Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
El agua de lluvia es la más adecuada para el huerto y la obtenemos ¡de forma gratuita! La recuperación de agua de lluvia empieza a ser una práctica de lo más habitual. El depósito de almacenamiento, llamado recuperador de agua, aéreo o enterrado, se conecta a un canalón para recuperar el agua de lluvia.
Cuando nos referimos a este tipo de agua no sólo es el agua que obtenemos de los pozos, sino también el agua que obtenemos de manantiales. Su calidad es variable, pero debes tener en cuenta un dato muy importante, son habitualmente aguas frías. Por ello te recomendamos almacenarladurante varias horas en la superficie antes de regar las plantas con ella.
Su extracción se realiza con bombas manuales, bombas de superficie o bombas sumergidas.
Una vez más, la calidad es variable y depende de los cultivos y de si existe ganado en las proximidades. Por otra parte, la extracción de agua en ocasiones está prohibida o regulada por una normativa, por lo que se recomienda informarse antes de realizar cualquier extracción. Es necesario una bomba de agua.
Este tipo de agua contiene un porcentaje de cloro, por lo que se recomienda dejarla reposar durante 24 horas para que lo pierda. Se utiliza normalmente con una regadera, con riego automático o con una manguera con pistola de riego.
El riego manual es el más fácil de realizar: ya sea con una regadera, con o sin alcachofa; o bien con una manguera (elige un tubo anti-torsión) provista de un racor y una lanza o una pistola con chorro regulable.
Con este sistema se pueden regar al pie de las plantas, lo que ofrece una triple ventaja: ahorro de agua, evita mojar las hojas y no favorece el crecimiento de malas hierbas alrededor de la planta.
Algunas hortalizas prefieren recibir un riego en forma de lluvia, como las lechugas o las coles; además es la manera de regar las semillas.
Consiste en instalar un aspersor al final de una manguera. Entre los diferentes modelos existentes, el aspersor oscilante es el más adecuado para un huerto. También existe una variante de baja presión que difunde gotas más finas.
El agua que circula a baja presión discurre por un tubo poroso colocado en el suelo o bien, en el sistema de riego por goteo, donde los gotero dejan pasar el agua gota a gota.
Es un sistema de riego muy localizado, que aportan el agua de forma muy lenta y regular permitiendo así un considerable ahorro de recursos hídricos.
Todos estos sistemas pueden ser programados, lo que resulta muy práctico cuando estás de viaje, de vacaciones o simplemente por comodidad. Existen distintos programadores de riego y actualmente se aprovechan de las nuevas tecnologías. Los hay que se conectan a un pluviómetro y pueden manejarse a distancia con el teléfono móvil.
El sistema de riego completamente automatizado tiene un precio elevado, sobre todo si queremos que vaya enterrado.
La aportación de agua (frecuencia y cantidad), no sólo depende de las condiciones climáticas sino también del tipo de verduras y hortalizas y de la naturaleza del suelo.
Por regla general, los suelos arenosos, filtran el agua rápidamente y requieren de una mayor frecuencia de riegoen menor cantidad. Ocurre lo contrario en los suelos arcillosos, que retienen más agua.
Debemos tener en cuenta que en pleno verano, es necesario regar el huerto con más frecuencia. Pero también hay que ser precavidos, ya que un riego excesivo puede provocar la aparición de enfermedades criptogámicas, y empobrecer el suelo por lavado (filtración en profundidad de los nutrientes).
Exceptuando las semillas (que deben ser regadas con frecuencia), lo mejor es espaciar los riegos. Así el agua penetra más profundamente en la tierra, lo que incita a las raíces a hacer lo mismo para aprovechar el agua. Si las raíces están más profundas, la planta resistirá mejor la sequía que afecta en primer lugar a la superficie del suelo.
La noche es el mejor momento para regar durante el verano ya que las pérdidas por evaporación son menores.En el caso de que puedan producirse heladas nocturnas, lo que suele suceder al comienzo o al final de temporada en zonas de montaña, es preferible regar al amanecer.
Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
De niño ya trabajaba en el jardín familiar. Quizás ahí nació mi interés por las plantas y la jardinería. Así que nada más lógico para mí que estudiar biología vegetal y agronomía. Posteriormente, y accediendo a la solicitud de varios editores, escribí, a lo largo de 25 años, numeroso libros relacionados con las plantas, los champiñones (un tema que me preocupa), al principio básicamente guías identificativas, pero posteriormente me fui adentrando en la jardinería, retomando, de este modo la pasión de mi infancia. Además de eso, he colaborado regularmente con varias revistas especializadas en jardinería y naturaleza. Como no hay jardinero sin jardín, cultivo desde hace 30 años el mío propio en un pequeño rincón de Asturias, poniendo en práctica los métodos de cultivo sobre los cuales os aconsejo.