Ficha escrita por:
Julia, Decoradora de interior
Las puertas y mamparas de ducha están pensadas para proteger el exterior de la ducha de las salpicaduras de agua. Gracias a que son más estéticas que la cortina de ducha, que tienen muy poca opacidad y que son muy higiénicas cuando están limpias, se convierten en un elemento fundamental para completar o cerrar una ducha.
Si no quieres que tu cuarto de baño parezca una piscina infantil, ¡no dudes en instalarlas! Además, cerrar el espacio de ducha aporta calor y comodidad al usuario, ya que el vapor no se libera, y así aumenta la temperatura de la ducha.
Para elegir la puerta o mampara de ducha, lo primero es medir y elaborar un plano con las medidas reales de tu cuarto de baño.
Las medidas que hay que tener en cuenta para la puerta o mampara de ducha suelen ser las del plato de ducha o las de la superficie ocupada en el caso de la ducha de obra o italiana. Ejemplo para la instalación de una cabina: tomar la medida de pared a pared de arriba a abajo, prestando atención a la cota más pequeña. Evidentemente, si las paredes no son paralelas, habrá que ajustar el defecto a la hora de instalar la mampara. Para las alturas de techos de los lados, verifica bien las medidas cuando vayas a hacer el pedido. La clave para que tu proyecto salga bien es la precisión de las medidas y la instalación.
Para determinar el tipo de puerta, hay que tener en cuenta el espacio disponible, la configuración del rincón de la ducha y tus preferencias (puertas abatibles, correderas, plegables o basculantes). Los principales criterios para las mamparas, ya sean fijas o móviles, son la calidad del cristal, los perfiles y las medidas.
El acabado del cuadro, formado por perfiles de plástico, de aluminio o de acero cromado, y el tipo de mampara (de cristal o acrílica), dependen del gusto, de tus exigencias y de tu presupuesto.
La forma de el espacio que se va a cubrir y el acceso a la ducha determinará el tipo de mampara de ducha que se elija.
Cuando la ducha es larga, la opción más común es elegir una única mampara que se fija a lo largo. Completar con la hoja de una mampara abatible, cierra su acceso y reduce aún más las salpicaduras de agua.
En este caso, se recomienda instalar una mampara con puerta abatible, ya que las duchas suelen tener poca superficie y las salpicaduras de agua son inevitables.
Se puede dejar abierta para optimizar el espacio, poner una cortina de ducha o instalar una puerta abatible, basculante o plegable. Para elegir correctamente la mampara, hay que tener en cuenta el lado de apertura de la puerta y la facilidad de paso del cuerpo.
En los cuartos de baño grandes, tu ducha puede instalarse contra la pared y beneficiarse de un acceso por dos lados.
En este caso, se da prioridad a una mampara fija sin puerta abatible por un acceso donde el sentido de entrada y de salida está predeterminado por la equipación del baño (toallero o percha para el albornoz, alfombra de ducha, etc).
La mampara se escoge en función de su tamaño, de tus preferencias y de la configuración del espacio de la ducha.
La puerta abatible es la que permite mejor el paso. Se abre hacia fuera de la ducha, así que hay que tener en cuenta la accesibilidad y el espacio necesarios para la apertura.
Para instalarla se necesita un cuarto de baño amplio o, al menos, de un tamaño suficiente para que no estorbe.
La puerta corredera es la mejor opción para duchas rectangulares de grandes dimensiones y para duchas cuadradas. Su acceso es sencillo y se optimiza el espacio al máximo.
Es mejor elegir un paso amplio para mayor comodidad.
La puerta plegable tiene forma de acordeón. Se utilizaba mucho hace unos años, sobre todo en los platos de ducha pequeños o en duchas encastradas en el muro.
Para no caer en un aspecto demasiado retro, es mejor decantarse por una mampara con acabados modernos.
La mampara basculante está a medio camino de la mampara abatible, puesto que una parte se abre hacia el exterior y otra hacia el interior de la ducha, aunque no es un tipo muy habitual. Práctica para los cuartos de baño estrechos.
