Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración
141 fichas consejo
Primer criterio: la comodidad. Elige un modelo con un asiento lo suficiente ancho y profundo para que se adapte a tu morfología. El material también tiene su importancia. Aunque el textilene es el más cómodo, puedes adaptar cojines con o sin respaldo al resto de modelos. Una opción más para mejorar la comodidad son los reposabrazos, que suelen estar incorporados en las sillas de jardín apilables.
Puedes combinar la estética y el estilo de las sillas de jardín con la de tu mesa de jardín.
También pueden ser distintas, para conseguir una decoración sorprendente. Desde la naturalidad de la madera hasta la elegante resina trenzada y pasando por el hierro forjado más retro, o el acero y el aluminio más modernos... la elección de los materiales es tan amplia como la de colores disponibles.
El espacio disponible también tiene influencia en la elección. Y por ello, las sillas de jardín plegables son una opción para ganar espacio a tener en cuenta.
La elección entre los distintos materiales se realiza en función del resultado estético deseado, de los muebles de jardín existentes, así como por precio y necesidades de mantenimiento.
La silla de jardín de madera seduce por su estilo natural y su durabilidad. Puedes elegir entre distintos tipos de madera, como por ejemplo maderas europeas (pino, roble, acacia, etc.) y maderas exóticas (teca, itauba, cumaru, etc.).
Suele utilizarse una escala que va del 1 al 5 para clasificarlas según su resistencia a la humedad, a los insectos y al moho, que va de menos resistente a la que más.
Pero todas ellas necesitan un mantenimiento regular en función del tipo de madera: cera, aceite, lasur, desengrasante, etc.
Las sillas de jardín de madera composite, se fabrican con una mezcla de fibras de madera y plástico. Esta mezcla está a prueba de moho y evita la aparición de grietas o astillas con un aspecto muy parecido al de la madera natural. En cambio, no necesitan ningún tipo de mantenimiento regular.
Las sillas de jardín de acero tienen un aspecto más moderno.
Las sillas de acero inoxidable, son resistentes al agua y a los rayos UV. Son pesadas y tienden a calentarse bajo los rayos de sol.
Los modelos fabricados en acero con revestimiento de resina epoxi, se pintan con este material para evitar la corrosión y la incidencia de los UV.
Los modelos que resisten mejor los arañazos son aquellos que han sido pintados utilizando una técnica llamada cataforesis.
La silla de jardín de aluminio es moderna y se destaca por su resistencia a la intemperie (lluvia, calor, heladas, etc.) y a la corrosión. Es muy ligera, lo que permite desplazarla o transportarla con facilidad, pero su peso puede hacer que vuelque en zonas con rachas de viento fuertes. Y a igual que ocurre con los modelos en acero, tiende a calentarse si está al sol.
Esta es la silla romántica y campestre por excelencia. Especialmente sólida pero también pesada, se calienta bajo el sol y debe tratarse regularmente para evitar su oxidación.
La silla de jardín de resina es ligera y resistente a la putrefacción y a la intemperie gracias a las características del material plástico (polipropileno, polietileno) con que se fabrica. Pero también es interesante por su precio, muy económico, especialmente los modelos de resina inyectada.
La resina trenzada, también llamada poliratán o ratán sintético, reproduce perfectamente el patrón de la fibra natural, pero su precio es algo más elevado que las de resina inyectada.
Asegúrate de que cualquiera de estos modelos ha sido tratado para resistir los rayos UV y evitar que pierda sus bonitos colores con el paso del tiempo.
El textilene es un tejido fabricado con una mezcla de fibras de poliéster, que le permite resistir la intemperie y los rayos UV.
El tejido se combina con una estructura de madera, acero o aluminio, formando un asiento y un respaldo especialmente cómodo. Otra ventaja es su mantenimiento: basta con limpiarlo de vez en cuando con agua jabonosa.
Una silla con un asiento profundo y ancho es más cómoda que un modelo de dimensiones más reducidas, aunque a pesar de ello sea algo más voluminosa. Es inútil elegir un modelo muy profundo para adaptarlo a tu morfología, ya que el efecto puede ser todo lo contrario y resultar incómoda.
La altura del asiento corresponde a la distancia que separa esta parte de la silla del suelo.
Debe adaptarse a la altura de la mesa de jardín que se utilizará con la silla. Para utilizarla en una mesa de pie por ejemplo, su altura será de 75 cm, en vez de los 46 cm de una silla de jardín clásica.
Los modelos de sillas de jardín plegables o apilables permiten ahorrar un espacio considerable.
Son perfectas para facilitar el asiento de un invitado inesperado, ya que las plegables se abren o se cierran con facilidad y no ocupan mucho espacio cuando se almacenan.
Las apilables ocupan más espacio, pero cuentan con la ventaja de disponer de reposabrazos para una mayor comodidad.
Ya sea para cubrir el asiento o el respaldo, los cojines para sillas de jardín aumentan la comodidad del que se sienta sobre ellos. Resultan especialmente imprescindibles si las sillas de jardín son de un material que tiende a calentarse bajo el sol.
Si no es posible guardar las sillas de jardín en una caseta de jardín o en el garaje durante el invierno, tápalas con una funda protectora que sea resistente, impermeable y adaptada a sus dimensiones.
Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración, 141 fichas consejo
Después de trabajar varios años en cadenas de televisión de primer orden, escogí dejar hablar a mi pluma y orientarme hacia la redacción y la edición.Soy tan apasionada de la decoración y del bricolaje, como de la historia y de la ciencia. Ecléctica tanto en mis gustos como en mis textos, escribo desde hace más de 25 años sobre esas temáticas. En mi activo se cuentan obras didácticas, novelas y noticias, así como numerosísimos artículos de bricolaje y decoración. En ellos cuento consejos y trucos experimentados en mi vieja casa, renovada poco a poco.