Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración
La plancha de gas, que está formada por una placa de cocción y varios quemadores, es un aparato para cocinar de origen español que está muy bien considerado a día de hoy. Si se utiliza en exterior, se conecta a una bombona de gas (propano o butano) sabiendo que dispone de un termoparque se encarga de cortar automáticamente el gas por si una ráfaga de viento apaga la llama.
Para elegir correctamente la plancha de gas, el primer criterio importante es su potencia, ya que de ella dependerá la velocidad de cocción. Está expresada en vatios (W) o en kilovatios (kW) y deberá ser elevada si tienes pensado utilizar la plancha de gas para cocinar carnes, o un poco menos si es para cocinar pescados o verduras. No obstante, una plancha de gas es mucho más potente que una plancha eléctrica.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que el número de fogones o quemadores influye a la hora de distribuir el calor y la posibilidad de jugar con varios rangos de temperatura. También es importante el material de la placa de cocción, ya que de él dependerá la resistencia y la durabilidad de la plancha de gas, así como su precio.
La superficie de cocción está ligada al número de quemadores. Cuanto más grande sea, mayor será el número de comensales para los que podrás cocinar.
Si tiene entre 30 y 40 cm, la plancha de gas solo tendrá un quemador y permitirá cocinar para unas 4 o 5 personas. Si tiene unos 60 cm, tendrá 2 quemadores, y podrás invitar hasta 10 personas. Si tiene entre 70 y más de 90 cm, tendrá 3 quemadores o más y servirá para unos doce comensales.
Cuantos más quemadores tenga la plancha de gas, mejor será su eficacia de cocción.
El número de quemadores también permite repartir el calor de la forma más homogénea posible en la placa, lo que permite conseguir, si se necesita, temperaturas diferentes en varios sitios: en una parte de la placa de cocción de la plancha de gas se puede hacer la carne, mientras que la otra mantiene calientes los alimentos que ya se han cocinado.
Los materiales de la placa de cocción dependerán de la distribución y la conservación del calor para conseguir que la cocción de los alimentos sea óptima, pero también de la durabilidad y la facilidad de mantenimiento de la plancha de gas.
Con la plancha de gas de hierro fundido son todo ventajas. La subida de temperatura es rápida, lo que permite un buen reparto y conservación del calor.
Al ser de un material pesado, como las otras planchas, la calidad de su esmalte es primordial.
Hecha de acero al carbono laminado, la temperatura sube rápidamente y reparte muy bien el calor, pero lo conserva durante menos tiempo que la de hierro fundido.
Si es de acero esmaltado (ya sea esmaltado doble o sencillo), la plancha de gas aumenta la temperatura con menos rapidez, pero está protegida contra el óxido y limita la adherencia de alimentos. Son las más accesibles en cuanto a precio.
Las planchas de acero inoxidable suelen apreciarse por su higiene impecable por los profesionales de la restauración, pero también por su larga vida útil, aunque su conductividad térmica sea peor que la de acero o cromo.
Es la preferida de los profesionales.
La plancha de gas de cromo, muy bien considerada entre los profesionales de la restauración, pero de alto precio, ofrece un excelente reparto del calor, aportando temperaturas alta y estables.
También es fácil de limpiar y resiste bien al óxido y a los arañazos.
Del grosor de la placa de cocción dependerá su durabilidad: si es demasiado fina, puede tender a deformarse a altas temperaturas. De lo contrario, cuanto más gruesa sea, mayor será su inercia térmica, lo que significa que aumentará su capacidad para conservar el calor. El grosor ideal es de unos 6 mm como mínimo.
El esmalte recubre los metales oxidables como el acero y el hierro fundido. Su grosor es un factor cualitativo ya que, si el esmalte recibe un golpe y su revestimiento superficial resulta dañado por los arañazos, el metal, al contacto con el oxígeno, se corroe.
La limpieza se realiza con un desengrasante y una esponja, limitando al máximo el uso de utensilios de limpieza duros que puedan rayar el esmalte. Después, se aplica aceite por toda la superficie.
La plancha de gas, que se debe utilizar únicamente en el exterior, funciona con una bombona de gas propano o butano. En cualquier caso, siempre hay que tener en cuenta las indicaciones del fabricante.
Ocurre lo mismo con su capacidad; si se va a utilizar de forma esporádica, con una bombona de baja capacidad será suficiente. Si por el contrario, el uso va a ser frecuente y la plancha es de grandes dimensiones, la mejor opción es una bombona de gas de 13 kg.
Después de un largo período de inactividad, es importante verificar el hermetismo y la fecha de caducidad del tubo de gas.
Hay numerosos accesorios y opciones más o menos indispensables según tus necesidades:
Un carrito para guardar la bombona de gas y aportar movilidad a la plancha. Suele ofrecer espacios de almacenaje, en mayor o menor medida, para los accesorios de cocina y los platos;
una funda o cubierta para proteger la plancha de gas de la intemperie;
un cajón o un depósito para la grasa, que la almacenará mientras se está cocinando, para vaciarla al finalizar;
un encendido piezoeléctrico, normalmente de serie;
una placa inclinable para conservar la grasa y cocinar los alimentos en su jugo o, por el contrario, evacuarla con facilidad;
utensilios como una espátula grande, práctica para dar la vuelta a los alimentos y para raspar la placa de cocción, unas pinzas, etc.
El mantenimiento es imprescindible para garantizar la durabilidad de la plancha de gas. Se hace por primera vez cuando la plancha todavía está caliente.
Raspa la placa de cocción con una espátula ancha o un raspador adaptada a su material para no dañarla. Después, una vez que se haya enfriado, utiliza una esponja no abrasiva impregnada con lavavajillas o desengrasante antes de secarla. No te olvides de vaciar y lavar también el cajón donde se almacena la grasa.
La garantía puede variar dependiendo del fabricante, ya que puede ir desde 2 años hasta 10 para la placa. Es un buen indicador de la calidad de la plancha.
Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración
Después de trabajar varios años en cadenas de televisión de primer orden, escogí dejar hablar a mi pluma y orientarme hacia la redacción y la edición.Soy tan apasionada de la decoración y del bricolaje, como de la historia y de la ciencia. Ecléctica tanto en mis gustos como en mis textos, escribo desde hace más de 25 años sobre esas temáticas. En mi activo se cuentan obras didácticas, novelas y noticias, así como numerosísimos artículos de bricolaje y decoración. En ellos cuento consejos y trucos experimentados en mi vieja casa, renovada poco a poco.