Ficha escrita por:
Diego, Resposable de mantenimiento
Para cambiar la cerradura sin dificultad alguna:
Desmonta el modelo que vas a cambiar (lo más fácil es llevarla contigo al ir a comprar la nueva);
coge un metro, una hoja, un lápiz y toma medidas y anota todo aquello que pueda ser medido;
toma nota del sistema de apertura de la puerta, y para acabar, compara qué ofrece el mercado al adquirir la cerradura nueva.
Si tu nivel de conocimientos no es demasiado alto, aplica en orden los siguientes criterios, y serás capaz de determinar con eficacia cuáles son las características de tu cerradura:
Para empotrar (también se le llama embutir) o de sobreponer;
vertical u horizontal, en función de las dimensiones de su caja. Así, cuando son más altas que profundas se califican de verticales; cuando son más profundas que altas, son horizontales;
sentido de apertura a derecha o a izquierda tirando/empujando a derecha o a izquierda;
con sistema de bloqueo, con cilindro o con mecanismo;
monopunto o multipunto;
dimensiones de la caja, el bombillo o cilindro, el frontal, los pestillos, el cuadrado y la distancia entre ejes.
El sistema de bloqueo puede ser:
Con cilindro, dentro de éste se encuentra una cavidad alargada que contiene una especie de leva que se activa al introducir la llave en el tambor. Cuando no está la llave, los pines internos caen evtiando que se pueda introducir otro tipo de llave y forzarla. Conviene determinar su forma, longitud, grado de seguridad y número de entradas. La llave suele ser plana, con uno o dos perfiles tallados, o con agujeros;
con mecanismo, es el sistema tradicional. Una llave acciona el sistema de apertura o cierre, en cuyo caso se integra en la cerradura. La llave suele ser pesada, denominada de gorja o de paletón, y este tipo de cerradura es de interior;
electrónico, cada vez más desarrollado por mejorar el nivel de seguridad. Pueden ser de tarjeta, de insignia/distintivo y de botón (en el lado interior). Algunas incluyen una función de apertura a distancia, controlado desde el móvil.
Un cilindro de bloqueo o bombín de la cerradura, generalmente se reduce en 30-30 mm (medición desde el centro del bombín, hasta cada uno de los dos extremos). Los cilindros clásicos de doble entrada pueden tener otros tamaños: 30-40; 30-50; 50-50 etc. En estos casos reciben distintos nombres como: centrados, asimétricos o de medio cilindro.
El nivel de seguridad es variable: anti-picking, anti-perforación con taladro, anti-copiado de llaves, anti-rotura; y se rige por el estándar A2P . Además de su grado de seguridad, se destacan algunas variantes:
cilindro desmontable o removible, permite abrir desde el exterior. Su principal ventaja es que en caso de pérdida, no hay que cambiar la cerradura completa, sino solo el bombín;
medio cilindro, se accede con una llave desde el exterior y se puede bloquear desde el interior, es muy utilizada por ejemplo para puertas de garaje;
cilindro de botón, se accede con una llave desde el exterior, y el interior se puede bloquear con botón. Es el más utilizado por ejemplo en los baños de sitios públicos.
Si este vocabulario te suena ligeramente a chino, no te dejes llevar por el pánico, te ofrecemos la traducción un poco más adelante.
Para comprender correctamente el funcionamiento de una cerradura, tratemos de asignar una definición a los términos más habituales y de explicar la función de los diferentes elementos que componen este dispositivo.
