Ficha escrita por:
Alicia, marquetera, León
8 fichas consejo
Tanto en el sector agrícola, como en la construcción y las obras públicas, es imposible transportar cargas pesadas, especialmente por terrenos con pendiente, utilizando una carretilla sin motor. El motor eléctrico o térmico asegura el transporte sin esfuerzo de cualquier carga de 100 a 500 kg en pendientes de hasta un 45 %.
Como ya hemos dicho, la carretilla puede ser de ruedas o de oruga, y cuenta con diferentes accesorios en función del trabajo que se vaya a realizar. Su peso en vacío varía en función del modelo, a partir de un mínimo de 50 kg.
La caja tiene un tamaño variable y, en casi todos los casos, se puede inclinar. Las carretillas motorizadas tienen diferentes velocidades y algunas pueden arrastrar remolques o llevar una bandeja.
La carretilla de ruedas es muy práctica y permite transportar cargas de hasta 100 kg por terrenos planos o en pendiente sin realizar ningún esfuerzo. El motor puede ser eléctrico o térmico: el eléctrico incluye una batería que se recarga con un cargador, y el motor térmico de cuatro tiempos precisa de cierto mantenimiento (drenaje, bujía, filtro, aceite, etc.).
Hay varios tipos de carretillas:
Los modelos más grandes tienen tres o cuatro ruedas y funcionan a 24V.
Los modelos térmicos tienen cuatro ruedas y ofrecen la misma capacidad de carga, como mínimo, en cuanto a peso y volumen. Disponen de varias velocidades (mínimo dos: una delantera y otra trasera) y el sistema de la caja suele ser manual, aunque también puede ser asistido. Su principal atractivo reside en su autonomía y su potencia. Algunos modelos tienen cuatro ruedas motrices. También sirven para terrenos con pendientes muy pronunciadas y pueden llevar un remolque (bola de remolque). Su motor de cuatro tiempos requiere mantenimiento (aceite, bujía, filtro, etc.) y, cuanto mayor sea la cilindrada, más resistente será la máquina a cargas y pendientes.
Estos modelos están especialmente diseñados para terrenos inclinados (pendientes de hasta 45 °) y el transporte frecuente de cargas pesadas (500 kg). Los modelos de oruga son proporcionalmente más potentes que los de ruedas (eléctricos, como hemos visto anteriormente), pero también hacen más ruido. Están equipados con un motor de cuatro tiempos (de 6,5 a 9 caballos de fuerza) y sus motores son auténticos mini dumpers (caja sobre chasis). El arranque es manual (por tirón) o eléctrico (presionando un botón), mientras que de la dirección y la basculación se encarga un sistema hidráulico. Para un motor medio, cuenta con un peso de 250 kg en vacío y una capacidad de caja de alrededor de 200 l. Al igual que los modelos descritos anteriormente, incluyen varios accesorios desmontables: depósitos, bandejas, paneles laterales, quitanieves, caja para autocargador, elevador, etc. Se pueden usar para muchas cosas y de diversas formas. La conducción se facilita gracias a la palanca de cambios, que permite contar con un buen control durante el ascenso. Para que te hagas una idea, las dimensiones de la caja suelen ser, aproximadamente, 1 m de largo, 60 cm de ancho y 50 cm de alto.
A groso modo, tu elección estará determinada por el tipo de trabajo que tengas que hacer.
Si vas a transportar madera en un terreno relativamente plano, elige una carretilla eléctrica con tres ruedas. Para hacer el mismo trabajo, pero en un terreno ligeramente más inclinado, opta mejor por el modelo de cuatro ruedas, que te garantizará más estabilidad.
Para obras públicas o construcciones en montaña, elige directamente un modelo de oruga; es más robusto y, sobre todo, más adecuado para terrenos inclinados, ya que la carretilla es capaz de avanzar por terrenos muy abruptos. En resumen, fíjate en:
¡Y no te olvides del mantenimiento adecuado de tus carretillas!
Ficha escrita por:
Alicia, marquetera, León, 8 fichas consejo
Aficionada al bricolaje desde la infancia, siempre me han gustado las herramientas nuevas y los pequeños aparatos. Además de eso, tengo un gran interés por todas las novedades relativas a herramientas y materiales, y me interesan mucho las construcciones de todo tipo. Mi experiencia profesional como artesana marquetera (la palabra solo existe en masculino, pero permitidme utilizarla) me permite ejercitarme con un material corriente pero noble a la vez: me estoy refiriendo a la madera. Rodeada de carpinteros y de otros gremios, estoy continuamente en contacto con profesionales y aficionados a la construcción con madera, así como con fabricantes de diversa índole. Además de eso, soy una amante de la jardinería, y por eso me encanta cultivar mi huerto. ¡Basta decir que en verano suelo disfrutar de deliciosos platos de ratatouille! Así que, ya veis, estás son mis dos pasiones. ¡Espero poder responder a todas vuestras preguntas!