Ficha escrita por:
Haja, Autodidacta en bricolaje
Los rodillos, pinceles y pistolas son algunas de las herramientas fundamentales que se utilizan para pintar. Los rodillos y pinceles se eligen según el tipo de superficie, el tipo de pintura y el rendimiento deseado. La pistola de pintar es muy práctica y se adapta a numerosos tipos de pintura aunque para manejarla se necesita una cierta experiencia. Los rascadores son muy útiles para acabados o incluso, para la preparación. Las bandejas para pintura son imprescindibles y los mangos telescópicos, muy prácticos para no tener que subirse a un escabel. ¡Los cuchillos de enlucir, también son imprescindibles para preparar las paredes agrietadas!
Un rodillo sirve para pintar grandes superficies como paredes, techos, etc, de forma regular. El rodillo está formado por los siguientes elementos:
Rulo, que es la parte cilíndrica que sirve para extender la pintura. La calidad del rodillo se mide principalmente por el rulo que puede ser de fibras sintéticas, naturales o mezcladas. Si vas a utilizar una pintura al agua, las fibras sintéticas tienen mayor poder de agarre. Para una pintura al aceite, es preferible utilizar un rulo de fibra natural o de mezcla. Los rulos de pelo largo son más adecuados para superficies rugosas y los cortos, para superficies lisas. También podrás encontrar rulos especiales para cada uso, como por ejemplo, los especiales para fachadas, para yeso, para madera, etc. ¡Y no olvides los rulos antigoteo, para pintar los techos!
montura se elige según el tamaño del rodillo. Las monturas sin tornillos, (de clip) facilitan el montaje del rulo;
mango de plástico o madera, debe ser ergonómico para asirlo bien.
Algunos rodillos no se pueden desmontar y por tanto no son muy prácticos ya que tendrás que cambiarlos por completo cuando se desgaste el rulo. No son recomendables a no ser que solamente vayas a usarlo una única vez.
Los pinceles sirven para superficies reducidas como los marcos, carpintería o muebles, y para bordear grandes superficies. Existen varios tipos de pinceles para los diferentes tipos de superficies a pintar:
Brocha o pincel rectangular o plano puede abarcar de una sola pasada una gran cantidad de pintura. Para llegar a zonas de difícil acceso, los de pequeño tamaño serán perfectos;
pincel redondo para pintar zonas precisas como ángulos, ventanas molduras, etc.;
pincel tamponador para crear múltiples efectos. Se utiliza sobre todo para pequeñas superficies o para estarcidos;
pincel de acabado para conseguir acabados impecables gracias a sus finos pelos.
No hay nada más desagradable que ver los pelos del cepillo pegados a la superficie que estamos pintando. ¡Por tanto resulta esencial, elegir un cepillo de buena calidad! Por su calidad, elasticidad y durabilidad, los pelos de seda natural son mejores que los sintéticos. Pero si vas a utilizar pinturas acrílicas, los de pelo sintético irán mejor. En cuanto al mango, ya sea de madera o de plástico, hay que tener en cuenta que los de mango más largo son más cómodos de utilizar.
Adquirir un kit de pintura siempre resulta ventajoso porque contiene los principales utensilios para pintar. Hay ofertas para diferentes tipos de necesidades. Si debes comprar todos los utensilios, lo mejor es un kit que contenga lo más indispensable a buen precio: pinceles de diferentes tamaños, mangos y monturas, una espátula y una cubeta de pintura.
Si buscas complementar los utensilios que ya tienes, existen kits que contienen diferentes herramientas. Para usos puntuales o trabajos de poca importancia, vale más comprar este tipo de kits complementarios o solamente las herramientas que vayas a necesitar.
Los alargadores para pintar son una alternativa a la escalera de mano cuando hay que pintar alturas. ¡Y además, son muy prácticos! Puedes optar por un mango telescópico regulable que se adapte a la longitud deseada o con sistema orientable que facilite el acceso a vigas o cornisas!
