Ficha escrita por:
Julia, Decoradora de interior
La cocina blanca es, sin duda alguna, la gran favorita para casi todo el mundo, la que todos tenemos en nuestro imaginario. Todo fabricante de cocinas tiene, como mínimo, una cocina disponible en color blanco en su catálogo. Veamos por qué.
La cocina blanca es versátil y nunca pasa de moda. Luminosa y acogedora, se presta a la interpretación de diferentes estilos y deja total libertad para jugar con los detalles, los contrastes y los accesorios.
De hecho, el blanco es el color neutro que menos condiciona las combinaciones de estilos, materiales y colores. Puede ser, al mismo tiempo, el color protagonista o el compañero discreto de otros colores.
Transmite una sensación de limpieza, higiene y orden. Es un color que da alegría y no pone ningún límite a la creatividad del diseño.
Las cocinas blancas sobreviven a cualquier moda y tendencia temporal.
Al igual que ocurre con las cocinas blancas, los electrodomésticos encastrables, tanto si son blancos como de acero inoxidable, nunca pasan de moda y se pueden combinar fácilmente con el resto de los muebles. Esta es una de las innegables ventajas de tener una cocina blanca.
En este ejemplo, la combinación de tradición y modernidad de esta composición junto a un gran fregadero de cerámica y azulejos rectangulares blancos recuerda a las cocinas rurales.
Si recurres a materiales de calidad, los defectos y los límites serán tan imperceptibles como en cualquier otra cocina. Si te da miedo que el blanco se vaya amarilleando con el tiempo, recuerda que en la actualidad los materiales y las técnicas de producción tienen tal nivel de calidad que es raro que esto suceda.
Aunque la suciedad y las huellas pueden ser más visibles, sobre todo en las puertas con acabado brillante, también es cierto que esto se puede resolver fácilmente pasando una balleta o un paño húmedo.
La elección entre una cocina blanca mate o brillante depende del gusto de cada persona. La diferencia radica, sobre todo, en el carácter que quieras darle a la misma.
Si eliges una cocina blanca brillante con puertas lisas, lo más probable es que pongas unos tiradores sencillos, unos tiradores integrados o, incluso, que decidas no poner tiradores, para que la cocina tenga un aspecto de diseño limpio y minimalista.
Si te decantas por una cocina blanca con puertas y cajones mate, puedes elegir entre puertas lisas, ranuradas o con espejos y molduras, que aportan un estilo clásico, atemporal o rústico.
La elección para superficies, encimeras y salpicaderos es prácticamente ilimitada. Madera natural clara u oscura, madera laminada, cerámica, resina, hormigón pulido, mármol, piedra, vidrio, acero inoxidable, cuarzo, etc.
El blanco de los muebles realzará discretamente cualquier superficie.
Si tienes una cocina pequeña, te recomendamos que elijas un blanco brillante y puertas lisas y sin pomos.
El blanco brillante puede ser de gran ayuda a la hora de equipar la cocina en un espacio limitado o con poca luz. De hecho, tiene el poder de ampliar el espacio estéticamente y hacer que una cocina pequeña parezca más grande y que una cocina oscura sea más luminosa.
En este ejemplo, el blanco brillante de las puertas sin tiradores se realza discretamente con el revestimiento de la nevera de acero. El contraste que se crea tiene un efecto sorprendente.
Aviso: el blanco brillante refleja la luz. Así que, si tienes una cocina pequeña, pero muy luminosa o con orientación sur, acuérdate de cubrir las ventanas para evitar efectos de deslumbramiento.
Una imagen que muestra lo fácil que es combinar diferentes elementos con armonía en una cocina blanca.
En este ejemplo, los muebles altos se han sustituido por estantes llenos de utensilios y objetos a la vista. Electrodomésticos de diseño retro, un aparador, un mueble que recuerda a los mostradores de las tiendas de antaño y una mesa con bancos completan la decoración, dándole al conjunto un carácter decididamente cálido y acogedor.
En este caso, el juego de contrastes entre llenos blancos y vacíos de madera natural crea una composición dinámica y alegre. Por un lado, tenemos la superficie de madera a juego con la estantería superior abierta, mientras que el suelo establece un diálogo con los azulejos de la pared.
Como se puede ver en esta imagen, elegir una cocina blanca no es sinónimo de tener que renunciar al color, sino todo lo contrario. La superficie y la encimera de madera natural, las sillas viejas pintadas a mano y los accesorios permiten personalizar una cocina de una manera distinta y marcar la diferencia.
La combinación de blanco y negro está muy de moda y es ideal para cocinas grandes. La cocina adquiere un aspecto elegante y refinado, como en este ejemplo donde el negro de la base de la encimera y de la mesa rodea los muebles como dibujando su contorno.
En esta cocina blanca, la calidez de la madera natural de la mesa y del mueble abierto hace que el ambiente sea decididamente acogedor. La combinación con el parqué de la misma esencia también contribuye claramente a darle carácter a la cocina.
La tradición y la elegancia se funden en esta cocina que tiene el encanto de otros tiempos. La madera oscura de la gran isla, en contraste con las puertas sin tiradores y la altura de la instalación, le dan a la cocina un tono sobrio y austero.
El gran mueble alto con puertas negras crea un contraste con su minimalismo y con la ausencia de tiradores. De esta forma, la elegante encimera se convierte en protagonista absoluta de la cocina, resaltada también por los azulejos hexagonales.
En este ejemplo de líneas limpias tenemos dos materiales —madera y laminado—, y tres colores — blanco y gris tórtola combinados con el color natural de la madera—.
La verticalidad de las puertas blancas se rompe con la horizontalidad neta del salpicadero de madera natural y de la mesa. El fondo de color gris tórtola delinea la zona de cocción e interrumpe la secuencia de blancos con una mancha de color.
La composición también es interesante. La larga pared de 6 metros está dividida en dos partes de igual longitud, pero de diferentes densidades: en la mitad izquierda, el eje de simetría está marcado por la base y el mueble de pared (60 cm) de la zona de cocinado, flanqueados por elementos más estrechos (40 cm). Sin embargo, la simetría desaparece en la parte de la derecha: cinco muebles altos (60 cm) —tres blancos y dos de color gris tórtola— interrumpen la encimera para formar una gran despensa.
Aquí tenemos otra combinación interesante de blanco mate y madera natural que crea un buen contraste con la pared gris. Un gran efecto estético.
No hace falta mucho para darle carácter e intimidad a una cocina blanca. Con tan solo poner unas tablas de cortar, unas botellas de aceite y unos frascos de vidrio en la encimera podrás crear un bodegón de lo más decorativo. Eso sí, elige con cuidado los objetos y utensilios que vas a dejar a la vista en las superficies.
Pon también estanterías y estantes abiertos en los que podrás colocar macetas con plantas, platos y piezas de cerámica para darle a la cocina un toque personal con colores vivos.
Ficha escrita por:
Julia, Decoradora de interior
Después de muchos años dedicando mi tiempo libre al bricolaje transformando, diseñando, creando...decidí hacer de mi pasión mi profesión. Desde 2006 me dedico a realizar proyectos de renovación y construcción para aquellas personas que lo solicitan. Por eso, me encanta compartir todo lo que he aprendido desde mi experiencia profesional, que es a la vez, una de mis grandes pasiones.