Ficha escrita por:
Alberto, responsable de servicio de jardinería, Toledo
Disfrutar de un césped atractivo y abundante no es cuestión de suerte. Puede que después de sembrarlo o colocar los tepes, su aspecto sea magnífico. Pero para que siga desarrollándose con éxito conservando una buena salud y un aspecto impecable, es imprescindible un mantenimiento regular. Además de cortarlo y de regarlo, hay otras labores de mantenimiento necesarias. Éstas son las principales:
La escarificación, que permite airear la tierra en la superficie y eliminar hierba muerta;
la aireación que oxigena en profundidad, llegando hasta las raíces;
la aportación de recebo, un combinado de arena y nutrientes para favorecer el desarrollo de la raíces;
el aporte de cal, en zonas con tierras ácidas para favorecer su crecimiento;
la fertilización, para aportar nutrientes;
la repoblación o resiembra, con el fin de replantar el césped allí donde pueda escasear.
Estas operaciones a menudo son complementarias y deben llevarse a cabo en función de las necesidades específicas de cada jardín. La repoblación suele realizarse después de la escarificación en céspedes libres de musgos y de malas hierbas.
La resiembra se lleva a cabo siguiendo una serie de pasos que conviene respetar si deseas conseguir un resultado óptimo.
Antes de nada, debes cerciorarte de que la tierra está limpia, sin malas hierbas, musgo, guijarros, raíces, etc. Para ello es conveniente realizar una limpieza previa.
A continuación, conviene airear la tierra que vas a repoblar. Debes airearla usando un pico, un cultivador o incluso una horca plana o una horca de doble mango si se trata de una superficie más extensa.
Aportar composto bien tierra especial para césped, eventualmente con un poco de arena de río si se trata de un suelo arcilloso.
Rellenar posibles agujeros y nivelar el suelo.
Apisonar ligeramente la tierra usando un rodillo para césped o bien golpeando suavemente con el envés de una pala.
Proceder a la siembra del césped realizando dos pasadas cruzadas. Calcula un aporte de 40 gramos de semilla de césped por metro cuadrado de tierra (aproximadamente). Ten en cuenta que un puñado equivale a unos 20-30 gramos.
Apisonar ligeramente la tierra con la parte plana de un rastrillo para hojas. De este modo, enterraremos ligeramente las semillas.
Pasar el rodillo para césped o bien golpear delicadamente con el reverso de una pala.
Regar la zona con un chorro de agua en modo lluvia fina y con poco caudal.
Hay que señalar que es recomendable resembrar también las zonas en las que la densidad del césped sea escasa. Para hacerlo, pasa el escarificador previamente, extiende una capa de mantillo especial para césped y siembra con una dosis más baja. En este caso te recomendamos entre 10 y 20 gramos de semillas de césped por metro cuadrado.
Para la repoblación conviene utilizar semillas de césped recomendadas específicamente para ese fin.
Ficha escrita por:
Alberto, responsable de servicio de jardinería, Toledo
Dirijo desde hace varios años un servicio de jardinería y cuento con una clientela formada por particulares y empresas. Tengo a mi cargo un equipo de jardineros y me ocupo de la creación y mantenimiento de espacios verdes. Además de eso, aporto mi experiencia y conocimientos a mis clientes en lo que se refiere a mantenimiento y mejoras de los jardines. En este sentido, poseo una formación comercial, habiendo desempeñado diversas funciones en hostelería al inicio de mi carrera profesional. Posteriormente orienté mi carrera hacia la ordenación paisajística, en el seno de una colectividad territorial, dónde adquirí sólidos conocimientos técnicos gracias a la formación interna y a las labores de seguimiento desempeñadas en importantes obras en un municipio sometido a numerosos cambios. En el plano personal, tengo que señalar que estoy orientado hacia el arte de la jardinería. En este sentido, he creado y diseñado con mi esposa un jardín que cuido con esmero, al igual que una preciosa huerta. ¡Y no nos olvidemos del bricolaje, también se me da bastante bien! Porque para trabajar en el jardín, también hay que saber hacer algo de bricolaje: pérgolas, cabañas, suelos empedrados, vallas y muchas más cosas... ¡Siempre hay trabajo en un jardín! Después de haber trabajado con dedicación, mi esposa y yo solemos estar muy orgullosos del resultado obtenido y encantados de poder disfrutar de un entorno agradable y acogedor. Así que nada más sencillo para nosotros que daros consejos sobre el mantenimiento y la mejora de vuestros jardines o la elección de herramientas para trabajar. Estamos a vuestra disposición.