Ficha escrita por:
Francisco, Manitas
Las puertas abatibles son fáciles de instalar, pero requieren un espacio libre igual o mayor a su anchura para que puedas acceder al interior del armario. También requieren un bastidor lo suficientemente sólido como para sostener bisagras o pernios.
La apertura de las puertas correderas puede ser empotrada o vista. Es la opción más habitual, ya que no requiere espacio libre. Las puertas se deslizan una tras otra y el riel debe estar nivelado para que puedan moverse sin dificultad. El montaje tradicional de las puertas correderas de armario se efectúa entre dos paredes. Al abrir un armario de dos hojas, siempre queda un lado bloqueado, que resulta molesto para acceder a los contenidos del armario.
Se abren como un acordeón cuando tiras del tirador. Requieren un espacio delante del armario, pero inferior al de las puertas abatibles, por eso es un modelo menos habitual y, además, un poco anticuado.
La apertura de las puertas se hace por medio de bisagras y topes.
Las puertas de armario se fabrican en materiales diversos para elegir según tus gustos y las características de tu hogar.
Son de madera maciza y están disponibles con diferentes estilos, desde el rústico hasta el más moderno. Puedes comprarlas en bruto y elegir el acabado. La madera maciza puede ser pesada.
Si lo que te gusta es una decoración tradicional y con carácter, la madera es tu material, aunque hoy día se fabrican diseños que combinan con la decoración más vanguardista. Muchas veces se fabricarán a medida.
Estas puertas están formadas por un panel (generalmente de DM) revestido de melamina rematado con perfiles de acero o aluminio, que hacen también las veces de tiradores. Por su composición, pueden cortarse con cualquier tamaño. Pueden estar decoradas o no.
También hay puertas revestidas de láminas de madera o de melaminados imitando madera, para conseguir un acabado similar. No son de madera, pero a cambio su precio es sensiblemente inferior.
Son muy apreciadas por sus cualidades estéticas. Reflejan la luz, lo que agranda las habitaciones pequeñas e ilumina las oscuras. Es una forma elegante de añadir un espejo a un vestidor. Sin embargo, las placas de cristal pesan mucho y, dependiendo de las puertas elegidas, no siempre es posible recortarlas.
Estas puertas se componen de varios paneles, cuyo recorrido se guía mediante dispositivos mecánicos. Hay dos tipos de guías: para correderas de suelo y para correderas suspendidas.
Los rieles, o carriles, se fijan al suelo y los rodamientos de las puertas corren sobre ellos. Las puertas se guían desde la parte superior mediante perfiles o rieles.
En la parte superior se fijan unos rieles, sobre los que ruedan las monturas a las que se atornillan las puertas. Unas guías fijadas al suelo mantienen las puertas perfectamente verticales.
Lo más fácil es comprar un kit completo, que contiene los paneles, los carriles y los rodamientos.
Si su estética o su dimensiones no te convencen, puedes adquirir los carriles y rodamientos por separado. Sin embargo, deberás prestar atención a que los diferentes elementos sean compatibles entre sí y que tus puertas, posiblemente hechas a medida, se adapten.
Presta atención, en particular, al grosor y el peso. Tendrás que comprar:
Carriles, con empalmes si la longitud es considerable;
monturas, cuyas ruedas permiten mover las puertas con suavidad y facilidad.
Como hemos visto, el acceso a un armario con puertas correderas se reduce considerablemente porque una de las hojas tapa siempre una parte de la abertura. Sin embargo, es posible eliminar esta restricción si tienes un ancho superior al de las hojas de tus puertas correderas a ambos lados del armario y tu presupuesto lo permite. Según la configuración del espacio, puedes optar por puertas empotradas o puertas vistas.
Al deslizarse, las puertas se introducen literalmente dentro de la pared. Para que la magia funcione, hay que instalar una armadura dentro del tabique para reservar el espacio necesario para las puertas. Es una posibilidad muy interesante en obra nueva o en reformas de gran calado, cuando necesitas recuperar espacio...
