Ficha escrita por:
Lucas, apasionado constructor con madera, Pamplona
Los trabajos que se denominan de techado, o colocación de materiales de cubrición, agrupan a varias especializaciones. Para los neófitos, vamos a recordar rápidamente de qué se trata para que te sirva de referencia al elegir tus herramientas. Por ejemplo, no deberás disponer forzosamente de un mazo esquinero para cambiar una cubierta de pizarra.
El techador, especializado o no en cubiertas metálicas, se ocupa generalmente de todos los trabajos sobre el tejado, que se pueden dividir en tres necesidades.
El aspecto del tejado: una teja rajada, un marco de la ventana de techo que hay que cubrir... son trabajos de techado propiamente dichos. Y atención, porque esta cubierta no solamente cumple una función estética: sobre todo sirve para garantizar la impermeabilidad de la vivienda, así que no tardes en reparar este tipo de problemas si no quieres que se inunde tu casa;
la impermeabilidad y el acabado del tejado: instalar un canalón, revisar la estanqueidad de una limahoya... son tareas para los aficionados al soplete y al zinc. Se les denomina trabajos de cinquero, techador especializado en metal;
la estructura del tejado: generalmente es un carpintero quien la construye, salvo que seas un artista de la sierra circular...
Hagamos un breve recorrido por la caja de herramientas ideal de un techador preparado para todo tipo de labores.
Escalera: se trata de la herramienta ideal para trabajar con total seguridad y de manera eficaz. No escatimes en esta inversión, ya que te servirá para cualquier trabajo que debas llevar a cabo en tu tejado.
Hay varios detalles que debes conocer antes de escogerla:
El material puede ser madera o aluminio. Debes saber que las escaleras de madera a menudo tienen un precio más asequible y son adecuadas para intervenciones ocasionales, aunque las de aluminio son más ligeras;
la longitud va desde 2 hasta más de 7 metros. Todo depende del tejado en el que vayas a trabajar;
el uso, ya que hay varios modelos. Plegable para ganar espacio, extensible con cuerdas para instalarla con más facilidad, con gancho para tejado (mantiene la escalera al nivel de la cumbrera para que trabajes con total seguridad) o incluso un modelo flexible que se ajusta a una forma particular del tejado.
Ante todo, tómate tu tiempo y elige con sensatez. Un consejo: si ya tienes una escalera, es posible añadirle un gancho de tejado (dependiendo del modelo). Y recuerda colocarte siempre tu arnés de seguridad antes de iniciar las acrobacias en altura.
Yunque de techador: para cubiertas de pizarra, muy útil para rehacer y cortar las pizarras en lo alto del tejado. No es difícil elegirlo, puede ser recto o curvo;
martillo de techador: será tu mejor amigo en lo alto del tejado. Sirve para rehacer las pizarras sobre el yunque, practicar agujeros y marcar las pizarras, arrancar clavos, etc. El criterio principal de compra es saber si eres zurdo o diestro (más fácil, por consiguiente) para usarlo;
alicate para pizarra: te resultará indispensable, ya que con él puedes realizar cortes rectos perfectos de las pizarras. También sirven para hacer cortes de 45º en la esquina superior de las pizarras, y para practicar agujeros guía en éstas. Para elegir bien, debes tener en cuenta su capacidad máxima de corte, que condiciona el grosor de las piezas de pizarra que puedes cortar con mayor o menor facilidad. Finalmente, un aspecto muy útil es poder cambiar el punzón y la hoja en caso de desgaste;
sacaclavos: más bien fácil de elegir, ya que los modelos son muy similares. Uno que sea ligero te resultará práctico; algunos están equipados con una palanqueta en uno de sus extremos para arrancar los clavos con mayor precisión.
Miremos ahora hacia el trabajo en zinc. Esta es la lista de herramientas básicas para realizar satisfactoriamente tus tareas.
Garfio para zinc: indispensable para trabajar correctamente este material. La elección es sencilla porque son todos similares;
trazador para zinc: herramienta muy práctica que ayuda a trazar perfectamente las láminas de zinc antes de trabajarlas. ¡Indispensable! Aquí también la elección es muy sencilla: la forma del trazador puede variar, pero mientras permita reproducir trazos redondeados y paralelos, servirá.
plegadora de zinc: se trata de una máquina que permite doblar manualmente el zinc. Es una inversión elevada, pero la herramienta es muy práctica para una cantidad de trabajo importante. Existen modelos portátiles menos caros, pero con una capacidad de plegado más reducida con diferentes metales. Los modelos de gama alta tienen unos precios que pueden superar tranquilamente los 4.000 €. Para este tipo de máquina deberás tener en cuenta la anchura máxima de las láminas que quieras plegar, así como el grosor máximo posible con el que puedes trabajar;
mazo esquinero: sirve para rectificar y hacer encajar una determinada forma en láminas de plomo o de zinc. Puede ser de plástico de alta densidad o de madera (para los puristas). Los hay de diversas formas: curvos, planos, asimétricos... cada uno ayuda a ceñir mejor la lámina a la forma deseada. También deberás comprobar con cuál te sientes más cómodo;
soplete de techador: sin él, no se puede trabajar el zinc. Un soplete de techador consta de un mango, una lanza y una boquilla. Su funcionamiento es sencillo: la boquilla se calienta y alcanza una temperatura muy elevada, lo que permite ensamblar las piezas añadiendo un metal de aporte (habitualmente, una aleación de estaño).
