Ficha escrita por:
Jerónimo, Electricista
Como siempre, para trabajar con eficacia y seguridad es necesario elegir bien las herramientas.
Lo mismo sucede con tu martillo perforador. Su diseño te permite montar todo tipo de brocas, puntas y cinceles para hacer frente a las diferentes situaciones de un entorno de trabajo.
Un martillo perforador puede atravesar madera, hormigón y piedra, pero también perforar azulejos y romper ladrillos, bloques, etc.
Al estar equipado con un portabrocas o mandril de tipo SDS, SDS + o SDS Max, las brocas y los cinceles se acoplan por medio de un adaptador estriado, por lo que el usuario puede pasar de la percusión a la perforación con un solo clic.
Algunos martillos perforadores ofrecen distintos modos de funcionamiento, incluido uno básico denominado rotación. El modo de rotación te permite trabajar sin percusión, como un taladro. Por tanto, podrás utilizar tu martillo para practicar agujeros en la madera.
Las brocas son de gran diámetro y longitud. Allí donde las brocas helicoidales para taladro se limitan a unos 13 mm de diámetro y 15 cm de longitud, las brocas para martillo perforador alcanzan 25 mm de diámetro y 45 cm de longitud sin problemas.
Para perforar con eficacia y precisión, decántate por brocas equipadas con un punto de centrado (de lo contrario, deberás realizar pequeños orificios guía).
En cuanto al material, es conveniente prioridad las brocas de acero templado con una alta concentración de carbono, ya que su vida útil es más larga y su desgaste menor.
Podrás realizar un buen trabajo tanto si te equipas con un martillo perforador con portabrocas clásico como con un portabrocas SDS + (o SDS Max).
Para practicar un orificio en una pared, nada mejor que un martillo perforador. Esta herramienta puede taladrar cualquier material duro: hormigón, bloques, piedra, ladrillo, etc.
Tienes disponibles numerosos diámetros de perforación (desde 5 hasta más de 52 mm) con longitudes variables (desde 10 cm a 1 metro).
Los tipos de cabezas de broca difieren y a menudo son objeto de un diseño registrado por las marcas más conocidas, que ofrecen perforadoras de hormigón de alta gama. Las cabezas de las brocas cuentan con entre dos y cinco puntas (tres suele ser lo mínimo para una buena penetración en este material).
Si tienes un martillo perforador equipado con un portabrocas SDS + (el más frecuente), tu elección de brocas para hormigón quedará limitada a modelos con 30 mm de diámetro.
Cuando debas elegir tus brocas para hormigón, no olvides incluir diámetros pequeños que serán necesarios para practicar orificios guías (entre 6 y 8 mm). Después puedes escoger los diámetros que necesitarás en función del trabajo que vas a realizar, y lo mismo ocurre en relación con la longitud de la broca, (para atravesar una pared necesitarás como mínimo una longitud de 25 cm).
Procura dar prioridad a las brocas con punta de carburo de tungsteno para obtener un mejor ataque y crear un desgaste limitado. En segunda instancia, si puedes elegir, decántate por brocas que ofrezcan asimismo una acanaladura doble, la perforación resultará más fácil, ya que la evacuación de material será más eficaz y la broca tendrá un mejor índice de penetración.
En este caso particular, tu martillo perforador debe, ante todo, disponer del modo adaptado conocido como percutor, ya que será necesario percutir.
A diferencia de lo que sucede con las brocas (que únicamente sirven para perforar), los accesorios de demolición se dividen en varias familias.
Compuestos por una varilla y una cabeza plana, los cinceles sirven para romper hormigón no armado y cualquier material de construcción no excesivamente duro. Los cinceles planos también resultan útiles para llevar a cabo muescas o acanaladuras, separar piedras o ladrillos, o incluso limpiar un encofrado.
Encontrarás cinceles con diferentes longitudes (los de 25 cm son relativamente multiusos) y anchuras (desde 20 mm hasta más de 100 mm) de cabeza. Ten en cuenta que cuanto más ancho es un cincel plano, más blando deberá ser el material a trabajar. Por ejemplo, un cincel plano de 20/25 mm es perfecto para romper hormigón, mientras que otro con una cabeza de 75 mm levanta fácilmente baldosas y azulejos.
Son el equivalente del cincel de albañil para hormigón. Con un cincel en punta o "puntero", podrás atacar sin problemas materiales más duros. Lo que cambia aquí es que debes elegir entre varias longitudes (evidentemente) pero también entre varios diámetros. Los que se sitúan entre 14 y 18 mm de diámetros son una buena opción ya que se adaptan perfectamente a todos tus pequeños trabajos de demolición. En cuanto a la composición del cincel, te recomendamos elegir puntas que dispongan de una cabeza de carburo de tungsteno (vida útil más prolongada y menor desgaste).
Son muy parecidos a los cinceles en punta. La única diferencia es que llamamos "punteros" a las puntas piramidales (y en consecuencia no cónicas). Para elegir tu puntero, aplica los mismos criterios que con los cinceles en punta.
¿Acabas de adquirir un martillo perforador y todavía no sabes qué accesorios vas a necesitar para tus trabajos? En ese caso, opta por un kit o maletín que incluya las brocas más utilizadas y cinceles variados. Estos maletines te permitirán estrenarte sin problemas en tus labores. ¡Y evita los productos excesivamente baratos!
Los accidentes con martillos perforadores son numerosos. Para reducir el riesgo, trabaja con seguridad y utiliza en todo momento el accesorio necesario para la tarea que desarrollas.
Protege siempre tus ojos con unas gafas de protección o con una pantalla, tus manos con unos guantes de protección y tus vías respiratorias con una mascarilla.
Si trabajas de manera prolongada, unas protecciones auditivas o unos tapones para los oídos siempre serán bienvenidos.
Por último, si ejecutas una demolición, un casco y el calzado de seguridad pueden evitar más de un accidente.
Gracias a los consejos de nuestros redactores, los amantes del bricolaje ávidos de conocimientos pueden escoger correctamente los accesorios vinculados a los taladros.
Ficha escrita por:
Jerónimo, Electricista
Me formé como electricista y trabajé en este sector muchos años. Después me dediqué al mundo de la construcción, en elque tuve la oportunidad de coordinar, controlar y organizar varios proyectos de obra. Actualmente llevo 4 años restaurando una casa de campo con mi mujer y mi hija. Llevamos muchas horas invertidas en esa casa, y gracias a mi experiencia profesional y ahora también personal, me encantaría dar una mano a todo aquel que tenga dudas sobre el bricolaje y aconsejarle en algunos asuntos.