Entre las estufas más cómodas y con mejor relación calidad-precio están las estufas de biomasa, es decir, aquellas que utilizan un combustible como la leña o los pellets para producir calor. Estas estufas tienen un menor impacto ambiental que las tradicionales de gas o eléctricas porque la leña y los pellets, derivados de los residuos de la transformación de la madera, son combustibles renovables. Infórmese: puede beneficiarse de desgravaciones fiscales por la instalación y compra de una estufa de pellets o de leña.
Elegir el tipo de estufa depende de la instalación disponible en la vivienda y, por tanto, del tipo de energía que la alimenta, así como de las preferencias de cada hogar.
Así éstas pueden ser:
Estufas de gas: requieren atención y mantenimiento constante, son baratas y se adaptan a espacios de diferentes tamaños;
Estufas eléctricas: baratas de adquirir, fáciles de usar y adecuadas incluso para habitaciones pequeñas, hay que prestar atención al coste si se utilizan durante largos periodos de tiempo;
Estufas de leña: requieren una chimenea y un sistema de extracción de humos, pero son estéticas y tienen un coste de utilización muy bajo, por lo que constituyen una auténtica inversión
Estufas de pellets: son las estufas con mayor eficiencia energética. Al igual que las estufas de leña, requieren un sistema de extracción de gases de combustión y una chimenea.
El espacio a calentar determinará la potencia necesaria y habrá, por tanto, que elegir entre aquellas con las que consigamos el poder calorífico necesario.
La capacidad calorífica de una estufa se indica en vatios (W) o kilovatios (kW); 1000 W = 1 kW. La potencia de una estufa u otro aparato de calefacción, se refiere a un volumen a calentar expresado en metros cúbicos (m3) o a una superficie en metros cuadrados (m2 ); la potencia influye en el consumo de combustible.
Elegir la estufa con la mejor relación calidad-precio es difícil. El volumen a calentar determina las necesidades de potencia y ésta pueden proporcionarla estufas que funcionan con diferentes combustibles.
El precio de los mismos, va a influir también en el coste de la energía consumida por la estufa, así como el coste de la propia estufa.
Una estufa de gas es barata, pero tiene poca potencia.
Una estufa eléctrica consume mucha energía, aunque cada vez hay más modelos con tecnologías pensadas para reducir el consumo.
Las estufas de biomasa (leña o pellets) son más eficientes energéticamente y el combustible no es excesivamente caro, pero su precio es más elevado.
Decantarse por una u otra también depende de si el uso que se le va a dar a la estufa es intensivo u ocasional, para servir de calefacción auxiliar para una habitación.