Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
El trabajo del cabezal de corte de las desbrozadoras portátiles se realiza gracias a un engranaje angular de 45º que transmite la rotación del árbol vertical a la rotación horizontal de un plato sobre que está fijado el cabezal de corte.
Puedes adaptar distintos tipos de cabezales de corte a una desbrozadora:
Cabezal de corte de hilo de nylon;
cabezal de corte de cuchillas de plástico, llamado también cabezal segador;
cabezal de corte de cuchillas metálicas, de 2, 3, 4 u 8 dientes;
cabezal de sierra circular, sierra de dientes puntiagudos o romos;
cabezal de cepillo de deshebrado.
El tipo de vegetación que se quiere desbrozar es el criterio más importante a considerar para escoger el cabezal de corte. Estos son algunos ejemplos:
Tipo de vegetación se va que cortar | Sistema de corte adecuado |
Hierba sin obstáculos | Cabezal de 2 ó 4 hilos, cuchilla plástica |
Hierba con obstáculos | Cabezal de 2 hilos |
Hierba en bordes, a lo largo de un muro, alrededor de árboles | Cabezal de 2 hilos |
Hierba espesa, leñosa, seca, ortigas | Cuchilla plástica Cuchilla de metal para hierba Cabezal de hilo grueso cuadrado o dentado si el motor tiene potencia |
Juncos y matorrales con troncos de hasta 2 cm de diámetro | Cuchilla metálica de acero de 8 dientes para hierba Cuchilla para monte bajo Cuchilla de desbroce de 2 o 3 dientes Sierra circular de dientes puntiagudos |
Matorrales, espinos, ramas de más de 4 cm | Sierra circular de dientes suaves o puntiagudos Sierra circular de carburo para cortes a ras de suelo |
Matorrales enmarañados, setos espinosos | Cuchilla para monte bajo y cuchilla trituradora |
Musgo y hierba sobre pavimentos, patios | Cabezal de cepillo |
El hilo es el sistema de corte más utilizado en las desbrozadoras. En comparación con las lamas o cuchillas, ofrece múltiples ventajas:
Es menos pesado;
es mucho más económico;
no estropea los muros o las paredes;
no provoca chispas, ni siquiera en contacto con piedras (evitando peligro de incendio en periodos de sequía);
es polivalente, ya que está disponible en varias versiones según la vegetación.
El cabezal de hilo se fabrica en múltiples modelos. Si bien cada marca cuenta a menudo con adaptaciones específicas (fijación, sin tornillos, diámetro del tornillo o tuerca), también existen cabezales universales, que pueden montarse sobre casi todos los modelos de desbrozadora.
En la actualidad, los cabezales de «hebras cortadas» son muy demandados, ya que el hilo resulta más fácil de colocar que en una bobina clásica y puede albergar hilos de mayor diámetro.
Los hilos se cortan a la longitud deseada y se montan a mano en el cabezal. No es necesario desmontar el cabezal para cambiar el hilo, lo que facilita que los hilos de la desbrozadora puedan reemplazarse con rapidez, sobre todo en los modelos con sistema de válvula antiretorno.
Este cabezal, sólido y fiable si es de aluminio, resulta adecuado para hilos de cualquier forma y diámetro.
En este tipo de cabezal, se pueden montar 2, 4, 6, 8 y hasta 16 hebras. Cuanto mayor sea el número de hebras, más potente deberá ser el motor y más sólido el engranaje angular.
Puedes ajustar la longitud del hilo manualmente a partir de la bobina que se alberga en el interior del cabezal. El hilo se debe sacar a mano cuando se queda demasiado corto.
Pese a que se los considere anticuados, estos cabezales siguen utilizándose por su fiabilidad, robustez y bajo coste.
El cabezal semiautomático está equipado de un sistema que libera hilo cuando el usuario golpea el suelo con el deslizador: es el sistema conocido como «tap and go».
Si hay demasiado hilo extendido, una cuchilla integrada en el deflector de la desbrozadora secciona la longitud excedente para que el hilo tenga la longitud adecuada.
En este modelo, la longitud de hilo se ajusta de forma automática a la longitud adecuada, sin necesidad de intervenir. El hilo sale automáticamente impulsado por la fuerza centrífuga.
Adecuados para hierba más densa o más alta, los cabezales segadores están provistos de 3 cuchillas de plástico. Cada marca fabrica sus propias cuchillas. En algunos modelos, las cuchillas se repliegan en el cabezal si se topan con un obstáculo, evitando así eventuales roturas. El plástico se quiebra con bastante facilidad.
La cuchilla es móvil y basta con darle la vuelta cuando está desafilada para usar el segundo filo. Si ha perdido el filo y es necesario cambiar la cuchilla, es recomendable renovar completamente el juego para que el aparato trabaje de manera equilibrada.
Las cuchillas de metal para hierba son eficaces sobre todo para hierbas altas, densas y para hierbas de tallo duro y matorrales no muy leñosos (acederas, ortigas, zarzas, juncos, etc.). Las cuchillas están provistas de dientes o lamas de 2, 4 y hasta 8 dientes en función del tipo de hierba.
Cuando el filo está desgastado, puedes darle la vuelta, y cuando los dos lados están desafilados, puedes volver a afilarlos con una lima plana.
Mas especializadas, provistas de 2 o 3 lamas, estas cuchillas se usan con movimientos circulares, en forma de media luna o de arriba abajo, para desbrozar vegetaciones enmarañadas, setos espinosos, etc.
Son reversibles y se afilan como las lamas de las desbrozadoras metálicas.
Fabricadas en acero, sólo se utilizan para aserrar matorrales leñosos y arbustos de hasta 5 cm de diámetro aproximadamente. Son las más habituales en tareas de mantenimiento forestal en general, cortar retamas, brezos arborescentes, viñas, etc.
No son reversibles y se afilan con lima redonda.
Existen dos modelos de sierra:
Lama de dientes suaves, para madera blanda o joven.
lama de dientes puntiagudos, para madera dura.
Ficha escrita por:
Juan Mari, jardinero apasionado, Asturias
De niño ya trabajaba en el jardín familiar. Quizás ahí nació mi interés por las plantas y la jardinería. Así que nada más lógico para mí que estudiar biología vegetal y agronomía. Posteriormente, y accediendo a la solicitud de varios editores, escribí, a lo largo de 25 años, numeroso libros relacionados con las plantas, los champiñones (un tema que me preocupa), al principio básicamente guías identificativas, pero posteriormente me fui adentrando en la jardinería, retomando, de este modo la pasión de mi infancia. Además de eso, he colaborado regularmente con varias revistas especializadas en jardinería y naturaleza. Como no hay jardinero sin jardín, cultivo desde hace 30 años el mío propio en un pequeño rincón de Asturias, poniendo en práctica los métodos de cultivo sobre los cuales os aconsejo.