El riel que sostiene los paneles se fija a la pared y las puertas se deslizan delante de esta. Este sistema requiere mantener la zona donde se deslizan las puertas totalmente despejada. Es una solución bastante fácil de implementar durante reformas menores, siempre que dispongas del espacio necesario.
Este tipo de puerta requiere adquirir un kit de armadura para puerta, también conocido como casoneto. Este kit contiene lo necesario para instalar una puerta empotrada:
Un armazón de metal para reservar el espacio necesario para abrir la puerta. Este armazón se reviste luego a ambos lados con placas de cartón yeso, o con rasillones;
un riel para fijar en la parte superior, así como los herrajes necesarios;
las monturas para suspender la puerta del riel;
topes para abrir y cerrar la puerta;
una guía de suelo para mantener la puerta perfectamente vertical.
Depende de ti elegir la puerta y la decoración para el acabado del tabique. Además de las dimensiones de apertura, es importante que el riel pueda soportar el peso de la puerta y que su grosor sea compatible con el chasis. Una vez montado el tabique sobre el chasis, el conjunto tiene un grosor de 100 mm.
Este sistema para empotrar una puerta de armario es también el utilizado para empotrar las puertas de paso de la vivienda. De hecho, este es su uso más extendido.
Aparte de la ausencia de armazón, estos kits son muy similares a los de las puertas internas. En este caso el riel y los herrajes de suspensión son visibles y contribuyen con su diseño a la estética del conjunto.
Los fabricantes ofrecen accesorios muy útiles para ayudarte a instalar tus puertas correderas.
Permiten colocar el riel superior perfectamente horizontal, a pesar de la inclinación del techo. Solo hay que regular los adaptadores, instalarlos, colocar los rieles superiores y añadir una placa de acabado.
Se trata de un accesorio que permite colocar un travesaño o suplemento sobre la puerta, para compensar la falta de altura de la puerta (de 10 a 50 cm, aprox.). Se utiliza para habitaciones con techos altos.
El kit de transformación te permite cambiar la apertura de la puerta del armario, es decir, pasar de una puerta abatible a una puerta corredera. Comprueba el ancho de hoja admitido.
Están indicados para puertas empotradas o vistas de dos paneles. Este ingenioso sistema de poleas conectadas por un cable permite sincronizar la apertura de las puertas. Al empujar la puerta izquierda, la derecha se abre al mismo tiempo, y viceversa. ¡Impresionante!
Bien instalado, el fieltro adhesivo funciona como un burlete, ya que consigue que las puertas del armario encajen perfectamente. Así protege tus objetos personales del polvo. El fieltro dispone de una cinta autoadhesiva que permite aplicarlo con facilidad.
Sirve para ocultar el riel superior y funciona como embellecedor, para un mejor acabado. Las tapas tienen unas dimensiones estándar, por lo que hay que cortarlas según la longitud deseada.
Una vez que tengas anotadas las dimensiones de tu armario, puedes seleccionar fácilmente las puertas del tamaño correcto.
Un kit completo es la solución más sencilla de aplicar. La compra por piezas, sin embargo, ofrece más flexibilidad y te permite personalizar tu proyecto.
Las puertas empotradas, aunque son más caras y complicadas de instalar, son una solución elegante y práctica para disponer de acceso total al armario.
Ten en cuenta que los productos de alta gama, además de ofrecer un mejor acabado, son también más robustos, más duraderos y más fáciles de ajustar, lo cual no es nada despreciable en unas puertas que se usan mucho.
Ficha escrita por:
Francisco, Manitas
Desde pequeño me encanta el mundo del bricolaje y la jardinería. Hasta el punto que me compré una casa en el campo y la remodelé con mis propias manos. Mi mujer se encargó de decorarla a su gusto, y cuando tuvimos un hijo, me dediqué a hacer muebles para él. Mi próximo proyecto es hacerme un taller de bricolaje en casa, aunque por el momento tengo problemas de espacio.¡Espero poder ayudaros a elegir las herramientas que os hagan falta!