¿Cómo soldar racores de cobre?

Aprender a soldar cobre se vuelve económicamente interesante cuando se quiere construir una red completa de tuberías de cobre. Si sólo tienes dos o tres racores para instalar una ducha o colocar un grifo, y si no tienes ninguna herramienta ni pasión por la fontanería, es preferible instalar un racor bicono o instalar un racor automático. Por su facilidad de instalación y su bajo coste, el racor bicono (el más barato de los dos) es una buena opción. La instalación de una red PEX también puede sustituir al cobre por sí sola, aunque los costes son considerablemente más altos. La solución más barata sigue siendo pues, el uso del cobre.

1. Algunos consejos antes de soldar cobre.

2. Preparar un montaje de cobre.

3. Elegir el decapante y el material de aporte.

4. Soldar un racor de cobre.

5. Limpiar la soldadura de cobre.

Conocimientos

Siempre que cumplas con algunas recomendaciones básicas, puedes considerar, a un coste razonable, hacer tus propias instalaciones de agua o de gas. El aprendizaje es simple y está al alcance de cualquier manitas. 

Tiempo de realización

5 minutos por soldadura.

Número de personas recomendado

1 persona.

Herramientas y consumibles

• Soplete o soplete oxiacetilénico según el tipo de soldadura elegido;

• estaño o varillas de material de aporte;

• lana de acero;

• ácido sulfúrico diluido;

• alcohol de quemar;

• desbarbador;

• racor;

• decapante.

Equipos de protección individual

• Gafas de protección;

• máscara de protección respiratoria;

• ropa de trabajo;

• delantal de soldador;

• guantes de soldador;

• calzado de seguridad;

• pantalla de protección térmica según el entorno de trabajo.

** Esta lista no es exhaustiva. Los equipos de protección individual deben adaptarse a cada situación de trabajo.

En la práctica, calentar el cobre es bastante fácil, pero hay que tener en cuenta que el calentamiento excesivo hace que el cobre sea poroso y por lo tanto tenga fugas. Por lo tanto, lo más importante al soldar es controlar la temperatura de calentamiento para unir los tubos y racores de cobre. En pocas palabras, el color rojo oscuro es el límite que no se debe sobrepasar.

La calidad del cobre es también un factor de éxito. El cobre que se vende a precios inmejorables suele estar demasiado carbonatado, por lo que la acción de la llama quema este carbono y deja agujeros microscópicos que hacen que las tuberías sean porosas.

Las tuberías de cobre no se sueldan haciendo tope, como en el caso del acero o el acero inoxidable, sino que se sueldan gracias a un manguito que une los dos tubos. Los espesores que se tienen en cuenta son muy finos, lo que mejora tanto la ejecución como la estética de la instalación. Los racores que se emplean son racores endurecidos con manguito que encajan entre sí, con una pequeña holgura, que permite el paso del metal de aporte utilizado para unirlos.

Este tipo de ensamblaje se llama soldadura por capilaridad. Aunque el término soldadura sólo se aplica a la fusión de dos metales homogéneos, es comúnmente utilizado, con razón o sin ella, por los fontaneros encargados de este tipo de conexión.

Los distintos racores de cobre 

Para cubrir las necesidades de las diferentes instalaciones, prácticamente todas las opciones de montaje están representadas por una amplia variedad de racores de cobre, disponibles para la venta.

Aparte de cortar el tubo, combinando estos racores se pueden considerar todas las posibles situaciones de instalación.

También dispones de racores combinados, racores de latón roscados o roscados por un lado y acoplados al diámetro del cobre entre sí por el otro, para conectar grifos u otros accesorios de fontanería.

El cobre es un metal que se oxida. Tiene la ventaja de ser autoprotector, es decir, cuando se oxida, la capa de oxidación verde protege el metal. La mejor imagen que se puede encontrar de este fenómeno natural es el color de las cúpulas de cobre de los edificios públicos, oxidados con el paso del tiempo.

