Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración
141 fichas consejo
La cocina es una de las estancias centrales de una casa. Por eso, su acondicionamiento debe pensarse con mucha atención, para que sea un lugar de convivencia, donde eventualmente se pueda reunir toda la familia. También hay que intentar que sea lo más ergonómica y práctica posible, para poder cocinar y lavar la vajilla de forma segura, sin idas y venidas inútiles y sin hacerte daño en la espalda.
Para ello, hay que tener en cuenta estas seis reglas:
La cocina se concentra alrededor de tres zonas de actividad:
Lo ideal es que estas tres zonas, entre las que harás la mayoría de tus desplazamientos en la cocina, estén dispuestas en forma de triángulo, y si es posible, con una distancia aproximadamente igual, y mínima entre las tres.
Si dejas unos 30 cm a cada lado de estas zonas, podrás dejar la vajilla al lado del fregadero, y los platos y utensilios de cocina, junto a la placa para cocinar.
Evidentemente, el tipo de habitación y la superficie influyen bastante en la elección de la instalación, así como tus gustos, claro.
La instalación lineal, o instalación en I, es el mejor tipo de instalación para una cocina alargada.
En esta configuración, los muebles y las zonas de actividad suelen concentrarse a lo largo de una de las paredes, por lo que no se puede formar un triángulo de actividad.
Lo ideal es elegir colores claros y homogeneizar el mobiliario todo lo posible para "romper" la sensación de pasillo creada.
Un truco de almacenamiento: elige puertas correderas, mejor que abatibles, ya que estas últimas pueden quitar espacio.
En este tipo de instalación en L, los muebles de la cocina van en dos paredes, un tipo de disposición adecuada, prácticamente para cocinas de cualquier tamaño.
Si tienes sitio, puedes poner una mesa, una isla o una mesa alta para comer de pie en el centro.
Con la instalación en U, la cocina está dispuesta sobre tres paredes, por lo que es ideal para hacer un triángulo de actividad.
La instalación en U es perfecta para una cocina grande.
La isla central se puede utilizar en cocinas grandes (de una superficie superior a 14 m²) y también puede tener una zona de triángulo de actividad.
Sin embargo, acuérdate de dejar suficiente espacio de circulación alrededor, para poder moverte fácilmente en la cocina y poder abrir un eventual lavavajillas o un horno, si decides ubicar ahí la zona de lavado o de cocina, por ejemplo.
También en las cocinas pequeñas es importante dejar un espacio de 70 cm como mínimo delante de los muebles bajos y altos.
Este espacio aumentará hasta los 90 cm delante de los electrodomésticos (horno, lavavajillas) y los armarios empotrados con puertas abatibles, y hasta los 120 cm si quieres poder moverte fácilmente por la cocina.
La altura de los muebles bajos y de la encimera suele estar entre los 90 y los 95 cm, es decir, idealmente, a la altura de la cintura. Si la persona que más utiliza estos electrodomésticos es alta, siempre se pueden elegir muebles más altos para no hacerse daño en la espalda al preparar la comida o fregar los cacharros, algunos fabricantes hacen muebles de hasta 110 cm de altura.
En lo que respecta a la profundidad, la encimera debe tener un mínimo de 65 a 70 cm, teniendo en cuenta el fondo de los electrodomésticos o el fregadero. Por otro lado, si es demasiado profunda, te costará llegar a las cosas que pongas cerca de la pared.
Si tienes una mesa tipo barra, debe llegarte a la altura del codo, es decir, 110 cm o incluso más alto, dependiendo de lo que midas.
El estante más alto de los muebles altos no debe estar a una altura superior a los 220 cm para que puedas llegar fácilmente a las cosas almacenadas.
Lo ideal es que el horno esté a la altura de los ojos. La campana extractora debería estar a unos 60 cm de la placa para cocinar para no darte en la cabeza.
Comienza por evaluar tus necesidades de almacenamiento, teniendo en cuenta los utensilios, electrodomésticos y otras cosas que querrás tener a mano y no demasiado alto.
Después, al amueblar la cocina, intenta aprovechar las esquinas con muebles y estantes diseñados para este propósito.
Elige también muebles prácticos e inteligentes: cajones para un uso específico (caceroleros, por ejemplo), estanterías correderas, columnas extraíbles, salpicaderos, etc.
Incluso en caso de que tengas una gran ventana en la cocina, la luz natural no será suficiente. Hay que añadir tres tipos de iluminación eléctrica para poder crear un ambiente cálido y cocinar de forma segura: iluminación de ambiente, iluminación localizada e iluminación decorativa.
La iluminación de ambiente será una luz eléctrica instalada en el techo:
La iluminación localizada aportará una luz clara y potente al nivel de la encimera, la mesa para cocinar, el fregadero e incluso, algunos espacios de almacenamiento.
Puedes elegir bandas o tiras luminosas, regletas LED o focos orientables.
Por último, la iluminación decorativa crea juegos de luz y resalta algunos espacios: una lámpara de mesa sobre una estantería, focos integrados, etc.
Hay todo tipo de posibilidades y todo es cuestión de gustos.
Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración, 141 fichas consejo
Después de trabajar varios años en cadenas de televisión de primer orden, escogí dejar hablar a mi pluma y orientarme hacia la redacción y la edición.Soy tan apasionada de la decoración y del bricolaje, como de la historia y de la ciencia. Ecléctica tanto en mis gustos como en mis textos, escribo desde hace más de 25 años sobre esas temáticas. En mi activo se cuentan obras didácticas, novelas y noticias, así como numerosísimos artículos de bricolaje y decoración. En ellos cuento consejos y trucos experimentados en mi vieja casa, renovada poco a poco.