Ficha escrita por:
Jerónimo, Electricista
Para inflar una piscina hinchable, un balón o la rueda de una bicicleta, revisar la presión de los neumáticos del coche, pintar con pistola un par de habitaciones, o soplar las hojas de la terraza, te bastará con un pequeño compresor para ayudarte en estas tareas ocasionales que requieren poca presión y caudal de aire. Un compresor portátil es perfecto.
Usos domésticos del compresor: inflado, grapado, limpieza por soplado, pequeños trabajos de pintura, encolado, etc. Para este tipo de usos, puntuales y de corta duración, puedes optar por un compresor portátil o monocilindro. Si no necesitas una gran reserva de aire, elige un modelo con depósito de 50 litros como máximo, para poder recargarlo rápidamente y transportarlo con facilidad (chasis sobre ruedas). Un caudal de unos 15 m3/h y una potencia de 1,5 CV serán suficientes. En los kits para compresores se pueden encontrar herramientas neumáticas adaptadas a compresores domésticos con presión mínimo de 8 bares.
Compresor indicado para trabajos de bricolaje frecuentes: inflado, grapado, limpieza por soplado, pintura, ajuste de neumáticos, cincelado. Para los trabajos de bricolaje que implican un uso regular de compresores, hay que contar con un caudal y una reserva de aire apropiados. Con un depósito de 100 a 150 litros y un volumen de aire de 15 a 25 m3/h será suficiente. La potencia del grupo de compresión será de 2 a 3 CV. Si trabajas en taller o debes suministrar una red neumática, elige un compresor de ruedas preferentemente hinchables para un fácil manejo.
Compresor para uso profesional: todos los trabajos habituales + la utilización de herramientas neumáticas especializadas del tipo llave de impacto, limpiador al chorro de arena, lijadora, amoladora, martillo, etc. Para usos intensivos, en los que se precise gran cantidad de aire, se necesitará un depósito de al menos 200 litros para un caudal de aire de unos 40 m3/h. La potencia mínima deberá ser de 5,5 CV.
Elige preferentemente un compresor con grupo de compresión bicilíndrico para asegurarte el flujo constante de aire y una presión adecuada. Este tipo de compresor será estacionario. Para talleres profesionales, elige un compresor trifásico que funcione a 400 V. Si necesitas movilidad, elige un compresor de tipo remolque equipado de un motor de gasolina.
Foto: Salidas de aire, manómetro, regulador de la presión de servicio, trasmisión, grupo de compresión, motor, botones de marcha/paro, asa de arrastre, válvula, depósito de aire, rueda direccional, ruedas, tornillo de purga.
El principio fundamental del funcionamiento de un compresor de aire es relativamente simple: un motor (eléctrico o térmico) acciona un cilindro que comprime el aire en un depósito estanco de mayor o menor capacidad, a una cierta presión. Una vez alcanzada dicha presión, el motor se para. El conjunto de motor + cilindro(s), se denomina grupo de compresión.
El aire comprimido se puede utilizar a continuación para accionar simultáneamente una o varias herramientas: pistola sopladora, pistola de pintar, clavadora neumática etc.
La característica principal de un compresor es el flujo de aire que proporciona. Éste se mide en l/min (litros por minuto), o en m3/h (metros cúbicos por hora). 1 m3/h = 16,67 l/min.
El flujo de aire dependerá del volumen del depósito del compresor y de la velocidad a la que el grupo de compresión es capaz de llenarlo.
Es importante señalar que algunos compresores pequeños (portátiles), no tienen depósito. El motor por tanto, gira constantemente para suministrar aire a presión.
Para elegir bien el compresor de aire, resulta indispensable calcular, lo más exactamente posible, el flujo de aire que se va a necesitar.
Hay tres tipos de compresores:
Portátiles;
monocilíndricos, es decir, de un solo pistón;
bicilíndricos o multicilíndricos.
Si solo necesitas inflar los neumáticos, limpiar con soplador, o incluso pegar o grapar, elige un compresor portátil. Pequeño y ligero, se adapta a la perfección a los trabajos de poca envergadura. La mayoría de compresores portátiles tienen un depósito inferior de 20 litros, una potencia máxima de 1,5 CV (caballos de vapor) y un flujo de aire de unos 8 m3/h, los más potentes. Este tipo de compresor es perfecto para trabajos puntuales, en exterior o lugares estrechos. Algunas marcas proponen compresores portátiles que funcionan a 230 V, o a 12 V con una toma tipo encendedor de coche. Algunos compresores incluso carecen de depósito y pesan menos de 4 Kg.
Los compresores monocilíndricos son los más habituales. Se adaptan a todo tipo de trabajos, incluso los de larga duración. El grupo de compresión está compuesto por un motor que acciona un solo cilindro. La potencia de los compresores monocilíndricos varía de 1,5 CV a 6,5 CV y el volumen de su depósito es de entre 25 y 250 litros. Este tipo de compresores de un solo pistón, son capaces de enviar hasta 40 m3/h a una presión de unos 8 bares. El depósito se fija a un chasis montado sobre un eje con ruedas, para poder desplazar el compresor fácilmente, o sobre un soporte mural para el suministro de una red neumática.
Los compresores bicilíndricos, o multicilíndricos suelen estar destinados a los profesionales y talleres especializados. Este tipo de de compresor de gran capacidad y potencia, se adapta a una red de aire comprimido. El grupo de compresión se compone de un motor que acciona varios cilindros.
