Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
Pasa el rodillo por primera vez al final del invierno para volver a colocar en su sitio la hierba que hayan arrancado las heladas del invierno. Luego pasa el rodillo una vez al mes después de pasar el cortacésped. Recuerda que el rodillo debe utilizarse en dos pases cruzados.
El pase de rodillo obliga a las gramíneas a desarrollar varios tallos laterales a partir de un plantón inicial y a ocupar el espacio que tienen a su alrededor (amacollamiento). Así se obtiene una cubierta vegetal más densa.
Con el tiempo, los restos de siegas y, sobre todo, las viejas raíces secas del césped, forman un fieltro espeso que es perjudicial tanto para la aireación del suelo como para la alimentación del césped. Se aconseja pasar el escarificador en primavera o en otoño, cuando el césped está en fase de crecimiento activo, para quitar el fieltro y el musgo que se haya podido formar. La escarificación permite que las raíces absorban los elementos fertilizantes con mayor facilidad.
Empieza a escarificar el césped a partir del tercer o cuarto año tras la siembra;
una vez terminada la escarificación, recoge todos los residuos con ayuda de una escoba para césped y echa los restos en el montón de compost (siempre y cuando no haya musgo u hongos).
al cabo de 3 o 4 semanas, las marcas que deja el escarificador a su paso habrán desaparecido por completo y podrás volver a pasar el cortacésped.
Las siegas y riegos repetidos compactan la tierra, especialmente si el césped se plantó hace mucho y, sobre todo, si el suelo es pesado y se pisa con frecuencia. Así, a las raíces les llega poco aire.
Para facilitar la penetración del aire y del agua en las raíces de las hierbas, hay que pasar un aireador mecánico en primavera. Si el césped está muy compacto, puede ser necesario realizar una segunda operación en otoño:
Corta la hierba lo más al ras posible;
pasa el aireador por el césped en pases cruzados.
El aireador es un tipo de rodillo con puntas que hacen agujeros en el suelo. Si te atreves, puedes utilizar una horca para cavar, que debe hundirse en la tierra a intervalos de 15 cm. Si la superficie con césped es reducida, airéalo con unos zapatos aireadores, una especie de plantillas con púas que se fijan en la parte inferior de tu calzado habitual.
Para que el césped se mantenga muy verde, hay que regarlo con una lluvia fina de agua dos veces por semana de junio a septiembre, excepto si hay precipitaciones. No obstante, en ocasiones es necesario empezar a regar el césped antes o seguir regándolo durante más tiempo por falta de agua.
Hay que emplear al menos de 5 a 10 mm de agua en cada riego y repartir esa cantidad de manera uniforme (compruébalo instalando un pluviómetro). Revisa la instalación de riego subterráneo para comprobar que los aspersores están bien solapados.
Entre marzo y septiembre, utiliza un abono o fertilizante especial para césped en 3 tandas. Este abono, rico en nitrógeno, dará un bonito color verde a las hojas. Repártelo de la manera más uniforme posible, puesto que si hay zonas que reciben más abono que otras y por lo tanto, más nitrógeno, el color del césped no será homogéneo.
El abono debe esparcirse o bien manualmente, haciendo dos pasadas cruzadas, o bien mediante una abonadora en una sola pasada, ya que esta permite ajustar la dosis con mayor precisión. En cualquier caso, sigue las instrucciones del fabricante.
Riega después de esparcir el abono. Si el césped amarillea sin razón aparente, utiliza más abono, preferiblemente orgánico o un producto revitalizante.
En mayo o en octubre, tras haber rastrillado el césped para quitarle todo el detritus, añade una capa fina de sustrato totalmente seco por toda la superficie.
El sustrato enriquece el suelo con materia orgánica y alimenta a las lombrices de tierra, que contribuyen notablemente a la aireación del suelo. Esa aireación facilita el desarrollo y el arraigo de las raíces en el suelo.
Cortar regularmente el césped impide la proliferación de malas hierbas y mantiene el césped saludable. No lo cortes demasiado al principio de la temporada: ajusta la altura de corte aproximadamente a 5 cm del suelo. Redúcela progresivamente hasta los 2 o 3 cm de altura. Después, córtalo dos veces por semana. No esperes a que la hierba sea demasiado alta para cortar el césped, puesto que tiende a doblarse y podría amarillear en la parte más cercana al suelo.
