Ficha escrita por:
Ana, Pintora
Es habitual que la estética de los muebles tenga un peso decisivo en tu elección. No obstante, procura no descuidar su aspecto funcional. Es necesario que tu nuevo mobiliario de cocina responda a tres criterios fundamentales.
En el lenguaje de los aficionados a la cocina existe un concepto llamado norma del triángulo de trabajo, que establece que el frigorífico, el horno y el fregadero deben estar ubicados de tal manera que reduzcan al mínimo los desplazamientos del usuario. Lo ideal es una disposición lineal en paralelo: por un lado, el espacio caliente (horno y placas de cocina); por otro, el espacio frío (frigorífico, fregadero).
Recuerda que no eres tú quien debes adaptarte a tu cocina, sino ella la que debe responder a tus gustos y necesidades.
Si eres de estatura baja, debes dar prioridad a módulos bajos, y a módulos altos y a elementos elevados si eres más alto (sobre todo en el caso del fregadero y de la encimera). Si agacharte o inclinarte te cuesta más que antes, opta por accesorios de ordenación interior que te simplifiquen la vida diaria (puertas giratorias para muebles de rincón y fondos de cajón correderos para acercar su contenido sin necesidad de ponerte de rodillas).
En función del tamaño y de la forma de tu cocina, coloca los muebles de modo que conserves un espacio de trabajo amplio y práctico para cocinar y manejar tu vajilla o menaje. Un truco de chef: escoge una encimera más profunda que los cajones, para generar un espacio que facilite el paso de las tuberías y del cableado. Merece la pena.
Tanto si eres principiante como experto entre fogones, no podrás evitar lassalpicadurasde grasa y agua sobre tus bonitos muebles de cocina. Ahórrate molestias y opta por materiales fáciles de mantener y que se limpien con una simple pasada de esponja.
Localizar la ubicación de las acometidas de agua, gas y electricidad, así como de los puntos de desagüe con vistas a la instalación de electrodomésticos (sobre todo para la campana extractora, salvo en el caso de las versiones sin salida de humos exterior);
medir el espacio destinado a alojar los muebles;
decidir la forma de tu cocina.
Una vez que estos elementos estén instalados, ya puedes considerar la colocación de tus muebles. Un pequeño recordatorio: los elementos altos a menudo se destinan al almacenamiento de los elementos más ligeros o con menor uso, mientras que en los inferiores se suele guardar el material de cocina (cacerolas, sartenes, cubiertos, pequeños electrodomésticos, etc.) y alimentos de uso cotidiano (cebollas, patatas, aceite, etc).
Utiliza una sola pared para ubicar tus conjuntos de muebles altos y bajos.
Para cualquier cocina de tamaño mediano, apuesta por una disposición en forma de L; es decir, en ángulo utilizando dos paredes.
Puedes elegir una isla central que normalmente está diseñada para albergar el espacio de preparación de alimentos.
Otra opción es instalar una mesa de barra alta, con muebles bajos y estantes para almacenar utensilios u organizar los residuos según el tipo de reciclaje.
Ubica tus módulos en 3 secciones, 2 paredes y una barra (o península). Una opción interesante si tienes una cocina cerrada o con un acceso abierto hacia la sala de estar (cocina abierta o cocina americana).
Al ser todos los cascos (los módulos interiores) de un material de fabricación estándar (aglomerado de 16 o 18 milímetros de grosor), la estética de tus muebles dependerá de la elección del acabado exterior (puertas y costados) de los zócalos, cantos, patas, tiradores y de la encimera. El conjunto determina el precio y la estética tus muebles.
Existe un amplio abanico de materiales para recubrir tus muebles.
Este producto clave de la decoración durante los años 70 ha regresado con fuerza. Al igual que su primo hermano el laminado, es resistente y fácil de mantener.
Se trata de un material que ya no se comercializa habitualmente, por lo que debes buscarlo para conseguirlo.
La mayoría de los usuarios se deshacen de este tipo de muebles, por lo que se venden a un precio muy bajo. Reciclar muebles de formica también es garantía de respirar un aire más sano ya que tras una serie de años los paneles de madera reconstituida ya no emiten contaminantes. La formica gusta por su robustez y por su aspecto retro (con todo, es difícil encontrarla en buen estado), mientras que la principal desventaja es que sus cantos ranurados presentan tendencia a romperse con el paso del tiempo.
Aportará de manera instantánea calidez y encanto a tus interiores. Suele estar protegida con barniz o con un protector, y su mantenimiento es sencillo. Su precio varía en función de su calidad y del tipo de madera.
Al tratarse de un material natural y vivo, su color puede cambiar con el paso del tiempo y puede reaccionar mal ante un calor intenso o una humedad muy elevada (aparición de grietas, deformaciones, etc.).
Principalmente se ofrece en tres categorías de frentes para puertas y cajones:
Madera natural (más de 5 milímetros de grosor);
madera chapada (menos de 5 milímetros de grosor);
contrachapado (láminas de madera unidas y encoladas juntas).
La madera tiene una faceta atemporal y cálida; sin embargo, su precio puede subir bastante en función de su naturaleza. Además, la madera precisa de un mantenimiento.
El acero inoxidable es resistente, muy higiénico y fácil de mantener.