Cerradura: sistema de cierre que puede manejarse con una manilla, una llave o un botón. Lo más frecuente es que las cerraduras permitan cerrar y bloquear una puerta (manilla + llave);
cierre: una puerta se cierra gracias a una manilla o pomo que acciona una cerradura;
bloqueo: no hay que confundirlo con el cierre. Una puerta se bloquea por medio de una cerradura con llave;
cilindro: también llamado bombín, es la pieza clave. De forma tubular, compone un bloque de seguridad, la cerradura. En su interior están los pistones, que al entrar y girar la llave correcta, se alinean y permiten que el cilindro gire y se abra la puerta;
cerrojo: cerradura que se caracteriza por un sistema de bloqueo manual interior, habitualmente con botón, y con llave por el exterior;
frontal: es una pieza metálica o de otro material que cubre la cerradura de la puerta, es lo que vemos en el canto;
caja: en una cerradura, parte exterior que contiene el conjunto del mecanismo de bloqueo. Puede ser sobrepuesta o empotrable;
resbalón: pieza maciza móvil que termina en forma biselada y se retrae para permitir que se deslice la puerta. Hace posible el bloqueo cuando queda inmovilizada dentro del cerradero;
paletón o pestillo es el elemento que entra y sale de una cerradura al realizar movimientos de llave o de manilla. El pestillo, accionado por la manilla, a menudo es reversible para adaptarse a los dos sentidos de aperturas, empujando a derecha e izquierda. El más sencillo es el pestillo resbalón (se maneja desde el exterior con llave y desde el interior con pomo). Desde dentro un botón acciona el cierre o la apertura (un ejemplo de uso son los baños en los bares);
cuadrado: pieza metálica con forma de paralelepípedo rectangular que se inserta en cada manilla y que atraviesa la cerradura para accionar el pestillo de cierre. Se presenta en dos tamaños: 6 y 7 mm;
manilla: habitualmente adopta forma de muleta y sirve para abrir una puerta liberando el pestillo del cerradero;
cerradero: en la parte fija de la puerta, pieza metálica que forma un receptáculo en el que se encaja el pestillo para cerrar o bloquear;
tirador: sustituye a la manilla en el lado interior de una cerradura. Debes tirar de este elemento para liberar el pestillo del cerradero;
frontal: parte sobrepuesta de una cerradura para empotrar que permite la fijación de la caja de la cerradura o del cerradero. Sus extremos pueden ser redondos o cuadrados.
La cerradura está a la derecha cuando abres empujando tu puerta.
La cerradura está a la izquierda cuando abres empujando tu puerta.
La cerradura está a la derecha cuando abres tu puerta tirando de ella.
La cerradura está a la izquierda cuando abres tu puerta tirando de ella.
Para simplificar, dividimos las cerraduras en dos tipos:
Cerraduras de empotrar, también llamadas cerraduras de embutir;
cerraduras de sobreponer.
Una cerradura para empotrar se aloja en el alma o núcleo (el interior) de una puerta, lo que implícitamente significa que ésta debe ser suficientemente gruesa para alojar la caja de la cerradura.
Su pestillo o resbalón, el elemento que posibilita el cierre y el bloqueo de una puerta, suele ser reversible, lo que significa que no debes preocuparte por el sentido de apertura de la puerta.
Una cerradura sobrepuesta se coloca en el interior de la puerta y no en su exterior. Concebida para puertas delgadas, de metal o simplemente para aquellos casos en los que no se quiere insertar o ranurar la puerta de madera, la cerradura sobrepuesta permite el cierre y el bloqueo. Su pestillo también puede ser reversible.
Como está empotrada, esta cerradura es más complicada de elegir ya que depende de unas dimensiones que hay que respetar.
En el caso de una sustitución, es necesario verificar:
La profundidad y la altura de la caja;
la distancia entre el cuadrado y la cerradura, que puede ser una guía o un mecanismo con llave de gorja (medida del eje);
las dimensiones de los pestillos, para que puedan alojarse en el cerradero;
la distancia entre los dos pestillos (de cierre y de bloqueo);
la distancia entre el frontal y el cuadrado/cañón;
las dimensiones y la forma de los extremos del frontal (anchura y altura, cuadrados o redondos).
Básicamente, si no quieres verte obligado a utilizar el cincel para madera, sino solamente efectuar una sustitución estándar, tu cerradura para empotrar debe ser idéntica a la anterior en todos sus aspectos. No obstante, si el cuadrado es más pequeño, puedes usar un reductor, elemento que permite emplear un cuadrado de 6 mm. para accionar un mecanismo de 7 mm.
Debido a su diseño, la cerradura superpuesta o de superficie supone una elección más sencilla. Para sustituir una cerradura antigua sin dificultades. Sólo necesitas hacer una perforación para instalar el bombín en la parte externa.
