Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración
137 fichas consejo
La cama está formada por los siguientes elementos: el somier, que forma la estructura destinada a amortiguar los movimientos de la persona o las personas que duermen en la cama; el colchón, que los absorbe; el cabecero, que sirve de elemento decorativo y, a veces, de espacio de almacenamiento; y las patas, que permiten darle altura y garantizar la indispensable ventilación. A estos elementos se añaden las almohadas y la ropa de cama.
Hay que elegirlos a juego. Por lo tanto, si optas por un somier de muelles, el colchón debe tener la misma tecnología, mientras que un somier de láminas puede combinarse con un colchón de espuma o de látex.
Lo mismo se aplica a la anchura y la longitud, que deben ser idénticas, pero también adaptarse al número de personas que duermen en la cama y a la estatura de la más alta. En cuanto a la comodidad (firmeza, número de zonas de confort, etc.), es, sobre todo, cuestión de gustos y de necesidades específicas, por ejemplo, en caso de dolor de espalda.
Por su parte, el cabecero debe encajar con la estética del conjunto, al igual que las patas, cuya altura debe adaptarse también a tu estatura (no sirve de nada tener una cama demasiado alta si eres bajito, o al contrario) y a su ubicación en la habitación (en una buhardilla, por ejemplo).
El colchón sujeta y absorbe los movimientos de la persona que duerme. Debemos elegirlo en función de nuestra complexión (estatura y peso) y nuestros eventuales problemas de salud, pero también del espacio disponible en la habitación.
Generalmente las medidas del colchón varían de 190 a 200 cm de largo, teniendo en cuenta que, idealmente, debe medir al menos 20 cm más que la persona más alta que duerma en él.
La anchura es de 80-90 cm (hasta 105 cm) en el caso del colchón individual y de 135-200 cm en el del colchón de cama doble versión «king size XL».
Puedes elegir entre 3 grandes tipos de núcleos de colchón:
Un colchón de espuma puede ser de poliéter o poliuretano. El primer material hay que reservarlo para las camas supletorias; el segundo ofrece al mismo tiempo una buena elasticidad y duración, pero es sensible a la humedad. A estos se añade el colchón de espuma viscoelástica, cuya elevadísima densidad le confiere una capacidad envolvente única.
Un colchón de látex puede ser natural, sintético o una mezcla de ambos. Este tipo de colchón es muy elástico y transpirable y ofrece una excelente sujeción y zonas de confort diferenciadas.
Los colchones de muelles, cada vez menos utilizados, pueden estar formados por muelles bicónicos. Están disponibles en dos modelos:
Hay diferentes características que mejoran la comodidad de un colchón:
El cabecero contribuye a personalizar la cama al mismo tiempo que aísla a la persona o las personas que duermen en ella de la pared. Se elige de acuerdo con la decoración de la habitación y las eventuales necesidades de almacenamiento, puesto que algunos modelos tienen cajones, armarios o incluso mesitas de noche incorporados.
Las medidas del cabecero están condicionadas por las de la cama, pero también por las de la habitación:
El revestimiento del cabecero condicionará su estética, pero también su confort a la hora de servir de sujeción:
Las patas le dan altura a la cama. Esta altura resulta indispensable para garantizar que el somier y, por lo tanto, también el colchón, permanezcan bien ventilados. Además, una cama alta te permitirá sentarte y levantarte fácilmente, pero también alojar espacios de almacenamiento debajo de la cama, un truco muy práctico si disponemos de espacio limitado en la habitación.
¿De qué tamaño hay que elegir las patas de la cama? Todo es cuestión de gustos y necesidades:
Las patas cuadradas son las más clásicas y pueden ser adecuadas para todos los estilos de habitación, mientras que las patas redondas son apropiadas para una decoración con líneas curvas.
Sin por ello ser demasiado macizas, es más que conveniente que las patas tengan un diámetro suficiente como para sostener bien la cama y no dejar mucha marca en el suelo.
Generalmente, puedes elegir entre patas de madera o de metal. Si ambas tienen la misma resistencia y vida útil, deberás elegirlas en función de la decoración de la habitación. La madera siempre es más apropiada para una decoración tradicional, mientras que el metal es perfecto para un ambiente más moderno.
Actualmente, el sistema de fijación de las patas está muy estandarizado y tiene un sistema de roscado de 8 mm, pero atención: algunas marcas siguen utilizando el de 10 mm. Compruébalo bien antes de elegirlas.
Ficha escrita por:
Silvia, periodista y escritora sobre bricolaje y decoración, 137 fichas consejo
Después de trabajar varios años en cadenas de televisión de primer orden, escogí dejar hablar a mi pluma y orientarme hacia la redacción y la edición.Soy tan apasionada de la decoración y del bricolaje, como de la historia y de la ciencia. Ecléctica tanto en mis gustos como en mis textos, escribo desde hace más de 25 años sobre esas temáticas. En mi activo se cuentan obras didácticas, novelas y noticias, así como numerosísimos artículos de bricolaje y decoración. En ellos cuento consejos y trucos experimentados en mi vieja casa, renovada poco a poco.