Ficha escrita por:
Jerónimo, Electricista
Los principales criterios de elección se resumen en:
La temperatura del agua: agua fría o agua fría y caliente;
la presión, cuanto más alta sea, más fácil será la limpieza. Suele estar comprendida entre unos 140 y 280 bar (bares);
el caudal, cuanto mayor sea, mejor será el rendimiento. Está comprendido entre los 400 y los 1000 l/h;
la potencia, se trata de una característica que no es la más importante, pero está relacionada con los 2 puntos anteriores. Hay que tener en cuenta que, con la misma presión y el mismo caudal, cuanto más altas sean la potencia (ch) y a cilindrada (cv), menos será el desgaste del motor;
el tipo de motorización, tampoco es fundamental, pero está relacionado con los puntos previos y el consumo (para un uso intensivo, es preferible un motor diésel).
Antes de elegir, hay que definir bien cuáles son tus necesidades y la frecuencia de uso.
Para usos intensos, limpieza de grandes superficies y suciedad intensa, se recomienda utilizar una hidrolimpiadora térmica de 220 bares con agua caliente, motor diésel y caudal de 600 l/h como mínimo;
los profesionales que utilizan las hidrolimpiadoras térmica todos los días eligen un motor diésel de gran caudal (600 l/h) y presión potente (200 bar).;
para un uso regular que no sea habitual, se puede utilizar un motor de gasolina, con 150 bar de presión y 500 l/h.
Importante: la oferta de accesorios de la hidrolimpiadora (boquilla, mango telescópico, cepillo para suelo, etc.) se define a la hora de comprarla, aunque se puede completar más adelante.
El uso de una hidrolimpiadora térmica se recomienda para limpiar de forma intensa equipos y material profesional, agrícola, industrial, fachadas, paredes o suelos. Excepto los de la gama profesional (Kranzle, Nilfisk, Honda, etc.), las hidrolimpiadoras eléctricas son más frágiles, tienden a sobrecalentarse y ofrecen un rendimiento inferior al de las hidrolimpiadoras térmicas. Si buscas una hidrolimpiadora resistente para una obra, una granja o para una industria, lo mejor es decantarse por la motorización térmica.
La hidrolimpiadora térmica, que es más potente que la hidrolimpiadora eléctrica, ofrece:
Un caudal de hasta 1000 l/h (litros por hora) frente a los 600 l/h como máximo de una hidrolimpiadora eléctrica;
una presión de hasta 280 bares, mientras que una hidrolimpiadora eléctrica alcanza un máximo de 160 bares;
agua caliente o fría, al contrario que las hidrolimpiadoras eléctricas, que solo disponen de agua fría.
Sin embargo, el motor, ya sea gasolina o diésel, de una hidrolimpiadora térmica requiere mantenimiento (aceite, bujía, vaciado, filtro de aire). Además, esta herramienta es más pesada, más ruidosa y emite más gases de escape.
A menudo, no se puede tener todo. La regla básica de la hidráulica dice que cuanto más alta sea la presión de agua en un diámetro concreto, menor será el caudal (y viceversa). La bomba de la hidrolimpiadora es la que genera el movimiento del agua; de esta manera, condiciona su cantidad (el caudal) y la potencia a la que saldrá expulsada (la presión).
Estos dos parámetros se pueden modificar mediante el diámetro y la longitud de la manguera y el tamaño y el tipo de boquilla que se utilicen.
La presión se expresa en bares (bar). El bar traduce la fuerza (en decanewton, daN) que se ejerce sobre una superficie (en cm2), según esta fórmula: 1 bar = 1 daN/cm2.
Cuanto más alta sea esta presión, mayor será la facilidad con la que la hidrolimpiadora levante y desincruste las manchas o la suciedad (barro, moho, etc.). Tu elección debe estar relacionada con el grado de suciedad que tenga o quieras limpiar y con qué frecuencia lo vas a hacer.
Las hidrolimpiadoras de gasolina ofrecen una presión que va desde los 120 bar hasta más de 270 bar. Como referencia, ten en cuenta que:
Entre 120 y 150 bares son suficientes para limpiar vehículos y terrazas;
entre 150 y 190 bares se recomiendan para limpieza de fachadas o terrazas cuya superficie supere los 50 m², etc. ;
entre 190 y 230 bares son suficientes para limpiar equipos agrícolas, industriales o de construcción; por encima de los 230 bares se facilita la limpieza de terrazas, fachadas, equipos agrícolas e industriales.
Como ya se ha mencionado previamente, el caudal es la cantidad de agua que se expulsa cada hora, y se expresa en l/h (litros por hora). Junto con la presión, el caudal se traduce en tiempo de trabajo: cuanto mayor sea, más rápida y fácil será la limpieza (menos pasadas en el mismo espacio).
Las hidrolimpiadoras térmicas suelen producir un caudal que varía entre los 400 y los 600 l/h, aunque los modelos más potentes ofrecen un caudal de más de 1000 l/h.
Tecnología reservada para las cilindradas medias (que van desde los 130 a los 250 cm3).
Funciona con gasolina y dispone de un cárter de aceite y de un filtro. Está refrigerada por aire. El mantenimiento debe ser regular.
Teniendo en cuenta su bajo nivel de compresión, el arranque puede ser manual (con cuerda o lanzador).
Es menos ruidoso y menos complejo que un motor diésel y suele encontrarse en las hidrolimpiadoras de potencia media.
Algunos modelos incluyen una función de agua caliente.
Se trata de la motorización que llevan las grandes hidrolimpiadoras.
El motor diésel, que mecánicamente es más complejo, requiere un mantenimiento especial y regular (niveles, batería, bujías, filtros, etc.).
El arranque suele ser eléctrico. Es relativamente ruidoso y pesado y se suele utilizar en exterior, a menos que se elija un modelo que incluya una carcasa de insonorización.