El compresor bicilindrico puede enviar un caudal de aire superior a 40 m3/h por lo que se trata de una herramienta perfecta para los talleres de carrocería, pintura, mecánica o para trabajos de bricolaje en taller, junto a otras herramientas neumáticas.
Presostato: funciona como un interruptor. Cuando la presión desciende por debajo de un cierto umbral, el motor vuelve a ponerse en marcha. El nivel mínimo del presostato viene generalmente regulado de fábrica en 4 bares;
regulador de presión: este elemento es en realidad un tipo de válvula para regular la presión que se quiere alcanzar, y/o la presión de salida del compresor. El regulador de presión sirve para proteger los accesorios conectados, no al usuario. No hay que confundirlo con el presostato;
manómetro: es el indicador visual, de aguja o digital, de la presión del depósito, y/o la salida del compresor. El manómetro es muy útil para controlar los ajustes de la máquina;
válvula de seguridad: en caso de defecto de funcionamiento del regulador o del manómetro, la válvula se abre para dejar escapar el aire y evitar que el depósito acumule un exceso de aire y explote.;
salida directa: toma de aire auxiliar, no ligada al regulador. En esta salida tendremos por tanto la presión máxima del compresor que, en general, suele ser de 8 bares.
El indicado para pequeños compresores, destinados a usos cortos y puntuales. El mantenimiento es bajo aunque también su vida útil. Este tipo de compresores suelen ser ruidosos.
Al contrario que el anterior, los de hierro fundido suelen ser los más utilizados. Este material implica un óptimo intercambio térmico, el enfriamiento del equipo es mejor y su duración, más larga.
Los compresores de aluminio son aptos para la mayoría de trabajos. Sin embargo, no son aconsejables para un uso profesional intensivo, ya que el equipo se enfría más lentamente que los de hierro fundido y en consecuencia, su duración es menor.
Para no dañar el grupo de compresión, los compresores están equipados con un filtro de aire.
Para los modelos más profesionales, existen filtros en la salida del depósito, que permiten trabajar con aire limpio y seco.
Antes de adquirir tu compresor, calcula el volumen de aire que necesitas, de la siguiente manera: consumo de aire (en l/min o m3/h) de todas tus herramientas neumáticas x 1,5.
Consulta las instrucciones de uso de tus herramientas neumáticas o de las que tengas previsto comprar, para obtener la información técnica necesaria para determinar el flujo de aire que necesitas.
La potencia del grupo de compresión y el volumen del depósito, se corresponden en general con el flujo de aire deseado.
Para alargar la vida útil de tu compresor, necesitarás hacerle un mantenimiento adecuado.
Limpieza regular del filtro de aire: el compresor aspira el aire que le rodea y después lo comprime. Si el aire está demasiado cargado de polvo, por ejemplo, puede dañar las herramientas neumáticas. Por tanto, es muy importante que el filtro de aire del compresor esté siempre limpio para una máxima eficacia;
purgar el contenedor: el aire comprimido provoca condensación en el interior del recipiente. Para evitar que el agua oxide el metal, o que se hiele, los compresores cuentan con un tornillo de purgado (situado en parte inferior del depósito). Hay que purgar regularmente, especialmente si el compresor va a a estar largo tiempo inactivo. Evidentemente, ¡este problema no existe en los compresores sin depósito!
vaciado y comprobación del nivel de aceite : verifica regularmente el nivel de aceite, y realiza un cambio al menos una vez al año.
Los compresores suelen contar con piezas de repuesto, como el filtro de aire, el presostato o el regulador, además de pistolas, boquillas y tubos o mangueras de aire comprimido entre otros.
Para pequeños trabajos de soplado, inflado, aerógrafo, etc, elige un tubo de alimentación de aire con un diámetro interior de 6 a 8 mm. Para herramientas más gruesas, elige tubos de diámetro interior de 10 a 12 mm. Para evitar pérdidas de eficacia de la herramienta, comprueba que el diámetro interior de la salida del manómetro (el lugar por el que sale el aire) del compresor, coincida con la boquilla de conexión del aparato.
Un compresor es una herramienta relativamente ruidosa y peligrosa si se utiliza mal. Para evitar el ruido del motor, protege tus oídos con un casco o tapones antirruido.
Aunque tengas costumbre de utilizar máquinas, conviene informarse sobre las normas de utilización del aparato para evitar accidentes. Algunos tipos de compresores (profesionales para uso industrial) están sometidos a controles e inspecciones periódicas. Muchos accidentes se producen a causa de los depósitos oxidados o del mal funcionamiento de los presostatos y/o reguladores. ¡Piensa en tu seguridad!
Cómo elegir un sistema de Ventilación Mecánica Controlada (VMC)
¿Cómo elegir y conectar el compresor y las herramientas neumáticas?
Ficha escrita por:
Jerónimo, Electricista
Me formé como electricista y trabajé en este sector muchos años. Después me dediqué al mundo de la construcción, en elque tuve la oportunidad de coordinar, controlar y organizar varios proyectos de obra. Actualmente llevo 4 años restaurando una casa de campo con mi mujer y mi hija. Llevamos muchas horas invertidas en esa casa, y gracias a mi experiencia profesional y ahora también personal, me encantaría dar una mano a todo aquel que tenga dudas sobre el bricolaje y aconsejarle en algunos asuntos.