Ficha escrita por:
Alberto, investigador y manitas, Barcelona
Para elegir un VMC (ventilación mecánica controlada) hay que tener en cuenta el tipo de vivienda (nueva, reformada, colectiva) y el volumen de aire que se va a tratar:
VMC autorregulable: es el VMC mínimo que hay que tener en una casa con poca humedad. Su funcionamiento es permanente y aunque no es caro, tampoco es muy económico debido a las pérdidas de calor que genera;
higro tipo A: las salidas de evacuación detectan el índice de higrometría. Es mejor elegir estos VMC en viviendas colectivas y de servicios públicos. Son una buena opción para reformas y ofrecen una buena relación calidad-precio.
higro tipo B: las bocas de entrada y de extracción de aire detectan la humedad. Tienen menos pérdidas de calor, son más económicos y cumplen las exigencias de la normativa vigente.
VMC higrorregulable.
Por su coste, los sistemas VMC de bajo consumo tienen un buen retorno sobre el capital invertido. Si no quieres tener ninguna pérdida de calor, elige un VMC de doble flujo.
125 mm para la cocina;
80 mm para el cuarto de baño.
El número de salidas de evacuación y la longitud de los conductos dependen de las necesidades de tratamiento de aire de la vivienda.
Volumen de cada habitación acumulado / 24 = Caudal mínimo del sistema VMC
Respirar un aire lo más saludable posible es esencial para nuestra salud y bienestar. Sin embargo, el aire de nuestras casas está lleno de agentes contaminantes:
Contaminación del exterior (partículas finas, etc.);
emisiones de productos cancerígenos de determinados materiales (formaldehído de materiales compuestos);
productos para el hogar (disolvente, amoníaco, etc.);
inciensos (benceno, ftalato, etc.);
tabaco, etc.
Es importante airear la casa todos los días para renovar el aire, algo que no siempre podemos hacer, por ejemplo, en habitaciones ciegas, aberturas condenadas o simplemente, cuando hace mucho frío fuera y no queremos que se vaya el calor.
Afortunadamente, siempre podemos usar un sistema VMC (ventilación mecánica controlada), como refuerzo y garantizar una buena renovación del aire de nuestros hogares.
Un sistema VMC de flujo simple hace que el aire se mueva en un solo sentido: desde el interior hacia el exterior. El aire se extrae de las habitaciones húmedas (baño, cocina, aseo, lavadero) a través de las bocas de extracción normalmente instaladas en el techo y a continuación, se dirige al exterior de la vivienda a través de unos conductos.
Un sistema VMC lleva un motor de hélice o una turbina que hace circular el aire. El funcionamiento es similar al de una turbina de avión: el aire se aspira por un lado y se expulsa por el otro. A continuación, el aire exterior entra por sí mismo a través de rejillas de ventilación que suelen estar ubicadas en las ventanas, la presión del aire debe ser la misma en el exterior y en el interior, por lo que tiene que poder introducir un volumen de aire suficiente en la casa para equilibrar esta presión.
El motor del sistema VMC se conecta directamente a cada habitación a través de un conducto. El diámetro de este último depende del caudal y del volumen de la habitación a la que está conectado. Normalmente, no hace falta poner un conducto del mismo diámetro en las habitaciones pequeñas, como el baño, ya que necesitan un flujo de aire (expresado en m3/h) diferente.
La diferencia entre estos dos tipos de VMC radica en el modo de regulación.
El sistema de VMC de flujo simple autorregulable garantiza una renovación constante del aire, sin necesidad de ajustar el sistema de forma externa, ya que solo los diámetros de los conductos y la potencia del motor influyen en la renovación del aire. Hay que adaptar estos parámetros en función del número y el volumen de las habitaciones o estancias donde se instalan las bocas de extracción.
El sistema VMC de flujo simple higrorregulable regula el flujo o caudal de aire de salida, en función de la higrometría del aire interior, es decir, en función de su contenido de agua. La regulación del flujo se realiza a través de unas bocas de extracción sensibles a la humedad de la habitación.
Los sistemas VMC de flujo simple autorregulable tienen un diseño y un funcionamiento muy sencillos y son el tipo de ventilación mínima que hay que tener. Este tipo de VMC es la elección perfecta para presupuestos limitados y habitaciones con muy poca humedad. Sin embargo, si quieres un VMC con circuito de inyección y no perder nada de calor, te recomendamos optar por un sistema VMC de doble flujo. Eso sí, recuerda que, al estar en funcionamiento de forma permanente, el consumo de energía también será continuo, algo que deberás tener en cuenta en tu presupuesto, ya que si el aire sale de forma continua de la casa, el calor hace lo mismo. El flujo de aire es constante y el aire entrante no se filtra.
Tal y como hemos visto antes, la regulación del flujo de aire extraído se realiza teniendo en cuenta el nivel de humedad. El equipamiento que compone este tipo de VMC se divide en dos subcategorías.
En los VMC higro A las bocas de extracción son los únicos componentes que son sensibles a la humedad, ya que las entradas de aire solo son sensibles a la presión. Es preferible utilizar sistemas VMC higro A para reformas de viviendas colectivas y edificios terciarios o de servicio público. Su relación calidad-precio ofrece un buen equilibrio entre presupuesto y ahorro de energía (pérdida de calor, consumo de electricidad).