Lo habitual es evitar cortar más de 1/3 de la altura de la hierba. Si se cortan 1 o 2 cm de altura de la hierba cada vez, no es necesario recoger el césped cortado. Preferiblemente, utiliza un cortacésped con función mulching o instala un robot cortacésped si la configuración del terreno lo permite. En períodos de altas temperaturas, deja el césped 1 o 2 cm más alto de lo habitual.
El sulfato de hierro se utiliza habitualmente para eliminar el musgo que invade el césped. En efecto, este producto hace que el musgo se ennegrezca y muera. Sin embargo, el sulfato de hierro también acidifica el suelo, lo cual crea las condiciones propicias para que vuelva a aparecer musgo.
Es preferible optar por airear el suelo, por ejemplo, con la escarificación, que impide que vuelva a aparecer musgo. Si el suelo de tu zona es ácido, también puedes calcificar el césped o espolvorear cenizas de madera u otro abono que le aporte calcio al suelo.
Las toperas transforman rápidamente un bonito césped en un espacio salpicado de feos montículos de tierra. Estas lomas de tierra entorpecen el uso del cortacésped y, al excavar sus túneles, los topos cortan las raíces de la hierba.
De ahí la eterna duda del jardinero: ¿Cómo deshacerse de los topos? Los medios son muy variados, pero no siempre dan los resultados esperados. Existen repelentes, aparatos de ultrasonidos o vibraciones, trampas mecánicas para capturarlos o matarlos y, por último, trampas pirotécnicas con petardos.
Remueve la tierra en las zonas despobladas, siembra césped de relleno, cúbrelo con una fina capa de sustrato, compáctalo y riégalo. Evita caminar o pisar las zonas recién sembradas hasta que la hierba haya crecido lo suficiente.Cuando vuelva a crecer, corta las zonas repobladas (a 5 o 6 cm) en tres tandas consecutivas. Después, reduce la altura en fases de 1 cm hasta llegar a la altura de corte habitual.
Las plantas adventicias o malas hierbas, forman manchas de color y aspecto diferentes al del césped, perjudicando la estética de este. Además, proliferan con rapidez. Para evitar que se extiendan, es indispensable eliminarlas antes de que produzcan semillas.
Si cortas el césped de forma regular, eliminarás la mayoría de las malas hierbas, ya que pasar el cortacésped repetidamente no solo hace que el césped tenga mejor aspecto, sino que también debilita el resto de las plantas. Desentierra las malas hierbas que tengan raíces largas (diente de león, acedera, cardo) con un cuchillo escardador o una gubia para jardín.
Evita caminar por el césped en época de heladas;
no pises en exceso las zonas más frecuentadas (cerca de una mesa, de la barbacoa, etc.);
no dejes que tu perro excave o rasque el suelo;
presta atención para que no caigan hidrocarburos en el césped, por ejemplo, de una desbrozadora;
no aparques el coche en el césped salvo en casos excepcionales.
Enero | Feb. | Marzo | Abril | Mayo | Junio | Julio | Ag. | Sept. | Oct. | Nov. | Dic. | |
Pasar el rodillo | X | |||||||||||
Escarificar | X | X | X | |||||||||
Airear | X | X | ||||||||||
Cortar | X | X | X | X | X | X | X | |||||
Fertilizar | X | X | X | |||||||||
Añadir sustrato | X | X | ||||||||||
Regar | X | X | X | X | ||||||||
Rastrillar | X | X |
Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
De niño ya trabajaba en el jardín familiar. Quizás ahí nació mi interés por las plantas y la jardinería. Así que nada más lógico para mí que estudiar biología vegetal y agronomía. Posteriormente, y accediendo a la solicitud de varios editores, escribí, a lo largo de 25 años, numeroso libros relacionados con las plantas, los champiñones (un tema que me preocupa), al principio básicamente guías identificativas, pero posteriormente me fui adentrando en la jardinería, retomando, de este modo la pasión de mi infancia. Además de eso, he colaborado regularmente con varias revistas especializadas en jardinería y naturaleza. Como no hay jardinero sin jardín, cultivo desde hace 30 años el mío propio en un pequeño rincón de Asturias, poniendo en práctica los métodos de cultivo sobre los cuales os aconsejo.