Ficha escrita por:
Joana, Estudiante de Bellas Artes
6 fichas consejo
En primer lugar, hay que tener claro la clase de material que queremos grapar y también el del soporte donde vamos a clavarlo: su dureza, su espesor o su resistencia nos puede hacer decantarnos por una máquina u otra. Además, conviene que te hagas algunas preguntas para determinar tus necesidades y elegir la máquina más adecuada: ¿Qué longitud de grapas o clavos será necesaria? ¿Con qué frecuencia vas a utilizar la grapadora? ¿La tarea requiere un grapado continuo, en ráfaga? ¿Grapado o, mejor, clavado?... Podemos distinguir cuatro grandes grupos de grapadoras:
Las grapadoras manuales, o de resorte, son ideales para trabajos de decoración, tapicería, colgar carteles, etc. Estas grapadoras son de plástico o metal. Como habrás adivinado, las de metal son más resistentes que las de plástico. ¡Tan solo hay que sujetarlas, apretar y grapar! Perfectas para trabajos puntuales de pequeña envergadura. Para trabajos de repetición, las murales son más potentes ¡aunque acaban por fatigar la mano!
Los martillos grapadores son también manuales, pero te ayudan a acelerar el ritmo porque el proceso de grapado se realiza golpeando la herramienta sobre la superficie a grapar. El martillo se sujeta de la forma habitual y ¡pum! golpear y grapar. Perfecto para la colocación de paneles o mallas aislantes, revestimientos, o cualquier otro tipo de trabajo en los que sea más práctico golpear con el brazo extendido.
Podemos encontrar grapadoras eléctricas con cable o con batería. Son más potentes que las manuales, por tanto pueden atravesar materiales más duros sin cansar la mano. Muy prácticas para trabajos repetitivos, como por ejemplo el ensamblado de cajas, montaje de muebles etc. ¡Aconsejables para las personas que tienen la muñeca frágil!
Como en cualquier otra herramienta electroportátil, las de cable te proporcionan mayor potencia y las de batería independencia, además de poder utilizarlas en lugares sin electricidad y menos accesibles.
Las grapadoras y clavadoras neumáticas se utilizan, entre otros, para trabajos de carpintería en interiores (colocación de tarima, parquet etc.), en el exterior (instalación de vallas, empalizadas, estructuras etc.) u otros trabajos de envergadura.Por supuesto, las grapadoras y clavadoras neumáticas funcionan con un compresor, cuyo mayor inconveniente es la limitación del tubo. Las grapadoras neumáticas requieren una presión de 5 a 7 bares, que se puede conseguir con un compresor de 50l. Estas máquinas suelen incorporar selector de velocidades, varios modos de disparo, como secuencial o continuo (en forma de ráfaga), u otros que veremos a continuación.No olvides que hay máquinas que realizan ambas funciones: grapar y clavar, por lo que puede resultarte más interesante comprar una de éstas si vas a realizar trabajos múltiples.
Al comparar las grapadoras, hay que fijarse en los materiales y tamaño de grapas que aceptan. Pero, lógicamente, hay que fijarse en las prestaciones que cada máquina ofrece:
Las medidas de las grapas y clavos varían según el modelo de grapadora. Por tanto, es importante considerar lo que hay que grapar hoy, ¡pero también en el futuro! También hay que tener en cuenta su material: el acero inoxidable es resistente a la humedad, no así, el acero galvanizado. Muy importante si vas a utilizarlas en el exterior. ¡Comparemos los tipos de grapas!
Las grapas finas son muy discretas. Por eso se utilizan mucho para grapar tejidos, carteles, etiquetas o pequeños trabajos de bricolaje. Oscilan entre 4 y 12 mm.
Las grapas planas tienen la ventaja de que no se deforman al impacto porque son más resistentes. Al ser un poco más anchas son más sólidas y capaces de traspasar materiales como la lona, sin desgarrarlos. Ideales para grapar films plásticos, materiales aislantes, lonas, etc.
Las grapas de cable tienen forma curvada para fijar bien los cables eléctricos sin romperlos. Perfectas para clavar en placas de yeso, madera y otros materiales blandos, los habituales en las paredes. Pero ¡ojo! sirven para lo que sirven. Si las utilizas para otro fin tendrás un mal resultado porque no sujetarán bien lo que claves.
Al igual que las grapas especiales para el cable, estas grapas solo sirven para sujetar mallas y lonas de ocultación ya que son curvadas con dos arcos en forma de 3. Suelen ser galvanizadas o acabadas (plastificado) en el color de la malla y, por tanto, tratadas para resistir la intemperie. Ten en cuenta que debes utilizar una grapadora especial para mallas y cercados para colocarlas.
También llamadas de "doble punta" Son especiales para grapadoras neumáticas o eléctricas ya que precisan una fuerza considerable. Las grapas estrechas tienen las puntas más largas (pueden llegar hasta los 35 o 40mm.), por lo que penetran en profundidad en las piezas y son muy resistentes. Ideales para la colocación de paneles de madera, tabiques y otros trabajos de carpintería.
El tamaño de las puntas y clavos varía de 15 a 50 mm. de altura. Para elegir el tamaño correcto solo hay que verificar las medidas que admite el contenedor de la grapadora, (el lugar en el que se recarga). ¡Con esta herramienta clavar molduras y tableros de madera será un juego de niños! Los hay con cabeza vista u oculta, para trabajos en madera mejor acabados.
No se deben comprar las grapas sin consultar las indicaciones recomendadas por el fabricante de la grapadora, ya que podrían no ser las adecuadas para ese modelo. Como en cualquier pequeña grapadora doméstica, las grapas no son universales.Para fijar clavos de más de 50 mm de profundidad, ¡elige una clavadora!Medidas de seguridad para utilizar tu grapadora: utiliza siempre gafas de protección y ten la precaución de alejar la cara, si no quieres terminar con un piercing involuntario.
Ficha escrita por:
Joana, Estudiante de Bellas Artes, 6 fichas consejo
Siempre me ha encantado hacer todo tipo de cosas que implicaran usar las manos: la pintura, las manualidades, el bricolaje... crear, renovar, lo más importante es tener ganas y echarle tiempo. Hacer bricolaje me relaja, me hace desconectar de mis problemas y me hace sentir bien cuando acabo alguno de mis proyectos. A pesar de mi juventud, creo que tengo bastante experiencia haciendo bricolaje, así que me encanta poder compartir todo lo que he aprendido hasta ahora para ayudar a los demás.