La hidrolimpiadora diésel suele ofrecer la posibilidad de calentar el agua que utiliza y de incluir un mezclador de detergente. Teniendo en cuenta su costo (tanto de compra como de mantenimiento), el espacio que ocupa y su peso, suele estar destinado para los profesionales, industrias, agricultores, etc.
La potencia se expresa en caballos de fuerza (Hp) o en vatios (W).
La equivalencia es: 1 hp = 746 W. Cuando se habla de la potencia de un motor térmico, lo más habitual es que se exprese el valor en hp, aunque algunos fabricantes lo indican en vatios (W), pero basta con hacer la conversión. En el caso de motor eléctrico, puede venir expresado en CV (caballos de vapor) o kW, 1 kW son 1000 vatios, que se refiere al ritmo de consumo de energía. 1CV = 736 W.
La potencia no está directamente relacionada con la presión o el caudal, pero influye. Todo depende del tipo de mecánica, la transmisión, la tecnología que se use, la calidad de fabricación, etc.
Así pues, no se trata de un criterio de elección fundamental.
Sin embargo, con la misma presión y el mismo caudal, es conveniente elegir la hidrolimpiadora de alta presión más potente, ya que si la motorización es más potente, a la hora de alcanzar los mismos valores, el motor trabaja menos y por lo tanto, su vida se alarga.
Quien haya lavado los platos con agua fría y, después, con agua caliente, habrá notado que la temperatura del agua influye en la calidad y la rapidez del lavado.
El agua caliente despega y disuelve la grasas y la suciedad con más facilidad que el agua fría. En concreto, esto se traduce en una limpieza óptima, más rápida, con menos consumo de agua y con mayor ahorro de tiempo. Sin embargo, el agua caliente puede dañar algunas superficies, por lo que se recomienda informarse antes de limpiar una superficie o hacer una prueba previa (las terrazas con azulejos, por ejemplo, se tienen que limpiar con agua fría o tibia).
Antes de comprar, hay que tener en cuenta:
La temperatura del agua que admite;
la temperatura máxima del agua que sale.
Aunque la potencia, la presión y el caudal son criterios fundamentales para una buena limpieza a alta presión, también hay otras características, complementos y accesorios para mejorar la calidad y la seguridad de uso.
Emisión sonora reducida (dB);
arranque eléctrico en lugar de una cuerda o un lanzador;
válvula de protección térmica para proteger el generador mientras está funcionando sin que se utilice;
cuando la temperatura es muy alta, se evacúa el agua;
dispositivo de seguridad para la falta de aceite;
bomba de latón más resistente;
capacidad del depósito;
chasis robusto y reforzado con manillar plegable;
ruedas de transporte hinchables, más manejables en terrenos accidentados;
sistema de inyección directa de detergente con regulador;
posibilidad de aspirar agua (por ejemplo, la de los estanques) y usarla para limpiar;
estructura cerrada con ojales para poder cargarla con grúa (opcional);
aspiración de detergente;
carrete para enrollar la manguera y enganches para los accesorios.
Tienes a tu disposición una gran variedad de accesorios compatibles, adaptados a todo tipo de tareas.
Accesorios | Uso | Agua que se usa |
Boquilla recta | Limpiezas varias Desengrases Desincrustaciones | Agua fría Agua caliente |
Boquilla rotativa | Desincrustaciones de suelos o paredes Decapados ligeros Limpieza de hormigón | Agua fría Agua caliente |
Pulverizador | Limpieza ligera Pulverización de productos varios (desengrasante, herbicida, etc.) | Agua fría Mezclador de detergente |
Cepillo para el vehículo | Limpiezas de carrocería Limpieza de ruedas/llantas | Agua fría Agua caliente Mezclador de detergente |
Cepillo para paredes y suelos | Limpieza de paredes y suelos (enlucidos, terraza, azulejos, hormigón, encerado, etc.) | Agua fría |
Alargador para la manguera | Trabajos de altura (techos, canaletas, andamios, etc.) | Agua fría Agua caliente |
La hidrolimpiadora térmica requiere un mantenimiento regular para poder asegurar su buen funcionamiento.
Limpiar el filtro de aire, cantidad de suciedad según el medio de utilización;
limpieza de la bujía. Hay que cambiarla cuando sea necesario;
controlar y llenar el aceite según el marcador de nivel;
cambiar el aceite del motor según el número de horas de uso (vea los datos del fabricante de cada unidad);
mantener y limpiar el chasis y las ruedas;
descalcificar la hidrolimpiadora (la frecuencia se debe definir según la dureza del agua) y los filtros;
comprobar que los tornillos estén bien apretados (algunos pueden aflojarse por culpa de las vibraciones).
Hacer pausas mientras se use para evitar sobrecalentamientos;
utilizar protectores auditivos;
no dejar que se acumule la suciedad en el depósito de combustible (acumulación de sedimentos en el fondo del depósito, por apurarlo demasiado, puede filtrar mal y obstruir parte de la carburación);
guardarlo en un lugar alejado de la humedad;
vaciar y desconectar la manguera y el bastón si el aparato se expone (mientras está guardado) a temperaturas negativas.
Ficha escrita por:
Jerónimo, Electricista
Me formé como electricista y trabajé en este sector muchos años. Después me dediqué al mundo de la construcción, en elque tuve la oportunidad de coordinar, controlar y organizar varios proyectos de obra. Actualmente llevo 4 años restaurando una casa de campo con mi mujer y mi hija. Llevamos muchas horas invertidas en esa casa, y gracias a mi experiencia profesional y ahora también personal, me encantaría dar una mano a todo aquel que tenga dudas sobre el bricolaje y aconsejarle en algunos asuntos.