Hay distintos tipos, desde los pestillos manejados por pomos, hasta cerraduras más complejas.
Concéntrate en:
El diámetro del cilindro o barril, si se trata de una cerradura con cilindro;
el tamaño de la caja, si tu puerta está pintada, mejor cuanto más grande sea;
la distancia entre el cuadrado y la cerradura, que puede ser un cilindro o un mecanismo con llave de gorja o de doble paletón (medida del eje);
las dimensiones y la forma de los extremos del frontal (anchura y altura; redondos o cuadrados);
la distancia entre el frontal y el cuadrado/cañón;
la profundidad y la altura de la caja.
El tamaño de los pestillos no influye, ya que el cerradero se coloca sobrepuesto (se entrega con la cerradura).
El criterio para diferenciarlas es sencillo y se basa en los puntos de cierre (número de pestillos o de bulones que propician el bloqueo).
Una cerradura monopunto, para empotrar o sobrepuesta, cuenta con un solo punto de cierre (un pestillo bloquea el mecanismo de la cerradura).
Por su parte, una cerradura multipunto, de embutir o sobrepuesta, presenta varios puntos de cierre (varios bulones que bloquean el mecanismo). Con frecuencia son 3 o 4, y su acción está complementada por una guía de seguridad instalada en la zona superior de la puerta. Son las cerraduras de seguridad de puertas blindadas, que pueden incorporar además barras de seguridad.
Accionada por la cerradura o por la manilla, esta guía o barra asegura o completa un sistema de cierre/bloqueo.
La guía de seguridad, al igual que un pestillo, se inserta en un cerradero.
Un último giro de llave sobre la cerradura: la normativa. El marcado de las cerraduras de seguridad para puertas debe cumplir con la normas UNE-EN 1627:2011 y UNE 8516:2013, lo que acredita su buena calidad.
Esta norma define la resistencia a los ataques, con fuerza física o con herramientas, de los elementos de cierre de las viviendas.
Así, la norma define hasta 6 niveles de resistencia según la capacidad que presenta el producto para resistir los robos o intrusiones de distinto grado. Según el tiempo que la cerradura resista el ataque, y la naturaleza de éste, nos encontraremos:
Grado 1: sin resistencia frente a un ataque de fuerza;
grado 2: la puerta resiste durante 3 minutos a ataques con instrumentos (destornilladores, mordazas, alicates...);
grado 3: resiste durante 5 minutos, se añade a las anteriores herramientas la pata de cabra, el martillo de cerrajero;
grado 4: resiste 10 minutos, resiste todas las herramientas de los grados anteriores, y además, cortafríos, hachas, formones, y taladros;
grado 5: resiste hasta 15 minutos, a todas las herramientas de los anteriores, y además amoladoras de 1.100W, discos de 125, taladro de 650W con broca de punta de carburo;
grado 6: el máximo de resistencia, 20 minutos.
Debes tener en cuenta esta garantía de calidad a la hora de elegir tu cerradura exterior. Para las demás, la calidad de la cerradura radica en su mecanismo, en el buen acoplamiento de la llave y en la tecnología de su cilindro de seguridad si la cerradura lo incluye.
En cuanto a la instalación y la elección, los aspectos claves son la toma de medidas y los sistemas de apertura y de bloqueo.
Ficha escrita por:
Diego, Resposable de mantenimiento
Aunque llevo muchos años en la profesión, estos últimos años me he dedicado a perfeccionar algunos métodos a la hora de hacer el mantenimiento de edificios. Además, en mi tiempo libre me encanta hacer bricolaje. Tengo una gran colección de buenas herramientas. Me gusta mucho trabajar con materiales como el metal; la madera... y crear cosas con éstos. Un ejemplo es la habitación de mi hija, los muebles los he hecho yo mismo. Todos mis amigos y conocidos saben que soy un manitas, y siempre acuden a mi para prefuntarme cualquier cosa de bricolaje. Es por eso que me encanta poder compartir todo lo que he aprendido a través de mi experiencia en la profesión y de forma personal para ayudar y aconsejar a todo aquel que lo necesite.