La mampara fija solo se utiliza en las duchas con forma rectangular. Proporciona un acceso óptimo. Aporta un aspecto moderno y elegante al cuarto de baño. Cuidado con las medidas, ya que debe proteger de las salpicaduras sin bloquear el acceso.
Ten en cuenta que hay medidas estándar para las mamparas de ducha que suelen ir desde los 60 hasta los 140 cm de largo. Aparte de eso, es posible disponer de mamparas a medida (formas o altura específicas para una ducha instalada en un hueco, por ejemplo).
La altura de los paneles de la mampara debe también ajustarse, teniendo en cuenta de que no llegan hasta la altura del techo. Las puertas de ducha tienen la misma altura y su largo varía en función del tipo. No obstante, hay que tener en cuenta que no se recomienda superar los 210 cm de altura, ya que el agua no llega tan alto.
El cristal es el clásico por excelencia y, como tiene una altura considerable, debe ser vidrio templado. Esto significa que su grosor y su tratamiento están adaptados para uso doméstico (mínimo 3 mm, máximo 8 mm. En caso de rotura, se quiebra en pequeños trozos cuadrados). También hay que tener cuidado con el peso, ya que el cristal es proporcionalmente más pesado según su grosor, así que es importante elegir bien los tacos de fijación a la pared. La mampara de cristal está disponible en varios acabados:
Transparente, para proporcionar una auténtica sensación de espacio;
serigrafiada, para tener más intimidad y jugar con la decoración;
esmerilada o grabada opaca para los más tímidos.
El acristalado acrílico es más económico, pero menos resistente al paso del tiempo. Suele ser más delicado frente a la cal del agua, pero puede ser una buena solución y, además, es más ligera.
Para una calidad superior, partimos de un acabado en aluminio con unos laterales elegantes y modernos. Hay varios tipos de acabados. Acabado cromado
Para una versión intermedia, disponemos de un acabado cromado, aunque el mantenimiento depende de lo maniático que seas.
El perfil de PVC es más barato y puede ser una elección interesante, ya que dispone de varios tonos parecidos al metal. También está disponible con acabados blancos y negros por si queremos una estructura más depurada.
Los cristales acrílicos o templados requieren un mantenimiento mínimo. Es importante no dejar que la cal o la suciedad se acumule y, para ello, hay que limpiar la puerta o la mampara de manera regular.
Se recomienda pasar una espátula de goma después de cada ducha con el objetivo de reducir las marcas de cal.
Truco de abuela: para eliminar las manchas, aplicar vinagre blanco y pasar la espátula viene de maravilla.
Otra alternativa son los productos de limpieza exclusivos para el mantenimiento del baño o específicos para la cal.
También hay cristales con tratamiento anti-manchas y antical para evitar que el cuarto de baño se afee por culpa de las manchas de agua.
La puerta o mampara de ducha se escoge dependiendo de la configuración de tu ducha, del espacio disponible y de tus gustos.
Los materiales son garantía de calidad y durabilidad. Tienen que adaptarse a tus exigencias, y a tu presupuesto. Considera también el coste de la instalación.
Medir bien es la condición principal para que la instalación no falle. Las medidas pueden variar y se deben escoger según la ducha.
Seguir al pie de la letra las indicaciones del fabricante es imprescindible para una correcta instalación.
¿Cómo elegir las fijaciones para puertas y mamparas de ducha?
5 factores a tener en cuenta para instalar una ducha de obra
Ficha escrita por:
Julia, Decoradora de interior
Después de muchos años dedicando mi tiempo libre al bricolaje transformando, diseñando, creando...decidí hacer de mi pasión mi profesión. Desde 2006 me dedico a realizar proyectos de renovación y construcción para aquellas personas que lo solicitan. Por eso, me encanta compartir todo lo que he aprendido desde mi experiencia profesional, que es a la vez, una de mis grandes pasiones.