Las cabinas de pintura son lo más recomendable para conseguir un resultado impecable. Por una parte facilitan la aplicación de pinturas, barniz, etc, según las reglas de seguridad e higiene para evitar cualquier riesgo de exposición a los SOV. Por otro, aspiran la nube de partículas indeseables, y por último, permiten pintar sin polvo, etc.
Las cabinas de pintura suelen utilizarse sobre todo con aerógrafos. Cómo comprenderás, ¡no podrás encontrar una cabina de pintura para pintar el salón!
Tras cada sesión de pintura hay que limpiar bien los utensilios, sobre todo en el caso de la utilización de pinturas sintéticas. Los limpiadores deben eliminar la pintura de rodillos y pinceles profundamente, conservando sus propiedades intrínsecas (elasticidad de los pelos, suavidad de las brochas, etc). Si los pelos de tu brocha o rodillo están demasiado secos o mal limpiados necesitarás un renovador.
La pintura y el barnizado son trabajos que necesitan el uso de solventes y disolventes para diluir la pintura al aceite. La trementina (white spirit) es la más conocida. Para borrar cualquier rastro de cola o barniz, se utiliza acetona. Sobre todo, hay que prestar atención a la superficie en la que se va a utilizar. También hay que tener cuidado con el tipo de pintura. No merece la pena utilizar un solvente para limpiar las herramientas que se hayan utilizado para aplicar pintura al agua. ¡Con agua será suficiente!
Para preparar las paredes y superficies a pintar, hay tres elementos indispensables
Antes de comenzar a pintar hay que rellenar las fisuras y agujeros a fin de igualar la superficie a pintar. Para eso, necesitarás una espátula Inoxidable, de acero o poliamida. La elección dependerá de lo que quieras que dure: el inoxidable es muy duradero y el acero es muy resistente a los golpes. En cuanto al material del mango, los de madera son más agradables al tacto y el plástico, más ergonómico. La lama debe tener una anchura suficiente para adaptarse a la superficie a enlucir.
Para un trabajo impecable con un mínimo de esfuerzo, el raspador es indispensable. Su elección (raspadores triangulares, para cristales, para molduras, de ángulo, etc.), dependerá del espacio a raspar, del material y de su aspecto. Elige un raspador manejable y suave. Los modelos provistos de lamas intercambiables son más eficientes.
Para repartir los pigmentos, deberás preparar la pintura con ayuda de un mezclador. Puedes homogeneizar la pintura con un mezclador manual o un mezclador eléctrico (que se monta sobre una taladro o un mezclador electroportátil). El mezclador rotatorio tiene la ventaja de mezclar todo tipo de materiales de construcción. Entre los dos modelos rotatorios, el electroportátil asegura un buen agarre.
¡Ya estás a punto de convertirte en un pintor profesional! A los utensilios que acabamos de ver, habría que añadir algunos otros, como por ejemplo, una esponja para eliminar las manchas, guantes, un blusón o bata y una mascarilla de protección para protegerse de los COV. (Para los que este acrónimo les suene a chino, consultar la guía consejo Cómo elegir pintura para paredes y techos. Si no, aquí os dejamos una lista rápida, antes de que te pongas manos a la obra.
Esto es lo que necesitarás:
Rodillos para pintar grandes superficies;
pinceles para los acabados;
bandeja de pintura y rejilla para un trabajo limpio;
cinta de carrocero y plásticos de protección para no tener que pasar más tiempo limpiando que pintando;
palo telescópico por si no quieres hacer acrobacias en la escalera, o para cuando tienes que pintar altos;
mezclador para mezclar la pintura;
limpiador para dejarlo todo perfecto hasta el siguiente uso;
una opinión femenina o de un estudio de decoración ¡sobre los colores!
Y eso es todo... ¡Manos a la obra!
Ficha escrita por:
Haja, Autodidacta en bricolaje
Aunque mis estudios no tienen nada que ver con el bricolaje (estudié Gestión de Empresas), hace 5 años que me aficioné a este mundillo. Todo empezó al comprarme una casa en un pueblo y tuve que renovarla con mi marido. A día de hoy, el bricolaje es mi afición preferida, y me encantará compartir todo lo que he aprendido este tiempo para ayudar a quién le haga falta.