Son muchas las versiones que podemos encontrar (cepillado, anti manchas, satinado, con efecto espejo...) y combina a la perfección con electrodomésticos recubiertos con este mismo material.
El acero inoxidable resulta perfecto para una decoración elegante, aunque también puede aportar modernidad si lo combinas con madera clara. El acero inoxidable es sensible a los arañazos y su precio puede ser alto (según el acabado escogido).
Es el material que necesitas si buscas una imagen elegante y un acabado de gama alta. La laca proporciona un efecto espejo que aportará brillo y profundidad a tu cocina.
La laca de poliuretano se comercializa en versión satinada o brillante. Es resistente y su mantenimiento es sencillo. El precio puede ascender bastante y su sensibilidad ante las huellas, te convertirá en un campeón de la bayeta.
También denominado fachada de cristal, el recubrimiento acrílico ofrece el mismo brillo que la laca pero a un precio ligeramente superior que eldel laminado. Es una buena opción si buscas un frontal elegante y luminoso. Su mantenimiento es fácil y es resistente a huellas y rayaduras. Confiere menos profundidad que la laca.
La melamina es un material económico, fácil de mantener y ofrece multitud de tonos cromáticos y de aspectos.Brillante y colorista, aportará luz y alegría a tus interiores. En imitación de madera, te dará una atmósfera suave y cálida en tu cocina. En imitación de metal, aportará un gran impulso a tu decoración y le dará un efecto industrial. Los inconvenientes: la melamina puede hincharse debido a la humedad, el acabado de los cantos suele ser medio (juntas visibles) y la cola utilizada para su fabricación es contaminante y nociva.
El laminado es un material robusto, conocido por su gran resistencia a las rayaduras, a los impactos, a los productos de limpieza domésticos, a la abrasión y al calor. Con su buena relación calidad-precio y su amplia gama de colores y de acabados, es uno de los materiales favoritos de los consumidores. Como sucede con la melamina, el pegamento utilizado para su fabricación le confiere una toxicidad que contamina el aire de tu vivienda, por lo que deberás ventilarla todos los días.
Muy popular años atrás, este material ha sido rechazado por los consumidores debido a una polémica hace unos años, por la que se demostró que el PVC que lo componía era cancerígeno. Fácil de mantener y presentado en tres versiones (mate, brillante y ultrabrillante), ofrece no obstante una buena relación calidad-precio y una amplia gama de acabados.
Además de los muebles de cocina que componen las cocinas completas, existen módulos separados que permiten numerosas posibilidades, tanto en cocinas nuevas como en reformadas.
Según la configuración, el espacio disponible, la estética y las necesidades en materia de almacenamiento, puedes elegir entre distintos tipos de muebles.
Instalados sobre de la encimera y/o el fregadero, los módulos altos ofrecen diferentes compartimentos, aunque nunca cajones.
Los soportes permiten guardar copas de vino y platos.
Debe considerarse más bien como un mueble auxiliar. Los armarios de pared se presentan en diferentes estilos.
A menudo consisten de dos puertas, un estante y ganchos de almacenamiento.
El indispensable estante de cocina suele estar dedicado a los condimentos pero también a las especias (de ahí que a veces se le llama especiero).
A menudo presenta ganchos para resultar más práctico.
Los módulos bajos, para colocar debajo de la encimera, son imprescindibles y ofrecen al usuario cajones, compartimentos, bandejas giratorias, almacenamientos plegables, caceroleros, etc.
Son prácticos y se presentan en todos los formatos.
Los carros de cocina han demostrado su eficacia y actualmente los hay tanto fijos como móviles (con ruedas).
Son prácticos y ofrecen una solución complementaria cuando la encimera está muy sobrecargada y/o abarrotada.
El mueble bajo el fregadero tiene la particularidad de presentar un espacio bastante amplio sin excesivas estanterías.
Está diseñado para permitir acceder al sifón y a las tuberías de acometida de agua.
El cacerolero es un mueble bajo que presenta dos o tres grandes cajones.
Recomendamos los modelos de cajones con freno, para evitar la confusión de cacerolas y otros utensilios ya desde la primera vez que los guardamos.
Un aparador de cocina puede ser sencillo o de cuerpo doble; es decir, puede contar solamente con módulo bajo (denominado hilera) o con un módulo alto y otro bajo (hilera y armario alto). Tiene como mínimo dos puertas.
La columna de cocina es un mueble alto que permite ocupar esquinas y espacios reducidos.
Puede disponer de espacios abiertos, cajones e incluso ganchos. Resulta funcional y estético.
Una unidad de fregadero que sea demasiado alta o demasiado profunda, supone un quebradero de cabeza o una devolución del mueble.
Un consejo: evita cortar sin haber medido con la mayor precisión posible la profundidad, la anchura y la altura de los muebles y sobre todo, cuando vayas a instalar en una cocina ya existente.
Los muebles auxiliares de cocina, como aparadores o estantes para condimentos, también se ven afectados.
Optimizar el espacio de una cocina significa aumentar la comodidad de uso.
Ficha escrita por:
Ana, Pintora
Autodidacta y apasionada del bricolaje y la decoración, me encantan las antigüedades, restaurar muebles, y crear otros diferentes y originales. Después de restaurar por completo la casa de mi hermana,¡me gustaría compartir mi experiencia con todos vosotros!