Ficha escrita por:
Haja, Autodidacta en bricolaje
Un limpiador a vapor es una pieza del equipo doméstico, al igual que la aspiradora. El limpiador a vapor, que se suele utilizar para limpiar el suelo (moqueta, azulejo, vinilo, etc.) y para eliminar ácaros, se puede utilizar, dependiendo de su configuración y sus accesorios (cepillo redondo, succionador, boquilla a presión, etc.), para limpiar las encimeras, los cristales, las placas de cocina, las alfombras, los colchones, etc.
El limpiador a vapor, un aparato de limpieza eficaz y ecológico, elimina más del 99 % de las bacterias, microbios y otros alérgenos y es todo gracias al vapor, ya que no se añade ningún producto de limpieza durante el proceso de limpieza.
El limpiador a vapor funciona con electricidad y suele confundirse con facilidad con una aspiradora. Por lo demás, su funcionamiento es totalmente diferente, ya que calienta el agua a 100 º C para transformarla en vapor.
Los limpiadores a vapor cuentan con un motor eléctrico que calienta el agua hasta transformarla en vapor. Un propulsor toma el relevo y envía el vapor desde su cámara de calor hasta el cepillo a través de la manguera.
El vapor evacuado a través del cepillo, la escobilla o la pistola, limpia en profundidad gracias a su elevada temperatura. Según la tecnología y el uso del limpiador a vapor, ciertas características, como el caudal y la potencia pueden variar. Los limpiadores a vapor todo en uno, provistos de un regulador de difusión del vapor, aseguran un mayor número de usos.
Para empezar, un limpiador a vapor (vaporeta) hace frente a toda suciedad, grasa, gérmenes o ácaros que se esconden en tu entorno. Es muy útil sobre todo tipo de superficies, ya sean azulejos, cristales, telas e incluso en el cuarto de baño. El limpiador de vapor, que no necesita detergente, sino que calienta el agua a 100 ºC o incluso a 200 ºC como máximo, hace que el mantenimiento de la vivienda sea más fácil. Se puede elegir de varias formas. Para saber cuál es el limpiador a vapor que mejor se adapta a lo que buscas, basta con evaluar tus necesidades.
¿Estás buscando un limpiador a vapor ultraligero, que se encienda rápidamente para las pequeñas tareas del hogar? El limpiador a vapor de mano es la mejor opción.
Tiene la particularidad de eliminar con facilidad la grasa y la cal de los grifos y los sanitarios. Nada se le resiste.
El cepillo a vapor es especialista en limpieza de suelos duros: azulejos, linóleo, parqué, etc.
Al tener el tubo más alto, evita los dolores de espalda. Su ligereza y manejabilidad son ideales. A nivel de almacenamiento, es lo más.
Ya sea portátil o con ruedas, el limpiador a vapor simple es un aspirador-limpiador. Este modelo goza de una polivalencia para limpiar suelos, baños, cristales, tejidos y objetos varios con ayuda de sus accesorios.
También está disponible en tamaño pequeño, que es menos engorroso.
El limpiador a vapor aspirador fusiona dos aparatos en uno, ya que combina dos acciones: la limpieza a vapor y la aspiración automática.
No hay necesidad de pasar la aspiradora antes.
Perfección para los impacientes.
Su pequeño tamaño lo hace manejable para hacer brillar los cristales.
¡Adiós a las manchas y a las huellas en los cristales!
El limpiador de cristales a vapor es eficaz y rápido.
Además de la potencia y la autonomía, el caudal y la presión determinan la eficacia de un limpiador a vapor.
El caudal define la cantidad de vapor que se proyecta a través del limpiador a vapor. El flujo se mide en gramos por minuto (g/min) y varía entre 0 y 115 g/min. Cuanto mayor sea, mayor eficacia. Para suelos duros, se necesitará un flujo superior a los 70 g/min.
Hay ciertos tipos de limpiadores a vapor que permiten regular el caudal según el suelo que se vaya a tratar y el grado de suciedad.
La presión se expresa en bares e indica la fuerza con la que el limpiador a vapor echa el vapor. Por lo general, se suele seleccionar entre 3 y 6 bares. Al hablar de altas presiones, también se habla de ahorro de tiempo. A partir de 4 bares, un limpiador a vapor es bueno para retirar sin esfuerzo la suciedad de la moqueta, la que se acumula en las juntas de los azulejos, etc.
La potencia, expresada en vatios (W), determina el tiempo de calentamiento antes de que salga el vapor.
