Ficha escrita por:
Jenifer, Amante del bricolaje
21 fichas consejo
Enfrentarte cada mes a la factura de la luz es un ejercicio de valor. Aunque ves casi todos los días en las noticias las subidas desorbitadas, mientras no lo notas en tu bolsillo parece lejano. ¡Pero vaya si lo notas!
Es momento de tomar cartas en el asunto y aunque no cuentes con mucha ayuda externa, hay que intentar hacer lo posible para compensarlo en la medida de tus posibilidades.
Comencemos por entender bien la situación, es decir, por el principio.
La factura de la electricidad indica el precio que debes pagar por el consumo eléctrico en un determinado período, generalmente 1 mes. La evolución en el mercado mayorista del precio de la energía repercute directamente en la tarifa PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor), la que antes conocíamos como Tarifa de Último Recurso, y sobre el resto de tarifas indexadas.
La tarifa PVPC es el precio máximo que las comercializadoras de referencia* podrán cobrar a los usuarios acogidos a la misma, cuya potencia contratada sea menor o igual a 15 kW. La potencia contratada más habitual para una vivienda es de 3,3 kW. Se puede cambiar la potencia contratada, pero tiene un coste y, generalmente, sólo se puede realizar una vez al año.
Para calcular el importe final de la factura, se deben sumar varios datos, que están regulados por decreto. Aquí hay una pequeña ayuda para entender la factura Saber descifrar con detalle y precisión la factura de la luz te permitirá comparar mejor con otras compañías en caso de que quieras cambiar de comercializadora de la luz.
** Listado disponible en la web de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia)
La factura de la electricidad es de por sí bastante compleja y desde que la nueva factura entró en vigor, aún más. Para calcular el importe final, se deben sumar varios datos, que están regulados por decreto. Saber descifrar con detalle y precisión cada uno de ellos, te permitirá comparar mejor con otras compañías en caso de que quieras cambiar de comercializadora de la luz.
Como puedes ver en esta explicación de la factura que se encuentra en la web del Ministerio para la Transición Ecológica, una gran parte del coste se debe a conceptos distintos al coste de la energía: impuestos, alquiler de equipos de medida, peajes y cargos.
Así pues, es complicado influir en el importe final de tu factura. El contrato elegido, -donde podrás optar por diferentes tarifas, según el operador eléctrico- y tus hábitos y patrones de consumo son los factores sobre los que podrás actuar para tratar de amortiguar el aumento de tu factura.
Como hemos visto, la tarifa determina el precio de la electricidad en función del precio horario de la energía en el mercado mayorista de electricidad. El kWh es más caro durante los períodos de alta demanda energética, normalmente por la tarde/noche.
Ahora existen 3 períodos horarios en los que los precios varían:
Algunos contratos ofrecen tarifas diferentes en función de la hora del día (discriminación horaria), o bien una tarifa plana, generalmente menos económica según el momento del año. La elección de una tarifa en función de la hora del día (horas punta/horas valle), de la estación del año o del uso de la electricidad que vayas a hacer en cada momento, permite beneficiarse de un descuento sobre el precio de la electricidad. En cambio, fuera de esos períodos las tarifas son más altas.
Si quieres conseguir la mejor tarifa, deberás jugar con el tipo de contrato, los horarios y la potencia contratada, en cada momento.
Este valor expresado en kWh será el que figura en el contador eléctrico. La lectura del contador suele tomarse automáticamente. En caso de que la lectura no se tomará de forma automática, y en ausencia de ésta, la suministradora podría aplicar un estimado.
El importe de multiplicar los kWh consumidos por la tarifa PVPC, o la elegida por el consumidor, según su contrato, más el correspondiente peaje (costes regulados por el sistema eléctrico).
El proveedor de electricidad repercute al consumidor estas variaciones al calcular el importe de la factura, además de costes de transporte y distribución.
Ten en cuenta que intervienen dos actores: la productora y la comercializadora de la energía.
El principal es el IVA (21%). Desde el 26 de junio de 2021 y hasta final de año, se aplicará una reducción al 10% para los contratos de energía eléctrica cuyo término fijo de potencia no supere los 10 kilovatios (kW).
Y eso, mientras el megavatio hora en el mercado mayorista supere los 45 euros de media, algo que desde hace meses se supera con creces.
También se aplica el impuesto sobre electricidad.
En 1997 se liberalizó el sector eléctrico y, desde entonces, existen diversos operadores de electricidad. Hay que distinguir entre distribuidora (la compañía que lleva la electricidad a los hogares) y comercializadora (la que vende la energía). Esta última se puede elegir, la primera, no.
Para ayudarte a elegir, existen comparadores online que te proporcionarán toda la información necesaria para tomar una decisión: el precio del kWh, la tarifa del paquete o las ventajas. Si no, tendrás que ir buscando empresa por empresa, para comparar. Ten en cuenta que, si bien el precio del kWh varía de una comercializadora a otra, el contador es propiedad de la distribuidora y ésta es la encargada del servicio técnico.
Si la calefacción y la producción de agua caliente sanitaria (ACS) de tu vivienda funcionan con electricidad, la mayor parte del consumo se irá en estos conceptos. Así, bajar la temperatura 1 °C permite reducir la factura un 7 %.