Por su parte, los sistemas VMC higro B están equipados con bocas de extracción y entradas de aire sensibles a la humedad, lo cual permite realizar un control más preciso de los flujos de aire y, por lo tanto, un mejor control de las pérdidas de calor, de manera que también producen un mayor ahorro. Son de instalación obligatoria en nuevas construcciones y se necesita más presupuesto que para un sistema VMC higro A o uno autorregulable. En los dos tipos de sistemas VMC higrorregulables, la renovación del aire es menor y el aire entrante no se filtra.
La gran ventaja de los sistemas VMC de flujo simple es que solo necesitas la red de conductos de la vivienda, lo cual facilita la instalación.
¡Cuidado con el ruido de los VMC! Elige entradas de aire acústicas para limitar el silbido del aire entrante. También hay que tener cuidado con la ubicación del motor porque, aunque es pequeño, emite un ruido de fondo constante que puede ser nocivo, especialmente por la noche. Asegúrate de instalarlo en una buhardilla que tenga un buen aislamiento acústico para que el ruido del motor no te interrumpa el sueño.
El diámetro de los conductos depende de dónde se vayan a instalar. Por ejemplo:
Cocina: conducto de 125 mm de diámetro;
cuarto de baño y aseo: conducto de 80 mm.
Para optimizar el rendimiento de tu ventilación, mantén un diámetro idéntico entre la boca de evacuación, el conducto y la carcasa. La teoría es solo teoría, así que si no puedes mantener los mismos diámetros (por ejemplo, en una reforma), con unos manguitos podrás adaptar los diferentes diámetros. Sin embargo, evita al máximo las reducciones y los ángulos agudos o pronunciados.
Los conductos pueden ser de PVC flexible, de aluminio con aislante de lana de vidrio y barrera de vapor, de aluminio con espiral de alambre de acero o de aluminio semirrígido. Hay tipos de conductos de VMC que ofrecen un mejor rendimiento acústico y evitan la condensación. Estos son los diferentes diámetros disponibles:
60 mm;
80 mm;
100 mm;
125 mm;
150 mm.
En zonas de mucho frío, puede ser recomendable aislar los conductos si pasan por habitaciones que no están aisladas, ya que el contacto del aire caliente del interior del conducto con el aire frío exterior puede generar condensación y, por lo tanto, provocar que aparezca agua o humedad en los conductos.
Para elegir un sistema VMC, tienes que tener en cuenta el número de habitaciones de tu vivienda, ya que el motor tiene que ser lo suficientemente potente como para renovar el aire en menos de 24 horas.
Calcula el volumen total de tu vivienda y divídelo entre 24. El resultado será el flujo o caudal de aire mínimo (m3/h) que necesitas.
El caudal de los motores de VMC se indica en los propios sistemas. Comprueba si el flujo indicado es compatible con el resultado de tu cálculo y no te olvides de elegir siempre un sistema VMC con un flujo de aire del motor superior.
La instalación de un sistema VMC puede ser tediosa y a veces, se necesitan herramientas especializadas. No dudes en hablar con un profesional o incluso, con varios.
La mala ventilación puede tener graves consecuencias tanto para la salud de los habitantes de una vivienda como para la propia vivienda en sí (podrían aparecer marcas de humedad negras).
Los sistemas VMC de bajo consumo se caracterizan, evidentemente por su bajo consumo, ya que gastan un tercio de lo que consume un sistema VMC normal. Pero esto no se traduce en un ahorro económico inmediato, ya que estos VMC de bajo consumo, también llamados "VMC de microvatios", tienen un precio bastante elevado, así que necesitas varios años para rentabilizar el coste. En principio, los VMC de bajo consumo cumplen con la normativa: Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y CTE Código Técnico de Edificación (CTE) vigente, pero no te olvides de consultar la legislación aplicable antes de hacer tu compra.
Este tipo de ventilación es recomendable porque es una opción económica para ambientes poco contaminados (recordemos que no filtra el aire entrante).
Los sistemas VMC de flujo simple permiten reducir las pérdidas de calor y de esta forma, aumentar la comodidad de una vivienda.
Las molestias acústicas que ocasionan, se pueden reducir usando un aislamiento acústico, por lo que no constituye en sí un inconveniente.
Recuerda que está prohibido conectar aparatos que requieran una salida de evacuación (campana de cocina, secadora, etc.) a un conducto de ventilación.
Si la caja extractora tiene que estar aislada para evitar la contaminación acústica, no la instales demasiado lejos, ya que la ventilación podría perder eficacia si el conducto es demasiado largo.
Ficha escrita por:
Alberto, investigador y manitas, Barcelona
Tengo una formación de químico y me gusta mucho el bricolaje, actividad en la cual soy autodidacta. Soy un joven papá de 36 años y el bricolaje es para mí como el respirar; hablando en claro, hago un poco de todo. Entre mis trabajos, cabe destacar la instalación de 5 cocinas. Además de eso he renovado completamente un apartamento y he realizado un añadido a una vivienda. Con el fin de ahorrar costes, mi mujer y yo elegimos un acabado cubierto con estructura de madera para el añadido a la vivienda. Desde hace tres años, he llevado a cabo yo solo todos los trabajos de construcción, como el aislamiento, escayola, electricidad, lucidos, pintura, parquet, revestimientos, sanitarios, azulejos... En definitiva, 60 m2 enteramente realizados con mis propias manos. Menos mal que tuve a mi decoradora personal siempre a mano, porque como suele decirse, sobre gustos y colores no hay nada escrito. Y en estas cuestiones, las señoras suelen tener siempre la última palabra. Mi divisa es utilizar siempre buenas herramientas, excelentes productos y un 50% del trabajo terminado. El resto es solo cuestión de paciencia y de precisión. ¡Estoy a vuestra disposición para daros todos los consejos que necesitéis!