Ficha escrita por:
Sebastián, Manitas autodidacta
Los COV son gases y vapores que se encuentran en el medio ambiente y las viviendas, y son más o menos peligrosos en función de su naturaleza. Cuando hablamos de COV, nos referimos a los que proceden de la actividad humana y a menudo al formaldehído (entorno urbano, industrial, etc.), no a los emitidos por la vegetación o por fenómenos naturales (incendios forestales, etc.).
Los COV están integrados en el proceso de fabricación de muchos productos, materiales presentes en las viviendas y en el ámbito profesional (sofás, pintura, suelos laminados, ordenadores, solventes, tejidos, desodorantes, etc.). Luego son liberados por éstos y contaminan el aire ambiente.
Los COV más nocivos, considerados responsables de enfermedades y problemas de salud, están clasificados como CMR (cancerígenos, mutagénicos y tóxicos para la reproducción) y están sometidos a normativas. En lo que se refiere al medio ambiente, son causantes de diferentes tipos de contaminación, entre otras cosas, provocan un efecto invernadero adicional.
Los COV o compuestos orgánicos volátiles incluyen numerosas sustancias de origen biogénico o antrópico, es decir, naturales o creadas por el ser humano.
Los COV contienen un átomo de carbono y uno o varios de los siguientes elementos: oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, fósforo, azufre, silicio o halógeno, exceptuando los carbonatos, bicarbonatos inorgánicos y óxidos de carbono. Se caracterizan por una gran volatilidad y por su emisión a temperatura y presión ambiente en forma de gas.
Los COV provienen de hidrocarburos y de sus derivados químicos y abundan mucho en el medio ambiente. Los más conocidos son:
Formaldehído;
benceno;
acetona;
etanol (alcohol a 90°);
butano;
estireno;
percloroetileno;
aldehídos;
etc.
Están presentes en diversos materiales y productos de consumo habituales que los liberan. Los COV se volatilizan y contaminan la composición química del aire ambiente, y se consideran contaminantes.
Los COV se utilizan en numerosos procedimientos, esencialmente como solventes, disolventes, desengrasantes, conservantes, dispersores, agentes de limpieza, etc.
La presencia de los COV está fundamentalmente influenciada por actividades en las que se empleen disolventes orgánicos. Algunas de las actividades donde es posible que se den emisiones de COV son pinturas y barnices (e industrias donde se usen éstos), industria siderúrgica, industria de la madera, industria cosmética e industria farmacéutica.
Como referencia, según la evaluación de situación realizada en 2013, el total de emisiones de compuestos orgánicos volátiles, teniendo en cuenta todos los sectores, ascendía a 758.000 toneladas en Francia metropolitana.
La industria manufacturera es el segundo mayor emisor, por detrás del sector residencial-terciario. El uso de solventes, que es la principal fuente de emisión de COV, representa el 45 %, incluyendo los de origen doméstico, artesanal e industrial.
Los formaldehídos, uno de los COV más comunes, pueden ser de origen doméstico y proceder de numerosos materiales:
Pinturas;
colas, los barnices y los lasures;
maderas composite como la madera aglomerada, melamina, laminado, tableros conglomerados, contrachapado, OSB, etc.;
productos del hogar;
alfombras y moquetas, ropa de hogar;
velas, incienso, ambientadores;
productos cosméticos y ropa sintética;
juguetes, objetos decorativos;
humos y vapores de cocción;
humo del tabaco, etc.
En comparación con las pinturas acrílicas, las pinturas con solventes emiten más COV, y éstos se evaporan en el aire durante la aplicación y al secarse. Además, por regla general, las pinturas con efecto aterciopelado o satinado contienen más compuestos orgánicos volátiles que las pinturas de acabado mate. Los colorantes y tintes también son responsables del incremento de este índice.
El contenido de COV, es decir, la cantidad que se encuentra en la formulación de la pintura, se expresa en gramos por litro (g/l). A este respecto, la directiva europea 2004/42/CE establece desde 2010 una serie de valores máximos que deben respetarse estrictamente. La emisión de COV, es decir, el índice emitido al aire en interiores tras la aplicación y el secado de la pintura, se expresa en µg/m³ de aire (microgramos por metro cúbico de aire).
Así pues, no hay que confundir el contenido y la emisión, puesto que es la emisión de COV la que determina la cantidad de compuestos químicos evaporados en el aire en interiores.
La normativa europea, más concretamente la Directiva COV 2007/2010, establece un índice de COV inferior a 30 g/l para las pinturas para paredes. Una pintura denominada «pintura libre de COV» es una pintura cuyo índice es inferior a 5 g/l, y eso debe estar indicado en el bote.
Las pinturas se clasifican según la cantidad de COV emitidos, van desde de A+ a C, es decir, de A+ con muy bajas emisiones a fuertes emisiones. Sin embargo, esta clasificación solo toma en consideración las emisiones 28 días después de la aplicación y no justo después de ésta, cuando las emisiones alcanzan el máximo.
En España la normativa no exige la realización sistemática de pruebas que certifiquen la emisión de COV que aparece en la etiqueta, sino que sólo exige el etiquetado de los productos afectados según el Real Decreto 227/2006. Así pues, se trata de una declaración informativa.