Antes de abalanzarte sobre el termostato o cortar el agua caliente, reduce los puentes térmicos, mejora el aislamiento de la vivienda y optimiza el funcionamiento del calentador de agua y los radiadores.
Una vez que hayas sentado estas bases de consumo eléctrico responsable, quedará controlar los aparatos y realizar sencillas acciones diarias.
Ducharse en vez de bañarse, tapar las cacerolas o utilizar olla a presión, secar la colada al aire libre, en lugar de en la secadora... algunos pequeños gestos pueden suponer un ahorro. Hacer un mejor uso de la electricidad también implica adoptar nuevos hábitos.
Baja el termostato del agua caliente a 60 °C (suficiente para mantener las bacterias alejadas y reducir la cal). Cuando sea posible, utiliza el agua fría.
En cuanto a la calefacción, se recomienda ponerla a 20 °C durante el día y a 18 °C por la noche. No pongas la calefacción en las estancias vacías y cierra las puertas para reducir la pérdida de calor.
Instala cortinas térmicas en las ventanas y baja las persianas por la noche.
Lavar la ropa a 30 °C gasta 3 veces menos de energía que lavarla a 90 °C. Da prioridad a los ciclos de baja temperatura o, mejor aún, al lavado en frío.
En cuanto salgas de una habitación, apaga la luz.
Puedes instalar temporizadores o detectores de movimiento.
El modo standby consume electricidad. Apaga de forma sistemática los pequeños electrodomésticos (robot de cocina, lector de DVD, altavoces, etc.).
Para facilitar este proceso, conecta los aparatos a una regleta con un solo interruptor.
Recuerda desconectar también los cargadores.
Hay indicadores de consumo eléctrico como el voltímetro que te permiten estar al tanto del consumo de electricidad, calefacción y agua caliente sanitaria de forma instantánea. Para controlarlo, un termómetro es un buen indicador.
Implementa un sistema antical en el suministro de agua dura. Si reduces los depósitos de cal de la resistencia del termo eléctrico , disminuirá el tiempo de funcionamiento. Se recomienda hacer un mantenimiento anual para mejorar la generación y la difusión de calor. Purga regularmente los circuitos de calefacción y los radiadores y mantenlos protegidos contra las heladas.
Asegúrate de que circule aire alrededor de la nevera y el congelador y colócalos lejos de fuentes de calor.
Controla la programación de los radiadores con sensores, ahorrarás y obtendrás un mayor confort térmico.
El termostato conectado permite una mejor gestión de los radiadores según las variaciones térmicas de la vivienda, así como el control remoto.
Aunque duran más tiempo, los programas «eco» consumen mucho menos que los programas tradicionales.
Cambiar los elementos que consumen mucha energía por aparatos de bajo consumo es una manera de reducir la factura de la electricidad.
Utiliza bombillas LED de bajo consumo, placas de cocina inteligentes o lavadoras de alta capacidad y programas adaptados. Todo puede optimizarse.
Las etiquetas energéticas clasifican los aparatos electrodomésticos en función de su eficiencia energética.
Desde marzo de 2021 las clasificaciones A+, A++ y A+++ han desaparecido, siendo sustituidas por la clase A (los más eficientes y de menor consumo) a la G (los menos eficientes y de mayor consumo).
Esta clasificación se establece a partir de:
Para darle un uso óptimo al frigorífico y al congelador, hay que elegir su capacidad en función del número de ocupantes de la vivienda (de 100 a 150 litros para una persona, 500 litros para un hogar de más de 4 personas).
El volumen del lavavajillas y la lavadora debe facilitar los ciclos completos.
Escoge bombillas LED, que son más económicas, y elige la potencia luminosa adecuada a la estancia que quieras iluminar (300 Lux en la cocina y el salón, 200 Lux en una habitación).
En la cocina, un horno compacto o un horno multifunción reduce hasta un 75 % el tiempo de cocción y otro tanto el consumo. Asimismo, las placas de inducción son más económicas que las placas vitrocerámicas (en torno a un -20 %) o clásicas (en torno a un -25 %), aunque necesitarás menaje adecuado para ellas.
Reducir la factura también supone reducir el consumo y, por tanto, el número de aparatos. Aprovecha para adquirir aparatos multifuncionales (impresoras, robots, etc.). Y hazte alguna vez esta pregunta: ¿Necesitas tres televisores en casa?
Ya tienes algunos tips para ahorrar energía en el hogar y reducir la factura eléctrica. Ahora es tu turno para aplicarlos.
Ficha escrita por:
Jenifer, Amante del bricolaje, 21 fichas consejo
La verdad es que nunca he estudiado nada relacionado con el bricolaje, todo lo que sé lo he ido aprendiendo en mi tiempo libre. Me encanta poder renovar mi casa con mis propias manos: poner un suelo nuevo, renovar el cuarto de baño, modernizar mi cocina...¡me estoy convirtiendo en toda una profesional!Todos mis amigos y familiares quieren contar conmigo si tienen que hacer alguna actividad de bricolaje en casa, así que también estoy dispuesta a ayudarte en lo que te haga falta. ¡Espero poder resolver tus dudas!