Por lo tanto, para montar los racores de cobre, se debe limpiar a fondo las superficies que entran en contacto durante la soldadura, es decir, el extremo del tubo y el interior del casquillo del racor.

Hay varios métodos, pero el más eficaz es el siguiente:

• Desbarbado del extremo del tubo;

• desoxidación con un lana de acero, lija o tela esmerilada;

• limpieza final con alcohol de quemar.

El decapante, también llamado fundente, aglutinante o gel, es el producto que facilitará la unión entre el cobre y el metal de aporte. Puede ser en forma líquida, pasta o en polvo y a veces, en el recubrimiento, en una varilla de metal de aporte. Estos decapantes cumplen con la norma DIN 8511 que rige estos aditivos de soldadura fuerte.

La selección se hace en relación con el tipo de instalación que se esté llevando a cabo. Dependiendo del tipo de soldadura (blanda o dura), se debe utilizar el metal de aporte apropiado. La norma ISO 3677 de 2016 especifica el uso de metales de aporte según su composición química. Para el gas, consulta la normativa del CTE (Código Técnico de la Edificación).

*Antes de hacer una instalación que requiera certificación, debes asegurarte de que los metales de aporte a usar estén aprobados por el organismo pertinente. El incumplimiento de este requisito puede llevar a la negativa de la puesta en servicio de tu instalación.

Para cada tipo de soldadura, hay un decapante, o una varilla revestida, que se usa antes de cualquier aporte de metal.

Soldadura blanda

Para una soldadura blanda a 450°C hecha únicamente en tuberías de agua fría, el estañado del extremo del tubo y de la parte hembra del racor es un requisito previo esencial, (el estañado consiste en cubrirlo con una capa de estaño).  Esto crea una gran superficie de adhesión entre los elementos a ensamblar.

Si no procedes de esta manera y no estañas los elementos antes de la inserción, la soldadura blanda no se mantendrá. 

Soldadura fuerte 

Para una soldadura fuerte de 700 a 750 °C, hay que acostumbrarse a calentar, gradualmente, las piezas a ensamblar. Cuidado, si el cobre se calienta demasiado se vuelve poroso. Tan pronto como se alcanza la temperatura correcta (color rojo oscuro), se deposita el metal de aporte en el espacio alrededor de los racores de soldadura. La fusión de la varilla hace que el metal de aporte fluya alrededor de la junta que se ha decapado previamente.

Ya sean de cobre-fósforo, latón o plata, los metales de aporte pasan del estado sólido al líquido para luego volver rápidamente a solidificarse. Por lo tanto, es importante controlar este punto de calentamiento durante la fusión en todas las soldaduras de fontanería/calefacción.

En el caso de un ensamblaje de cobre/latón, es necesario llevar primero el racor de latón, más macizo, a la temperatura de fusión del metal de aporte, al mismo tiempo que se regula la temperatura, ya que sube muy rápidamente por su excelente conductividad y leve espesor. Si es un grifo, no olvides desmontar el mecanismo para no quemar las juntas y las válvulas.

Nota: 

• Al calentar un racor de cobre endurecido, éste se vuelve maleable;

• asegúrate de tener suficiente material para no perjudicar la instalación.

Después del cepillado, se pueden eliminar los rastros negros con una preparación de ácido sulfúrico diluido. Enjuaga bien después para eliminar los rastros de ácido. Siempre debes considerar la posibilidad de que surja un posible problema o incidente mientras se realizan tareas de soldadura en un ensamble. La estación de trabajo debe estar bien ventilada y despejada.

Usa guantes y gafas protectoras adecuadas, así como ropa de trabajo apropiada.

• Los guantes protectores no son los mismos para la soldadura que para la limpieza con una solución de ácido sulfúrico;

• las gafas de protección deben tener preferentemente protecciones laterales para minimizar el riesgo de salpicaduras;

• un extintor de incendios no está de más aunque los riesgos estén controlados por el operador, elige un encendedor de gas en lugar de un mechero.

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