En primer lugar, deberás elegir el tipo de funcionamiento:
Con cartucho: es más manejable, pero su autonomía es limitada (una hora como máximo de promedio para los modelos más eficientes). Es conveniente para usos puntuales o en condiciones de difícil acceso;
con bombona: la herramienta se conecta a bombonas de gas butano. Aquí deberás vigilar el peso (que puede rápidamente resultar molesto) y la longitud del tubo de gas para poder tener una cierta fluidez en tus movimientos. Su longitud va desde unos 5 metros hasta más de 10. Elige un tubo con empalmes 3/8 G, de esta manera te asegurarás de encontrar piezas estándar con facilidad.
Existe una gran variedad de boquillas, en función de los usos previstos. Sin embargo, las boquillas orientables hasta 360° sobre la lanza e inclinables son las más interesantes para ampliar la polivalencia del soplete. Y si trabajas con una meteorología adversa, opta por boquillas turbo, especialmente creadas para calentarse en todas las condiciones climáticas. ¡Cuidado, estas boquillas no se pueden limar! Entre los detalles complementarios, destacaremos los sopletes con encendido piezoeléctrico. En lo que se refiere al mango, el empalme con el tubo puede ser en codo, evitando así dañarlo, y rotativo para acompañar tus movimientos y simplificar la tarea. Incluso puede ser de tipo clip (se coloca ejerciendo una ligera presión) para no perder ni un segundo.
El soplete para impermeabilizar: como hemos explicado antes, funciona con una bombona equipada con un regulador de presión, o bien un cartucho. Sirve para los trabajos de estanqueidad, como la colocación de láminas asfálticas. Tiene dos componentes:
El mango: que viene con un soporte para apoyarlo, puede ser de metal o bimaterial para una mayor comodidad de agarre;
la lanza: consta del tubo (la caña), que se elige según su longitud, y la boquilla. Cuando mayor sea el diámetro de esta última (entre 40 mm y más de 70 mm), mayor será la potencia de la herramienta. Para acabar, debes saber que las boquillas se presentan en versión de titanio o de acero inoxidable.
Estos son equipos y herramientas que, aunque no sean indispensables, te facilitarán la vida a la hora de trabajar en un tejado. Veamos de qué se trata.
Un cinturón portaherramientas/bolsa de clavos: si vas a permanecer en lo alto del tejado todo un día, será indispensable para guardar los clavos, pequeñas herramientas o el martillo. Fíjate en el número de bolsillos, en el emplazamiento del lazo del martillo (según seas diestro o zurdo) y en el material (lo más resistente es el cuero);
una clavadora: puede ser neumática, de gas, eléctrica o de batería (esta última es de fácil manejo, pero resulta más cara). Comprueba que la longitud de los clavos que vas a usar sea compatible con las necesidades de tu trabajo (para labores de carpintería, mejor que te hagas con una máquina potente);
el inclinómetro: sirve para indicar el grado de inclinación y puede resultar muy útil;
un cortador de pizarra: destinada más bien a usos profesionales o cotidianos, esta máquina se monta sobre el tejado y permite cortar rápidamente y con precisión tus lajas de pizarra. Dos características en las que debes fijarte: la longitud de corte útil y la capacidad de corte máximo, es decir, el grosor.
Ya conoces todas las herramientas que harán de ti un experto en tejados, y sobre todo sabes cómo elegirlas. ¿Qué esperas para poner manos a la obra?
Un último consejo importante: sé prudente y utiliza en todo momento un arnés correctamente enganchado.
Ficha escrita por:
Lucas, apasionado constructor con madera, Pamplona
Después de haber trabajado algún tiempo en la construcción, en concreto en el sector de las reformas, pintura, embaldosado, carpintería, montaje de cocinas y de cuartos de baño, decidí obtener el diploma de montador-constructor de madera y creo que ha sido una buena decisión, porque no hay nada más agradable que trabajar una estructura o concebir una casa de madera. Me apasiona todo lo relacionado con el trabajo de la madera y uno de mis sueños es construir mi propia casa con este material. Además de eso, soy un auténtico incondicional de las herramientas utilizadas en la construcción: me encanta informarme acerca de las novedades, los métodos de utilización, los trucos y las prestaciones de cada herramienta nueva que sale al mercado, tanto las utilizadas para el trabajo de la madera, como todas las demás. Estaré encantado de daros consejos y de ayudaros a elegir. ¡Feliz bricolaje!