la casa, es decir, los cimientos, con drenajes o productos hidrófugos o bien tratar la base de las paredes si se trata de un edificio antiguo.
La humedad de las paredes, consecuencia de la humedad del suelo, se observa especialmente en las superficies enlucidas o pintadas. Esta humedad también puede provenir del agua de lluvia que cae en la pared y se infiltra a través de las grietas. La sal higroscópica de las paredes, presente en gran cantidad, puede evidenciar la retención de agua. Para combatir el agua en las paredes, hay que abrir las zonas empapadas e inyectar un fluido hidrófugo. De nada sirve recubrirlas.
Algunos materiales son conocidos por ser factores de alteración electroquímica. Algunos materiales tienen tendencia a retener el agua, como el enlucido de cemento muy alcalino o los materiales oxidados. Solo tras retirar esos elementos se pueden secar eficazmente las paredes.
En el interior de una vivienda, la condensación se caracteriza por la presencia de gotas de agua en las paredes, los cristales y el mobiliario. En realidad, se trata de aire caliente que se condensa y se transforma en agua sobre una superficie fría. Este medio húmedo es propicio para el desarrollo de esporas y enfermedades respiratorias, sin olvidar que el nivel de humedad también afecta a los dolores articulares.
Una vivienda mal aislada tiene lo que se conoce como puentes térmicos. Estas zonas, que por lo general están en las ventanas y balcones, pero también en la puerta de entrada o la puerta del garaje, se encuentran en las juntas (techo/pared y pared/suelo). La diferencia de temperaturas favorece la humedad y la pérdida de calor (y por tanto, de dinero) en esos lugares.
Caldear una estancia permite eliminar una parte del agua que contiene el aire. En definitiva, la calefacción de la vivienda disminuye el nivel de humedad del aire. Lo ideal sería mantener una temperatura constante de al menos 19 grados. Por la noche, si una estancia no está caldeada, la respiración y el calor del cuerpo provocan la aparición de gotas de agua en las ventanas y las paredes.
La calefacción excesiva seca el aire y causa otros problemas como sequedad en las mucosas, dolores de cabeza o incluso irritación de garganta. Es imprescindible elegir bien el sistema de calefacción (caldera, radiadores eléctricos, estufa de leña, etc.).
Este dispositivo permite reducir el grado de humedad del aire en una determinada estancia por aspiración del aire. Es útil únicamente en casos de humedad ligera. Ten en cuenta que, usado solo, un deshumidificador de aire no es suficiente para combatir un problema de humedad incipiente o persistente.
Finalmente, el deshumidificador de aire no actúa sobre la calidad del aire, es decir, no permite sanearlo favoreciendo la extracción del aire viciado. Por eso, es importante encontrar la causa del problema de humedad (capilaridad, mal aislamiento, calefacción defectuosa) y considerar instalar un sistema de ventilación positiva higrorregulable (VPH) o ventilación mecánica por insuflación (VMI)). En general, la VPH permite ahorrar en calefacción (aproximadamente un 10 %) calentando un aire sano y seco.
Evidentemente, combatir la humedad pasa por un conjunto de buenas prácticas preventivas.
Consejo: si cambias las ventanas, elige modelos de doble acristalamiento con rejilla de ventilación integrada, para limitar el problema de la estanqueidad. Aplicar una pintura antihumedad está bien, pero tratar los problemas de humedades en su origen es mejor.
Ficha escrita por:
Paula, Amante del bricolaje, 103 fichas consejo
Crecí viendo a mi padre haciendo bricolaje todo el día. Gracias a él he aprendrido los conceptos básicos para poder personalizar y reinventar los muebles. Para mí el reciclaje es un modo de vida, así que me encanta dar una segunda a vida a todo lo que sea posible. Mis actividades preferidas son transformar muebles y decorar mi casa. ¡Espero que mis consejos sean de ayuda!