Cuanto mayor sea la potencia, más rápido se conectará el aparato, con lo cual se consigue un mayor rendimiento.
Potencia según el tipo de limpiador a vapor:
Limpiador de cristales, potencia de entre 12 W y 900 W;
limpiador a mano y cepillo a vapor, entre 900 y 1600 W;
limpiador de vapor con o sin aspirador, a partir de 1200 W.
Si quieres ganar tiempo, los limpiadores de vapor de 1900 W suelen arrancar en menos de un minuto.
Para elegir correctamente la autonomía del limpiador a vapor, hay que tener en cuenta varios parámetros.
Cuando se vacía el agua del depósito, se debe interrumpir el ciclo del limpiador a vapor para recargarlo. Con una cubeta de menos de un litro, la autonomía dura entre 20 y 30 minutos, lo que es ideal para limpiar una superficie pequeña de forma continua.
Con más de 2 litros tendremos una autonomía de hasta 2 horas para limpiar toda la casa.
Otra opción interesante es el limpiador a vapor con un depósito extraíble, que se puede recargar de agua, incluso estando encendido; y aún hay más: un limpiador de vapor que disponga de un sistema de llenado automático. ¡Genial!
En el caso del limpiador a vapor eléctrico, el largo del cable -de 4 a 9 metros- limita tu zona de actuación. Los modelos de limpiador a vapor de mano funcionan con una batería. Así pues, el índice de autonomía se basa en el de la batería, -entre 20 minutos y 2 horas-
¿Sabes que un limpiador a vapor puede ser polivalente gracias a sus accesorios? Según los conectores que lo acompañen, puede responder a todas tus necesidades frecuentes.
El cepillo grande se usa para baldosas y azulejos, el pequeño, para la limpieza meticulosa y para las superficies pequeñas (colchones, sillones, etc.) y un cepillo triangular para las esquinas.
La pistola de alta presión es muy eficaz para eliminar las impurezas de los grifos, los inodoros, las juntas del cuarto de baño, incluso las más difíciles de limpiar.
La espátula para cristal es fundamental para que los espejos y las ventanas brillen sin dejar huellas.
Lo mejor para planchar suavemente la ropa.
La desempapeladora es práctica y se ahorran muchas horas de trabajo para quitar el papel pintado.
Ya que hablamos de limpieza diaria, la comodidad es fundamental.
El limpiador a vapor debe ser fácil de manejar, sobre todo porque hay que levantarlo para limpiar los sitios más altos. Entre dos limpiadores de vapor de características idénticas, elige siempre el más ligero.
Para evitar la sordera, la cubeta del aparato debe tener un buen aislamiento acústico. En caso contrario, elige un limpiador a vapor provisto de una bomba de reducción de ruido.
El limpiador a vapor con control manual evita agacharse cada vez que haya que regular el flujo de vapor. Es muy práctico ya que, aunque los soportes están más o menos sucios, se gana tiempo con un simple movimiento de pulgar.
¿La ligereza y la manejabilidad son tus criterios principales? Entonces elige los limpiadores a vapor de mano, con o sin cables, o los cepillos a vapor, que se pueden guardar fácilmente en cualquier sitio.
Por el contrario, si lo que buscas es un limpiador a vapor multifunción, no hay nada mejor que los limpiadores a vapor trineo o con aspirador. Gracias a su espátula, la limpieza de las superficies de cristal es una de sus principales funciones. Sin embargo, cuando la superficie que se vaya a limpiar es importante, es preferible hacerse con limpiador a vapor para cristales.
Ya que el limpiador a vapor contiene agua caliente, procura comprobar la seguridad que ofrece: válvula de seguridad y seguridad infantil. Ahora solo queda lanzar el vapor. Antes de comprarlo, comprueba la disponibilidad de futuros accesorios e intenta demostrar su solidez: manguera, espátula, cepillo, etc.
Si tienes agua dura, no dudes en filtrarla para asegurar un mejor uso del limpiador. La acumulación de cal puede obstruir el paso de agua y perjudicar su circulación. Para el resto de limpiezas, hazte con un limpiador de alta presión. Coge tus cepillos.
Ficha escrita por:
Haja, Autodidacta en bricolaje
Aunque mis estudios no tienen nada que ver con el bricolaje (estudié Gestión de Empresas), hace 5 años que me aficioné a este mundillo. Todo empezó al comprarme una casa en un pueblo y tuve que renovarla con mi marido. A día de hoy, el bricolaje es mi afición preferida, y me encantará compartir todo lo que he aprendido este tiempo para ayudar a quién le haga falta.