COV | Unidad | A+ | A | B | C |
Formaldehído | μg.m-3 | < 10 | < 60 | < 120 | > 120 |
Acetaldehído | μg.m-3 | < 200 | < 300 | < 400 | > 400 |
Tolueno | μg.m-3 | < 300 | < 450 | < 600 | > 600 |
Tetracloroetileno | μg.m-3 | < 250 | < 350 | < 500 | > 500 |
Xileno | μg.m-3 | < 200 | < 300 | < 400 | > 400 |
1,2,4-Trimetilbenceno | μg.m-3 | < 1000 | < 1500 | < 2000 | > 2000 |
1,4-Diclorobenceno | μg.m-3 | < 60 | < 90 | < 120 | > 120 |
Etilbenceno | μg.m-3 | < 750 | < 1000 | < 1500 | > 1500 |
Butoxietanol | μg.m-3 | < 1000 | < 1500 | < 2000 | > 2000 |
Estireno | μg.m-3 | < 250 | < 350 | < 500 | > 500 |
COV totales | μg.m-3 | < 1000 | < 1500 | < 2000 | > 2000 |
Fuente: Ademe (Agencia francesa para la Transición Ecológica)
Cabe señalar que los sellos ecológicos europeos, como Ecolabel o TÜV SÜD, aportan garantías adicionales, igual que las pinturas ecológicas.
La Directiva 1999/13/CE fue trasladada a la legislación Española mediante el Real Decreto 117/2003, de 31 de enero, sobre limitación de emisiones de compuestos orgánicos volátiles debidas al uso de disolventes en determinadas actividades.
Los COV tienen un efecto directo e indirecto en la salud:
Efecto indirecto, puesto que actúan sobre el ozono como precursores y así, originan una serie de reacciones químicas. La superproducción de ozono tiene diversas consecuencias en la salud que varían según la duración, el nivel de exposición y el volumen de aire inhalado. Pueden producirse varios efectos, que difieren según la persona expuesta y su estado de salud: irritación ocular, nasal y de la garganta, molestias y malestar torácico, ahogo, tos, irritación de las mucosas, eczema, trastornos del sueño, etc;
efecto directo en calidad de sustancia tóxica: en caso de exposición prolongada, tiene graves consecuencias. Entre los COV más nocivos se distinguen el benceno, el formaldehído, el diclorometano, el percloroetileno (o tetracloroetileno), el xileno y el tolueno y el acetaldehído. Están sometidos a una normativa reforzada y es obligatorio protegerse en caso de exposición y manipulación.
Cabe señalar que los COV más nocivos están clasificados como CMR (cancerígenos, mutagénicos y tóxicos para la reproducción) y están sometidos a una normativa reforzada, especialmente en la legislación laboral.
Los COV están clasificados por grupos en función de su peligrosidad.
Grupo 1: cancerígeno para el ser humano (formaldehído, benceno...);
grupo 2A: probablemente cancerígeno para el ser humano (tetracloroetileno, estireno...);
grupo 2B: posiblemente cancerígeno para el ser humano (acetaldehído, diclorobenceno, etilbenceno...);
grupo 3: no puede clasificarse desde el punto de vista de su posible poder cancerígeno en el ser humano (tolueno, xileno, butoxietanol...);
grupo 4: probablemente no cancerígeno para el ser humano.
*La lista de productos cancerígenos elaborada por el CIIC, está disponible en su web.
En el terreno medioambiental, los COV originan diferentes contaminantes como la niebla fotoquímica o el ozono troposférico. Como se ha mencionado anteriormente, los COV son precursores del ozono y esta superproducción tiene consecuencias en la vegetación (alteración de la resistencia de los vegetales, descenso en el rendimiento de los cultivos agrícolas, etc.), provoca un efecto invernadero adicional y acelera el proceso de degradación de algunos materiales.
A escala mundial, cada año se produce la evaporación, de aproximadamente tres cuartas partes de los 20 millones de toneladas de disolventes utilizados. En el medio acuático, solo una pequeña parte de los COV se disuelve en el agua, la mayoría se estanca en la superficie. Los hidrocarburos aromáticos, de muy baja biodegradabilidad, son tóxicos para los organismos acuáticos.
Como hemos visto en la sección ¿Dónde se encuentran los COV?, los compuestos orgánicos volátiles están en casi todas partes, no sorprende que el aire de nuestras viviendas contenga una gran concentración de estos y está 8 veces más contaminado que el aire exterior.
Para disminuir su presencia y proteger nuestra salud, conviene reducir el uso de los productos emisores o en su caso, elegir productos calificados como A+, con las concentraciones más bajas, y con sellos (sello ecológico, etc.). Estas son algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo en el día a día en casa:
Reducir el uso de incienso, velas aromáticas, ambientadores;
escoger la madera natural en vez de las maderas composites (tablero de partículas, melamina, etc.);
reducir el uso de productos domésticos de origen químico e inclinarse por limpiadores ecológicos y naturales;
preferir tejidos y otros materiales naturales;
en caso de reforma, elegir pinturas A+ o cualquier otro revestimiento de baja emisión;
después de desembalar un producto nuevo que emita COV (sofá, mueble, etc.), guardarlo en el exterior antes de colocarlo en el interior de la vivienda;
ventilar la vivienda varias veces al día (2 veces durante 10 minutos como mínimo).
Para sanear el aire de la vivienda, es posible instalar un purificador de aire. Las personas interesadas en conocer el índice de contaminación de los COV pueden hacerlo con equipos de detección portátiles (analizador PID) o equipos de fotoionización (MiniRae, Toxirae Pro PID).
Aire sano para la habitación de un bebé, sin COV ni formaldehídos
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Ficha escrita por:
Sebastián, Manitas autodidacta
Mi lema es: aprender es mejor que pedir. Y...¿cuál es la recompensa final? Pues, una cerveza bien fresquita. La curiosidad por las cosas me ha hecho pasar muchas horas haciendo bricolaje, arreglando cosas por casa, construyendo muebles...espero poder ayudaros después de todo lo aprendido.