Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración
Desde un simple armario empotrado hasta un vestidor, pasando por un armario ropero o un mueble separador de ambientes de una habitación, existen muchas formas de almacenamiento para responder a todas tus necesidades.
Antes incluso de pensar en acondicionar los espacios, tienes que empezar por evaluar tus necesidades de almacenamiento habitación por habitación:
En la entrada, un armario ropero albergará los abrigos y el calzado. Si no hay suficiente espacio, puedes colocar un zapatero en un rincón;
no dudes en colocar espacios de almacenamiento en el garaje, incluso un armario ropero, sobre todo si lo usas para aparcar el coche y por lo tanto, pasas por ahí para entrar en casa;
utiliza el espacio debajo de la escalera, que muchas veces está desperdiciado. Actualmente existen muchos módulos o bancos de almacenamiento diseñados específicamente para este propósito. Otra posibilidad es un mueble para escalera, que aúna seguridad y almacenamiento;
en un dormitorio o una habitación específica para ello, un vestidor te permitirá acondicionar espacios de almacenamiento prácticos, funcionales y personalizados;
en una habitación grande, un mueble separador de ambientes te permitirá a la vez añadir almacenamiento y dividir más o menos, el espacio, según si es abierto o cerrado;
en una cocina o un cuarto de baño, aprovecha las partes altas instalando armarios y baldas.
Después de este paso, llegará el momento de definir el espacio necesario para el almacenamiento, visualizando su tamaño. Luego tendrás que tomar medidas precisas y finalmente, optimizar su distribución en diferentes zonas organizando lo mejor posible el espacio disponible.
Es esencial hacer balance de lo que vas a guardar. En efecto, los armarios empotrados o roperos no se distribuyen igual si vas a colgar vestidos o blusas que si vas a guardar camisetas o vas a almacenar libros y otros objetos pesados que requieran baldas sólidas.
No dudes en agrupar todos los objetos, utensilios de cocina o prendas de ropa que tengas previsto almacenar en ellos, para visualizar el tamaño y también las dimensiones máximas necesarias. Ten en cuenta, por ejemplo, el número de pilas de camisetas o de jerséis que vayas a guardar en su interior, la cantidad de zapatos o bolsos, su tamaño, etc.
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Es esencial que tomes medidas precisas si vas a crear o acondicionar un armario empotrado o un vestidor, ya sea con simples tablas o con un kit de almacenamiento.
Así pues, aunque el espacio para acondicionar sea cuadrado o rectangular, como es habitual, no dudes en medir su anchura, profundidad y altura en dos o tres puntos. En efecto, las construcciones, sobre todo las antiguas, no son necesariamente rectas. A continuación, te basarás solo en las medidas mínimas que hayas tomado.
Asimismo, no olvides tener en cuenta todo los elementos que puedas encontrar: tomas de corriente, interruptores, salida de aire, etc.
Cuando vayas a montar el mueble o espacio de almacenamiento, piensa que se divide en 2 zonas: la zona activa y la zona pasiva.
La zona activa es la situada a media altura en el mueble, es decir, a 40-140 cm de alto. Tienes todo al alcance de la vista y de la mano.
A 40-70 cm te recomendamos que coloques lo que uses de forma más puntual, por ejemplo, la ropa de cama o las toallas de baño;
a 70-140 cm necesitarás guardar la ropa que uses todos los días, los objetos o utensilios que utilices más a menudo, como es el caso de la cocina por ejemplo.
La zona pasiva, es la que se encuentra por encima y por debajo de la zona activa.
Así, en la parte baja irán zapatos o cajones para guardar lo que utilices de forma ocasional. También es una zona ideal para objetos pesados;
a 140-180 cm el espacio es perfecto para las barras de ropero que te permitirán colgar la ropa;
en la parte más alta, más difícil de ver y alcanzar, puedes guardar las maletas, la ropa de otra temporada o incluso sombreros.
También debes conocer algunos trucos para optimizar la distribución de los espacios de almacenamiento:
El espacio de apertura de las puertas de los almacenamientos no debe impedir la circulación. Deberás tenerlo presente al acondicionar la habitación, la cocina o el cuarto de baño. Si el espacio es insuficiente, apuesta por puertas correderas;
los cajones y los estantes correderos te permitirán aprovechar al máximo la profundidad del espacio de almacenamiento;
en un armario ropero, las prendas cortas permiten instalar dos barras una encima de la otra para optimizar el espacio de almacenamiento;
variar la profundidad de los espacios de almacenamiento te permitirá no solo adaptarlos a su contenido, sino también aligerar visualmente el espacio, a la vez que aprovechas las zonas más altas. Este truco es especialmente práctico en una cocina o un cuarto de baño, en los que los m ² suelen ser escasos;
piensa asimismo en dividir tus cajones en compartimentos para encontrar fácilmente los calcetines, la ropa interior, los accesorios de baño o en su caso, los utensilios de cocina.
Un armario ropero o un vestidor albergará tres grandes tipos, prendas, ropa de cama y accesorios: los que se cuelgan, los que se guardan doblados y los que se usan a diario.
50 cm de profundidad son suficientes si el armario ropero o el vestidor no tiene puertas. Si tiene puertas, serán necesarios 60 cm para poder colgar, por ejemplo abrigos gruesos en perchas;
calcula 100 cm de altura para camisas y blusas, 110 cm para chaquetas, 120 cm para pantalones y 170 cm para vestidos y abrigos largos. Obviamente, estas medidas deben adaptarse a la altura de los usuarios del armario ropero;
100 cm de ancho permiten guardar de 5 a 6 abrigos o una docena de vestidos o camisas.
De 40 a 45 cm de profundidad son suficientes para albergar pilas de ropa doblada;
de 30 a 40 cm de ancho permiten guardar una pila de ropa;
50 cm de altura permiten guardar una pila de unas quince camisas. El espacio mínimo que hay que dejar entre las baldas es de aproximadamente 35 cm.
100 cm lineales permiten guardar de 4 a 5 pares de zapatos o unos cuarenta libros.
Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración
Después de trabajar varios años en cadenas de televisión de primer orden, escogí dejar hablar a mi pluma y orientarme hacia la redacción y la edición.Soy tan apasionada de la decoración y del bricolaje, como de la historia y de la ciencia. Ecléctica tanto en mis gustos como en mis textos, escribo desde hace más de 25 años sobre esas temáticas. En mi activo se cuentan obras didácticas, novelas y noticias, así como numerosísimos artículos de bricolaje y decoración. En ellos cuento consejos y trucos experimentados en mi vieja casa, renovada poco a poco.